Amenaza
No discuto ni las leyes ni los reglamentos, pero creo que debe exigirse a los jueces la misma virtud que a la mujer del C¨¦sar. No s¨®lo tienen que ser imparciales. Adem¨¢s, tienen que parecerlo
Me dirijo, no sin cierta inquietud, a los miembros del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Espero que no interpreten mis palabras como una amenaza o presi¨®n intolerable, porque no me gustar¨ªa dejar pasar esta ocasi¨®n sin subrayar el abismo que, con demasiada frecuencia, se abre entre su criterio y el de los ciudadanos que les pagamos el sueldo. Yo no s¨¦ nada de leyes y reglamentos, pero s¨¦ que los derechos y libertades fundamentales de los madrile?os de Usera, Villaverde, Vallecas y Carabanchel no representaron obst¨¢culo alguno para que el TSJM avalara los confinamientos parciales decreta...
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Me dirijo, no sin cierta inquietud, a los miembros del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Espero que no interpreten mis palabras como una amenaza o presi¨®n intolerable, porque no me gustar¨ªa dejar pasar esta ocasi¨®n sin subrayar el abismo que, con demasiada frecuencia, se abre entre su criterio y el de los ciudadanos que les pagamos el sueldo. Yo no s¨¦ nada de leyes y reglamentos, pero s¨¦ que los derechos y libertades fundamentales de los madrile?os de Usera, Villaverde, Vallecas y Carabanchel no representaron obst¨¢culo alguno para que el TSJM avalara los confinamientos parciales decretados por el Gobierno regional. Sin embargo, ese mismo Tribunal invoc¨® la protecci¨®n de esos mismos derechos y libertades, esta vez de todos los madrile?os, para anular el confinamiento perimetral decretado por el Gobierno central. Dicen que es una cuesti¨®n de leyes y reglamentos. A m¨ª, simple ciudadana que escribe una simple columna, me parece que ninguna norma, de clase o rango alguno, deber¨ªa invocarse para justificar lo que puede interpretarse como una actuaci¨®n discriminatoria, que no tiene en la misma consideraci¨®n los derechos de los barrios ricos y los barrios pobres. Insisto en que no discuto ni las leyes ni los reglamentos, pero creo que debe exigirse a los jueces la misma virtud que a la mujer del C¨¦sar. No s¨®lo tienen que ser imparciales. Adem¨¢s, tienen que parecerlo, y esta vez, desde luego, no ha sido as¨ª. Yo no vivo en ninguno de los distritos penalizados por el Gobierno de Ayuso, pero comparto la rabia y la indignaci¨®n de quienes se sienten en estos momentos ciudadanos de segunda clase. Para m¨ª, como para ellos, los jueces no representan hoy tanto un amparo como una amenaza. Creo que les conviene saberlo.