?'Quo vadis', Espa?a?
En estos tiempos de zozobra colectiva nacional, quiz¨¢ convenga escuchar una voz extranjera como la de William Chislett
En estos tiempos de zozobra colectiva nacional, cuando cada ma?ana los espa?oles nos despertamos con un nuevo sobresalto y cada noche nos acostamos pensando en qu¨¦ puede ocurrir ya que no haya ocurrido, quiz¨¢ convenga escuchar una voz extranjera como la de William Chislett, antiguo corresponsal de The Times en Espa?a y gran conocedor de nuestro pa¨ªs, donde contin¨²a viviendo, que acaba de publicar un libro sobre nosotros que se a?ade a otros anteriores: Microhistoria de Espa?a contada por un brit¨¢nico. En la estela de ilustres compatriotas suyos como Paul Preston o John H. Elliott...
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En estos tiempos de zozobra colectiva nacional, cuando cada ma?ana los espa?oles nos despertamos con un nuevo sobresalto y cada noche nos acostamos pensando en qu¨¦ puede ocurrir ya que no haya ocurrido, quiz¨¢ convenga escuchar una voz extranjera como la de William Chislett, antiguo corresponsal de The Times en Espa?a y gran conocedor de nuestro pa¨ªs, donde contin¨²a viviendo, que acaba de publicar un libro sobre nosotros que se a?ade a otros anteriores: Microhistoria de Espa?a contada por un brit¨¢nico. En la estela de ilustres compatriotas suyos como Paul Preston o John H. Elliott, Chislett hace un repaso de nuestra historia, especialmente de la m¨¢s reciente, con el apasionamiento del que conoce a fondo el pa¨ªs, incluso vivi¨® de cerca algunos de los acontecimientos que narra por su profesi¨®n, pero con la objetividad del que ha llegado de fuera y, lo quiera o no, contin¨²a mir¨¢ndonos con ojos de entom¨®logo. Ya que nosotros somos incapaces de solventar nuestras cuitas hist¨®ricas sumidos como estamos en la crispaci¨®n pol¨ªtica que nos ahoga desde hace tiempo y que la pandemia ha acentuado hasta l¨ªmites peligrosos, puede que los extranjeros sean los ¨²nicos con capacidad para arrojar un poco de entendimiento sobre lo que nos est¨¢ ocurriendo y sobre la manera de solucionarlo.
Resulta interesante, sobre todo, a esos efectos, el ¨²ltimo cap¨ªtulo del libro de William Chislett, donde el antiguo corresponsal de The Times, hoy colaborador del Instituto Elcano entre otras instituciones, as¨ª como redactor de la p¨¢gina dedicada a Espa?a en el Annual Register, se pregunta: ?Quo vadis, Espa?a? A la pregunta se responde ¨¦l mismo contando el deterioro de la vida pol¨ªtica espa?ola en estos ¨²ltimos tiempos despu¨¦s de haber alcanzado en los anteriores una normalidad democr¨¢tica equiparable a los de cualquier pa¨ªs europeo, para pasar a analizar los motivos, que sustancialmente son para ¨¦l los siguientes: la crisis econ¨®mica de 2008, que radicaliz¨® la pol¨ªtica espa?ola con la aparici¨®n de nuevos partidos, como Podemos y Ciudadanos, que terminaron con el bipartidismo cl¨¢sico; el crecimiento del independentismo catal¨¢n, casi testimonial hasta hace unos a?os, que provoc¨® a su vez la resurrecci¨®n de un nacionalismo espa?ol dormido y el nacimiento de un nuevo partido de extrema derecha (que hoy es ya el tercero en esca?os en el Parlamento) y la sucesi¨®n de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, algunos de los cuales acabaron con la carrera de varios pol¨ªticos, incluso provocaron la ca¨ªda de un Gobierno. La formaci¨®n del ¨²ltimo, el primero de coalici¨®n desde la Segunda Rep¨²blica, con el apoyo de grupos independentistas y la gesti¨®n de la pandemia que nos asola desde la primavera ha elevado el tono de la pol¨¦mica hasta el punto de que en Espa?a ya es pr¨¢cticamente imposible hablar. Chislett nos aconseja en su conclusi¨®n, como ¨²nica salida al bucle en el que hemos entrado, mirar a otros pa¨ªses y compararnos con ellos para ver que no estamos tan mal como a veces creemos: ¡°El pa¨ªs ha avanzado much¨ªsimo, pero los retos que se le plantean requieren de compromise, una palabra inglesa que no tiene equivalente exacto en espa?ol que abarque totalmente la idea de llegar a acuerdos con concesiones (este es el elemento clave) entre todas las partes implicadas¡ ?Qu¨¦ importante ser¨ªa ¡ªdice Chislett¡ª que el compromise (algo as¨ª como ¡°falso amigo¡±) entrara en el vocabulario pol¨ªtico espa?ol!¡±.
Ojal¨¢ le oigan.