Pero bueno...
En ese triste ¡®pero bueno...¡¯ est¨¢ todo este sinvivir en que vivimos, pero tambi¨¦n todo el amor propio, la presencia de ¨¢nimo y la dignidad que le sobra a este pa¨ªs para levantarse cada d¨ªa y seguir tirando del carro
Cada cual cuenta la pandemia como le va en ella. Hay a quienes el virus los ha embestido de mala manera y les ha destrozado vidas y haciendas. Otros hay a los que el bicho les ha respetado salud y dinero, y para quienes la crisis es poco m¨¢s que una jodienda por no poder escaparse a Londres de compras navide?as. En medio, andamos el resto. Desorientados, son¨¢mbulos, abantos perdidos. Viviendo en vilo hasta poder vivir sin miedo. M¨ªrenlos: est¨¢n por todos sitios. Solo hay que levantar la vista del ombligo y, a veces, ni eso. Ancianos de ojos at¨®nitos sobre las mascarillas. Adolescentes desperta...
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Cada cual cuenta la pandemia como le va en ella. Hay a quienes el virus los ha embestido de mala manera y les ha destrozado vidas y haciendas. Otros hay a los que el bicho les ha respetado salud y dinero, y para quienes la crisis es poco m¨¢s que una jodienda por no poder escaparse a Londres de compras navide?as. En medio, andamos el resto. Desorientados, son¨¢mbulos, abantos perdidos. Viviendo en vilo hasta poder vivir sin miedo. M¨ªrenlos: est¨¢n por todos sitios. Solo hay que levantar la vista del ombligo y, a veces, ni eso. Ancianos de ojos at¨®nitos sobre las mascarillas. Adolescentes despertando a la vida en un mundo en coma. Ni?os jugando embozados en el recreo. Adultos devorados por la ansiedad en el purgatorio de las tres de la madrugada. Todos, con sus d¨ªas buenos y malos, y sus ratos malos y buenos en el mismo d¨ªa, porque la vida sigue. Y es compatible echarse un d¨ªa a la calle a gozar del sol de oto?o y vagar cual alma en pena el d¨ªa siguiente a poco que se nuble. Tener la certeza de que la Navidad no ser¨¢ como era y estar deseando que enciendan las luces. Guardar la ropa y querer nadar un poco, aunque sea con neopreno y escafandra. Y todo en un irrespirable ambiente de gritos digitales y silencios anal¨®gicos porque, por no hablar y generar aerosoles, ya ni nos saludamos en los ascensores. As¨ª est¨¢n las consultas de los psic¨®logos: con lista de espera para contarle las penas a un extra?o a raz¨®n de cien pavos la hora.
¡°Estoy regular, pero bueno...¡±. ¡°Si nos confinan, voy al paro, pero bueno...¡±. ¡°No veo a mi madre desde marzo, pero bueno...¡±. Estos d¨ªas acabamos muchas frases con un pero bueno... que no requiere ni respuesta porque el otro est¨¢ pensando lo mismo. En ese triste pero bueno... est¨¢ todo este sinvivir en que vivimos, pero tambi¨¦n todo el amor propio, la presencia de ¨¢nimo y la dignidad que le sobra a este pa¨ªs para levantarse cada d¨ªa y seguir tirando del carro.