S¨ªndromes venezolanos
La mayor¨ªa migrante batalla por la supervivencia y sufre la xenofobia de pa¨ªses machacados por la pandemia y los problemas estructurales, sin apenas oportunidades de empleo e integraci¨®n
Venezuela es un acelerador de cuadros psicol¨®gicos asociados al S¨ªndrome de Ulises: la a?oranza de patrias y vidas arrebatadas por dictaduras, autoritarismos y Estados fallidos. ¡°Ulises pas¨¢base los d¨ªas sentado en las rocas, a la orilla del mar, consumi¨¦ndose a fuerza de llanto, suspiros y penas, fijando sus ojos en el mar est¨¦ril, llorando incansablemente¡¡± (Odisea). Al igual que los 20 a?os de lejan¨ªa de ?taca atormentaron al h¨¦roe mitol¨®gico, un estr¨¦s cr¨®nico y m¨²ltiple prospera entre los millones de venezolanos emigrantes, consumidos por la p¨¦rdida de derechos, familias, apegos y ...
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Venezuela es un acelerador de cuadros psicol¨®gicos asociados al S¨ªndrome de Ulises: la a?oranza de patrias y vidas arrebatadas por dictaduras, autoritarismos y Estados fallidos. ¡°Ulises pas¨¢base los d¨ªas sentado en las rocas, a la orilla del mar, consumi¨¦ndose a fuerza de llanto, suspiros y penas, fijando sus ojos en el mar est¨¦ril, llorando incansablemente¡¡± (Odisea). Al igual que los 20 a?os de lejan¨ªa de ?taca atormentaron al h¨¦roe mitol¨®gico, un estr¨¦s cr¨®nico y m¨²ltiple prospera entre los millones de venezolanos emigrantes, consumidos por la p¨¦rdida de derechos, familias, apegos y futuro.
Son v¨ªctimas de una camarilla aquejada del s¨ªndrome de hibris, un trastorno psiqui¨¢trico adquirido que afecta a personas que ejercen el poder en cualquiera de sus formas, y se arrogan la potestad de imponer la definici¨®n de justicia social, soberan¨ªa y democracia.
Cuando el exiliado Leopoldo L¨®pez pide a los suyos fuerza y convicci¨®n para seguir adelante, habr¨¢ tenido en cuenta que los compatriotas huidos con lo puesto hacia Colombia o Brasil no son semidioses, ni pertenecen a la burgues¨ªa acomodada.
La mayor¨ªa migrante batalla por la supervivencia y sufre la xenofobia de pa¨ªses machacados por la pandemia y los problemas estructurales, sin apenas oportunidades de empleo e integraci¨®n. El Imperio y una oposici¨®n ap¨¢trida, desalmada y terrorista tienen la culpa de todo: del duelo migratorio y la separaci¨®n forzada, del miedo a las mafias que encaminan el ¨¦xodo hacia a la frontera y del imaginario persuadido de que Maduro no va a ceder y la oposici¨®n no va a poder. L¨®pez hizo bien en advertir que la lucha por la alternancia en democracia ser¨¢ larga, y Maduro, en anticipar que Guaid¨® acabar¨¢ abandonado Venezuela porque le har¨¢n la vida imposible.
Nada permite el optimismo. La acad¨¦mica Mireya Fern¨¢ndez explica en La nostalgia en la narrativa de las di¨¢sporas caribe?as que el padecimiento del esp¨ªritu, abordado por los m¨¦dicos europeos del siglo XVII con opio y viajes a las monta?as, devino en condici¨®n incurable por el ensanchamiento de las diferencias raciales, culturales y religiosas, entre otros factores. Las diferencias pol¨ªticas transfiguradas en aversi¨®n son el alma de Venezuela.
El des¨¢nimo es generalizado porque las transformaciones nacionales engendradas con las regal¨ªas petroleras no compensan los destrozos causados por el totalitarismo, ni aguantan el juicio del exilio, interno y externo. La revoluci¨®n bolivariana atendi¨® a la mitad pobre, olvid¨® a la otra mitad y ha conseguido la convergencia de todos en la indigencia.
La a?oranza, la incertidumbre y la ansiedad seguir¨¢n acompa?ando el proceso migratorio originado por el s¨ªndrome de las ideas fijas preconcebidas del chavismo. El enfermo de hibris puede seguir enganchado al poder o intentar la curaci¨®n sin prepotencia ni narcisismo, admitiendo que la oposici¨®n tambi¨¦n puede patriota. No caer¨¢ esa breva, salvo que lo logren las gotas milagrosas del beato Jos¨¦ Gregorio, recomendadas por Maduro contra el coronavirus.