El Estado explica el ¨¦xito asi¨¢tico
En la lucha contra la pandemia hay pa¨ªses donde no cabe la confrontaci¨®n entre Administraciones
Asia Oriental le est¨¢ ganando la batalla al coronavirus. El n¨²mero de fallecidos en Corea del Sur, Jap¨®n o Taiw¨¢n desde que comenz¨® la pandemia est¨¢ por debajo del n¨²mero de muertes diarias que ahora registramos en Europa. Los bares, restaurantes y tiendas de Se¨²l, Taip¨¦i o Tokio siguen abiertos normalmente. Y no hay confinamiento a la vista en ning¨²n pa¨ªs de la regi¨®n.
Resulta tentador relacionar este ¨¦xito con la cultura, el civismo o el car¨¢cter supuestamente obediente del asi¨¢tico. Pero tambi¨¦n resulta err¨®neo. O cuando menos no es toda la historia. Para una amplia mayor¨ªa en Asia,...
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Asia Oriental le est¨¢ ganando la batalla al coronavirus. El n¨²mero de fallecidos en Corea del Sur, Jap¨®n o Taiw¨¢n desde que comenz¨® la pandemia est¨¢ por debajo del n¨²mero de muertes diarias que ahora registramos en Europa. Los bares, restaurantes y tiendas de Se¨²l, Taip¨¦i o Tokio siguen abiertos normalmente. Y no hay confinamiento a la vista en ning¨²n pa¨ªs de la regi¨®n.
Resulta tentador relacionar este ¨¦xito con la cultura, el civismo o el car¨¢cter supuestamente obediente del asi¨¢tico. Pero tambi¨¦n resulta err¨®neo. O cuando menos no es toda la historia. Para una amplia mayor¨ªa en Asia, el confucianismo hace tiempo que dej¨® de definir sus vidas. Y en Europa hace meses que todos llevamos mascarilla. En este sentido, Madrid no se diferencia de Hong Kong en cuanto al respeto hacia los dem¨¢s.
Conviene mirar al Estado para entender la ra¨ªz del ¨¦xito asi¨¢tico. Estado con E may¨²scula.
Los pa¨ªses de Asia Oriental llevan a?os prepar¨¢ndose para afrontar una pandemia como la actual. As¨ª pues, la maquinaria del Estado se puso en marcha en cuanto hubo noticias de que parec¨ªa haber un brote de una enfermedad infecciosa en Wuhan.
Controles en los aeropuertos, activaci¨®n de los protocolos necesarios del sistema de salud, aprobaci¨®n de emergencia de las pruebas de detecci¨®n del coronavirus¡ Los gobiernos de la regi¨®n no esperaron a que la OMS decretara la pandemia. No esperaron a que hubiese un primer caso en su pa¨ªs, pues entonces ya habr¨ªa sido demasiado tarde para detener la pandemia. Se antepusieron a la situaci¨®n, por si acaso. Este por si acaso ha acabado salvando decenas de miles de vidas en la regi¨®n.
En este sentido, los recursos humanos han sido fundamentales. Doctores, enfermeros y otros profesionales de la salud hab¨ªan recibido la formaci¨®n necesaria a lo largo de los a?os. Los cient¨ªficos de los centros de control y prevenci¨®n de las enfermedades tambi¨¦n han recibido formaci¨®n continua. Da igual que una epidemia o pandemia llegue a su pa¨ªs o no. Aprenden de ella. E investigadores con sueldos bien remunerados est¨¢n en contacto permanente con el Gobierno para intercambiar informaci¨®n acerca de posibles enfermedades contagiosas.
S¨ª, la tecnolog¨ªa ha ayudado a pa¨ªses como Corea del Sur, Singapur o Taiw¨¢n en su lucha contra la pandemia. Pero las aplicaciones de rastreo no hubiesen servido de nada si el Estado no hubiese contratado y formado a miles de rastreadores en tiempo r¨¦cord. En el caso de Jap¨®n, ni siquiera hubo aplicaci¨®n alguna hasta junio.
Estos pa¨ªses comprenden que, cuando se trata de la salud, no se puede reparar en gastos. Todo lo que se habr¨ªan podido ahorrar con a?os de austeridad se lo habr¨ªan gastado durante la actual pandemia. Como est¨¢ sucediendo en Europa.
Pero el Estado tambi¨¦n ha de ser humilde y aprender de sus errores. El SARS, la gripe A o el MERS azotaron a distintos pa¨ªses de Asia Oriental. La repuesta no siempre fue buena. El SARS aterroriz¨® a Hong Kong durante meses. La respuesta de Jap¨®n a la gripe A fue mala, como lo fue la de Corea del Sur al MERS.
Sin embargo, estos tres pa¨ªses aprendieron de sus errores durante la primera ola de la pandemia y evitaron una segunda. De igual manera, los pa¨ªses de Asia Oriental est¨¢n sobrellevando la segunda ola del coronavirus con un n¨²mero muy peque?o de hospitalizaciones y aun menor de muertes.
En este sentido, ha sido esencial dejar de lado el enfrentamiento pol¨ªtico. La confrontaci¨®n entre Administraciones que se est¨¢ viendo en Espa?a no tiene cabida en Asia Oriental durante una crisis como es una pandemia. Ya habr¨¢ tiempo de depurar responsabilidades. Ahora mismo se trata de salvar vidas.
Y una vez que llegue la hora del debate pol¨ªtico, ser¨ªa de desear que, entre otras cosas, se use para que el Estado mejore sus prestaciones y desarrolle su memoria institucional.
En Taiw¨¢n, la epidemia del SARS casi le cost¨® el puesto a Chen Shui-bian en las siguientes elecciones. En Corea del Sur, la epidemia del MERS sirvi¨® para que la opini¨®n p¨²blica acrecentase sus dudas acerca de la capacidad de Park Geun-hye para enfrentarse a una emergencia. Los partidos de Chen y Park acabar¨ªan siendo reemplazados por la oposici¨®n. Pero parte de sus respectivos legados fueron unas instituciones y marcos legales m¨¢s s¨®lidos para hacer frente a futuras pandemias. La oposici¨®n no se encarg¨® de desmontarlos una vez tom¨® el poder.
En este sentido, hay un contraste muy claro con Estados Unidos. Donald Trump desmantel¨® un entramado institucional con d¨¦cadas de historia y mejorado de manera sustancial por Barack Obama. As¨ª pues, no hab¨ªa una memoria institucional s¨®lida en Estados Unidos una vez que la actual pandemia estall¨® este a?o. A la vista est¨¢n los resultados.
En definitiva, los asi¨¢ticos no siguen las directrices de sus Gobiernos porque su cultura sea as¨ª o por la educaci¨®n recibida. Lo hacen porque su Estado se ha ganado su respeto.
Ram¨®n Pacheco Pardo es catedr¨¢tico KF-VUB Corea de la Universidad Libre de Bruselas y profesor titular del King¡¯s College de Londres.