¡®Sexesionismo¡¯
En pocos meses han saltado tres esc¨¢ndalos que han acarreado dimisiones o ¡®dimi-expulsiones¡¯, esas renuncias en apariencia voluntarias, en los tres partidos secesionistas catalanes
Proliferan los casos de presuntos abusos y agresiones sexuales a cargo de dirigentes pol¨ªticos de los tres partidos secesionistas catalanes: Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y la Candidatura d¡¯Unitat Popular. En pocos meses han saltado tres esc¨¢ndalos que han acarreado dimisiones. O dimi-expulsiones, esas renuncias en apariencia voluntarias. Pero que son forzadas, pues se formalizan un minuto antes de ejecutarse la amenaza de fulminante sanci¨®n.
Por orden de aparici¨®n, hace nueve meses dej¨® su cargo Carles Garcias, el jefe de gabinete del entonces conseller de Ext...
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Proliferan los casos de presuntos abusos y agresiones sexuales a cargo de dirigentes pol¨ªticos de los tres partidos secesionistas catalanes: Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y la Candidatura d¡¯Unitat Popular. En pocos meses han saltado tres esc¨¢ndalos que han acarreado dimisiones. O dimi-expulsiones, esas renuncias en apariencia voluntarias. Pero que son forzadas, pues se formalizan un minuto antes de ejecutarse la amenaza de fulminante sanci¨®n.
Por orden de aparici¨®n, hace nueve meses dej¨® su cargo Carles Garcias, el jefe de gabinete del entonces conseller de Exteriores por Esquerra, Alfred Bosch. Este fue empujado a dimitir, a los dos meses, por las dudas de su partido sobre su grado de conocimiento ¡ªo absoluto desconocimiento¡ª de las eventuales fechor¨ªas de su hombre de confianza, lo que le habr¨ªa obligado a activar el protocolo de protecci¨®n de las v¨ªctimas. Una investigaci¨®n administrativa debe a¨²n dirimir ese dilema, lo que condicionar¨¢ su archivo o su traspaso a la fiscal¨ªa.
A principios de octubre salt¨® a conocimiento p¨²blico a trav¨¦s del Ara un doble caso que involucr¨® al tambi¨¦n exdiputado Quim Arrufat. Este encarn¨® la cara m¨¢s dialogante de la CUP, de la que actu¨® como gozne con Carles Puigdemont ¡ªseg¨²n detalla el de Waterloo en su pen¨²ltimo libro¡ª. Un caso fue por presunta violencia machista (hace seis a?os), y otro, de agresi¨®n sexual (hace tres). A Arrufat s¨ª se le aplic¨® el protocolo de su partido. La investigaci¨®n acab¨® en sanci¨®n de no elegibilidad electoral. Y permaneci¨® secreta. ?l se ha defendido acusando: ¡°Hace tiempo que me persiguen¡±, sostiene. Se considera v¨ªctima de ¡°extorsi¨®n¡±, pese a haber reconocido uno de los dos casos.
Y la semana pasada el nuevo/viejo partido de Puigdemont, Junts, forz¨® al exilio interior a su portavoz adjunto en el Parlament, Eduard Pujol, experiodista, ay, y exdirector general de RAC 1, ay, ay, ay: por presunto acoso. Sin mediar protocolo, del que extra?amente carece Junts, ejemplar ejemplo.
En los tres esc¨¢ndalos menudean episodios de discreci¨®n, o extrema confidencialidad, u ocultaci¨®n; garantismo loable, pero para nada sim¨¦trico hacia las presuntas v¨ªctimas; lenta parsimonia antes de acudir al ministerio p¨²blico. Todo muy exvaticano.
Los tres partidos salpicados no son los ¨²nicos en que habita la inmundicia. Pero esos suelen presumir de superioridad moral sobre los espa?oles con quienes comparten virtudes y defectos. Tambi¨¦n con la Espa?a negra de sus propios (quiz¨¢) acosadores.