Ver el bosque
Urge una estrategia coordinada que frene la destrucci¨®n de la Amazonia
La pandemia de la covid-19 ha eclipsado asuntos de enorme gravedad, como la lucha contra el cambio clim¨¢tico y especialmente un cap¨ªtulo que va a tener un impacto directo en el ox¨ªgeno del planeta, que son los incendios en la selva amaz¨®nica y la negativa gesti¨®n del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Seg¨²n los datos oficiales, los incendios han crecido en lo que va de a?o un 13% respecto a 2019 en la mayor selva tropical del mundo, la peor oleada de fuegos en una d¨¦cada. M¨¢s al sur, en el Pantanal, el mayor humedal del planeta y uno de los ecosistemas de mayor diversidad, el fuego ha devas...
La pandemia de la covid-19 ha eclipsado asuntos de enorme gravedad, como la lucha contra el cambio clim¨¢tico y especialmente un cap¨ªtulo que va a tener un impacto directo en el ox¨ªgeno del planeta, que son los incendios en la selva amaz¨®nica y la negativa gesti¨®n del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Seg¨²n los datos oficiales, los incendios han crecido en lo que va de a?o un 13% respecto a 2019 en la mayor selva tropical del mundo, la peor oleada de fuegos en una d¨¦cada. M¨¢s al sur, en el Pantanal, el mayor humedal del planeta y uno de los ecosistemas de mayor diversidad, el fuego ha devastado ya una cuarta parte del territorio en la oleada m¨¢s severa de su historia. Ocho pa¨ªses europeos y m¨¢s de 200 empresas y ONG de todo el mundo acaban de advertir al Gobierno de Brasil de las consecuencias econ¨®micas de lo que est¨¢ ocurriendo. Y, en un intento de centrar un asunto que ahora mismo est¨¢ fuera de foco, el propio candidato dem¨®crata, Joe Biden, propuso en el reciente debate presidencial en EE UU un fondo de 20.000 millones para luchar contra la deforestaci¨®n de la Amazonia. Sus palabras, como cada vez que alg¨²n dirigente extranjero se pronuncia, enfadaron a Bolsonaro. La diferencia es que si hace un a?o las de Emmanuel Macron fueron noticia, esta vez el tema est¨¢ en segundo plano.
Pero lo cierto es que el mandatario de Brasil luce el peor registro posible ante el mayor desaf¨ªo planetario: el Gobierno ha disminuido los fondos destinados a la prevenci¨®n y vigilancia ambiental; la impunidad de los incendios (normalmente provocados por agricultores, mineros o ganaderos que quieren explotar las tierras) ha crecido; los controles contra la deforestaci¨®n se han reducido, y el Parlamento tiene planes para votar una amplia amnist¨ªa de las ocupaciones ilegales. La situaci¨®n incide adem¨¢s en la salud de los pueblos ind¨ªgenas, en los que se han registrado mayores problemas respiratorios debido a los incendios, sumando un nuevo riesgo a la expansi¨®n del coronavirus.
De un lado, por tanto, se sit¨²a un Bolsonaro que cuestiona el cambio clim¨¢tico ¡ªadem¨¢s de la gravedad de la covid-19, aunque ¨¦l mismo la haya padecido¡ª y del otro una comunidad internacional ahora concentrada en la lucha contra el virus y la recesi¨®n. Pero esta comunidad internacional tiene sus armas y debe actuar: en riesgo est¨¢ el acuerdo comercial UE-Mercosur, una poderosa palanca en manos de la Uni¨®n para que Brasil refuerce su pol¨ªtica ambiental; los negocios con los pa¨ªses exigentes con el cambio clim¨¢tico, y la aspiraci¨®n a ingresar en la OCDE. Todos los actores deben poner en marcha sus estrategias para defender la Amazonia, el pulm¨®n del mundo, de una gesti¨®n ciega a la necesidad ambiental. No vaya a ser que la pandemia no nos deje ver el bosque.