Se?or presidente, est¨¢ despedido
El triunfo debe ser contundente para que quede claro el repudio al mago de la telerealidad
?rase una vez un magnate inmobiliario desconocido en el mundo, pero con cierta fama en Nueva York, que quiso diversificar sus negocios e ide¨® un reality show llamado El aprendiz. Corr¨ªa el a?o 2004. El avispado empresario pose¨ªa el 50% del espect¨¢culo en el que ¨¦l mismo enfrentaba a directivos, que compet¨ªan para conseguir un puesto de trabajo en alguna de sus empresas. Donald Trump, tras humillar a los invitados al programa, sentenciaba a los peores con un ¡°You are fired¡±, est¨¢ despedido. En 2016, tras ganar 200 millones de d¨®lares con el show que ve¨ªan 30 millones...
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?rase una vez un magnate inmobiliario desconocido en el mundo, pero con cierta fama en Nueva York, que quiso diversificar sus negocios e ide¨® un reality show llamado El aprendiz. Corr¨ªa el a?o 2004. El avispado empresario pose¨ªa el 50% del espect¨¢culo en el que ¨¦l mismo enfrentaba a directivos, que compet¨ªan para conseguir un puesto de trabajo en alguna de sus empresas. Donald Trump, tras humillar a los invitados al programa, sentenciaba a los peores con un ¡°You are fired¡±, est¨¢ despedido. En 2016, tras ganar 200 millones de d¨®lares con el show que ve¨ªan 30 millones, se convirti¨® contra pron¨®stico en presidente de EE UU. El personaje, desprovisto de cualificaci¨®n alguna para tan alto destino que no fuera un narcisismo subido a un ego inconmensurable, convirti¨® la presidencia en una nueva temporada de su espect¨¢culo de telerrealidad.
El 3 de noviembre, Trump puede escuchar ¡°?despedido, se?or presidente!¡±, pronunciado previsiblemente por una mayor¨ªa de votos de los ciudadanos. El reality que usted ha hecho pasar por una presidencia cerrar¨ªa su ¨²ltima temporada abandonado por la audiencia. O no.
Una combinaci¨®n de sondeos nacionales y estatales, elaborada diariamente por The Economist, se?alaba ayer una victoria clara de Joe Biden en votos, el 54,1%, y 45,9% para Trump. El aspirante dem¨®crata sumar¨ªa 341 delegados; 270 es la cifra necesaria para entrar en la Casa Blanca.
Su estrepitoso fracaso en proteger la vida de 215.000 ciudadanos v¨ªctimas de la covid-19 y el pinchazo de la econom¨ªa, su mejor baza, acabar¨ªan con el espect¨¢culo. La escalada de exabruptos contra Biden y sus cr¨ªticos, contra los que pide la intervenci¨®n de la justicia, la llegada de la juez conservadora Amy Coney Barrett al Supremo, su negativa a condenar a la ultraderecha extremista y armada denotan la exasperaci¨®n del presidente que se ha quedado sin balas y perpetra su suicidio pol¨ªtico.
Pero m¨¢s que eso, lo que los estadounidenses parecen a punto de rechazar es la personalidad divisiva, carente de decoro presidencial, de falta de empat¨ªa y compasi¨®n que manifiesta Trump. Los an¨¢lisis sociol¨®gicos detectan una ansiedad en el electorado de una tranquilidad educada, el retorno a una civilidad perdida, a una ¨¦tica de colaboraci¨®n y sentido com¨²n. El consejo editorial de The New York Times afirma que ¡°la reelecci¨®n de Trump presenta la mayor amenaza para la democracia desde la Segunda Guerra Mundial¡±.
Biden puede parecer mediocre, demasiado mayor, pero es seguro y razonable. Propiciar¨ªa el cambio tranquilo, una presidencia aburrida pero necesaria. Puede que no sea suficiente una m¨ªnima victoria de Biden, que Trump puede no aceptar e intentar descarrilar en el Supremo. El triunfo debe ser contundente para que quede claro el repudio al mago de la telerrealidad. fgbasterra@gmail.com