La ¨¦pica de cart¨®n piedra
La pol¨ªtica se reduce cada vez m¨¢s a una bronca cruzada de reproches y descalificaciones
No parece que la situaci¨®n de Espa?a est¨¦ para echar cohetes, es el pa¨ªs de Europa con mayor n¨²mero de contagios en esta segunda oleada de la pandemia y el FMI lo ha situado entre estos a la cola de la recuperaci¨®n econ¨®mica. Precisamente por eso, el Parlamento dio ayer a los ciudadanos una lecci¨®n de gallard¨ªa. Todos los diputados acudieron armados hasta los dientes y se esforzaron para que la bronca no decayera un ¨¢pice. El espect¨¢culo estuvo lleno de garra y se vio c¨®mo sus excelencias preparan sus improperios con extremo denuedo. Broncas y reproches, insultos y descalificaciones, y la trom...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
No parece que la situaci¨®n de Espa?a est¨¦ para echar cohetes, es el pa¨ªs de Europa con mayor n¨²mero de contagios en esta segunda oleada de la pandemia y el FMI lo ha situado entre estos a la cola de la recuperaci¨®n econ¨®mica. Precisamente por eso, el Parlamento dio ayer a los ciudadanos una lecci¨®n de gallard¨ªa. Todos los diputados acudieron armados hasta los dientes y se esforzaron para que la bronca no decayera un ¨¢pice. El espect¨¢culo estuvo lleno de garra y se vio c¨®mo sus excelencias preparan sus improperios con extremo denuedo. Broncas y reproches, insultos y descalificaciones, y la tromba de aplausos con la que cada grupo celebraba inmediatamente las estocadas de los suyos.
Quienes estaban fuera, los ciudadanos corrientes y molientes, obtuvieron materia suficiente para sacudir de inmediato desde las redes a los pol¨ªticos y para rumiar durante los pr¨®ximos d¨ªas y as¨ª afinar con tino sus dicterios. Cada intervenci¨®n se someti¨® y se seguir¨¢ sometiendo a un severo escrutinio hasta conseguir el diagn¨®stico m¨¢s inapelable. ?Fueron verdaderamente patriotas, dieron suficiente cuenta de su feminismo, respondieron con solvencia a las ideas y las causas que defienden?
No hay duda de que la sociedad civil se toma muy en serio los asuntos que preocupan a las distintas fuerzas pol¨ªticas. Por ejemplo, la jefatura del Estado. Una encuesta reciente se ha interesado por saber si los espa?oles prefieren en estos momentos la monarqu¨ªa o la rep¨²blica. Otra iniciativa ha reunido a distintas personalidades para que dieran un ¡°?viva el Rey!¡± en un momento en que la instituci¨®n que preside Felipe VI est¨¢ sometida a una fuerte contestaci¨®n por los supuestos comportamientos poco ortodoxos que podr¨ªan llevar al monarca anterior a los tribunales. C¨®mo no celebrar la musculatura y el compromiso de cuantos se est¨¢n afanando por subrayar la consistencia de las credenciales del pueblo espa?ol. Oiga, yo soy mon¨¢rquico. Perdone, est¨¢ usted ante un aut¨¦ntico republicano.
Mientras tanto, el Gobierno llevar¨¢ hoy a Bruselas el plan de reformas que ha elaborado para tener acceso a los fondos que la Uni¨®n Europea pondr¨¢ a disposici¨®n de los Estados miembros para que puedan salir del inmenso desbarajuste al que la pandemia ha conducido a sus econom¨ªas. La de Espa?a, conviene insistir, est¨¢ tocada. Y de qu¨¦ manera. Con lo que ya se ha hablado de que esa inyecci¨®n de efectivo ser¨¢ la oportunidad para cambiar de modelo productivo, y no depender tanto del turismo y de ese reguero de empleos precarios y coyunturales que son los que sostienen buena parte de su actividad. Pedro S¨¢nchez present¨® hace unos d¨ªas los cuatro ejes que orientar¨¢n su proyecto para gastar de forma eficaz los 140.000 millones de euros que recibir¨¢ de Europa: transici¨®n ecol¨®gica, digitalizaci¨®n, cohesi¨®n social y territorial e igualdad de g¨¦nero. Habl¨® tambi¨¦n de diez fuerzas tractoras y procur¨® ofrecer toda una retah¨ªla de cifras que dan lustre al asunto.
Sorprende que las medidas y los detalles de una iniciativa de semejante empaque no hayan sido explicados, debatidos, peleados a cara de perro a partir de una bater¨ªa de contrapropuestas. Pero es l¨®gico que as¨ª sea: la cosa hubiera sido m¨¢s aburrida que esta exhibici¨®n de ¨¦pica de cart¨®n piedra que se ha convertido en la verdadera salsa que condimenta la pol¨ªtica de este pa¨ªs. Lo malo es que, si se prueba, esa salsa sabe amarga. Y dar¨¢ mucha amargura.