El mundo y los Estados Unidos de Biden
Que las democracias del mundo est¨¦n preparadas para coger la mano tendida por un buen hombre en la Casa Blanca
?Qu¨¦ es lo mejor que el mundo puede esperar de Estados Unidos durante la presidencia de Joe Biden? Mi respuesta: que Estados Unidos sea un pa¨ªs l¨ªder en una red poshegem¨®nica de democracias.
He dicho un, no el pa¨ªs l¨ªder. Una diferencia importante con el principio de este siglo, cuando la hiperpotencia estadounidense parec¨ªa dominar el planeta como un coloso. La p¨¦rdida de influencia se debe a dos causas: su propio declive y el ascenso de otros. Incluso si Biden hubiese obtenido una victoria aplastante y los dem¨®cratas controlasen el Senado, el poder de EE UU en el mundo se ver¨ªa notabl...
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?Qu¨¦ es lo mejor que el mundo puede esperar de Estados Unidos durante la presidencia de Joe Biden? Mi respuesta: que Estados Unidos sea un pa¨ªs l¨ªder en una red poshegem¨®nica de democracias.
He dicho un, no el pa¨ªs l¨ªder. Una diferencia importante con el principio de este siglo, cuando la hiperpotencia estadounidense parec¨ªa dominar el planeta como un coloso. La p¨¦rdida de influencia se debe a dos causas: su propio declive y el ascenso de otros. Incluso si Biden hubiese obtenido una victoria aplastante y los dem¨®cratas controlasen el Senado, el poder de EE UU en el mundo se ver¨ªa notablemente mermado. El presidente Donald Trump ha hecho un da?o incalculable a la reputaci¨®n internacional del pa¨ªs. Su desastroso historial en la gesti¨®n de la covid ha confirmado la sensaci¨®n generalizada de que la sociedad estadounidense sufre profundos problemas estructurales, desde la hiperpolarizaci¨®n alimentada por los medios hasta su sistema pol¨ªtico disfuncional, pasando por la atenci¨®n sanitaria, la raza y las infraestructuras.
En un sondeo reciente de Eupinions, m¨¢s de la mitad de los entrevistados de toda la UE opin¨® que la democracia en EE UU es ¡°ineficaz¡±. Y eso fue antes de que Donald Trump denunciase como ¡°fraude¡± el simple proceso de contar todos los votos en unas elecciones. Hoy en d¨ªa, cuando EE UU da lecciones de democracia a otros pa¨ªses, la respuesta m¨¢s educada probablemente sea que se aplique su propia medicina. Incluso comparado con el sombr¨ªo periodo de Vietnam y el Watergate, el poder blando de EE UU parece estar en sus horas m¨¢s bajas.
Europa tiene sus propios problemas, que no son pocos, pero cuando se comparan con el historial de regresi¨®n estadounidense a lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os, la historia europea parece una progresi¨®n triunfal. Lo mismo se puede decir de Australia, Nueva Zelanda o Canad¨¢. A¨²n m¨¢s dram¨¢tico ha sido el ascenso de China, facilitado por a?os de distracci¨®n estrat¨¦gica estadounidense.
Incluso suponiendo que todas las impugnaciones a su elecci¨®n se hayan resuelto cuando tome posesi¨®n del cargo el pr¨®ximo enero, el 46? presidente se enfrentar¨¢ a un pa¨ªs amargamente fracturado, a un Gobierno casi con toda seguridad dividido, y a un Partido Dem¨®crata lejos de la unidad. Gracias a la desvergonzada mendacidad de Trump, es posible que millones de sus votantes no acepten ni siquiera la legitimidad b¨¢sica de la presidencia de Biden. La capacidad del nuevo presidente para llevar a cabo las reformas estructurales que se necesitan con urgencia se ver¨¢ obstaculizada, o imposibilitada, si los republicanos conservan el Senado.
Por fortuna para los dem¨¢s, el terreno en el que dispondr¨¢ de m¨¢s libertad de maniobra ser¨¢ la pol¨ªtica exterior. Biden tiene una inmensa experiencia personal en esta ¨¢rea como exvicepresidente y, antes de eso, presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores del Senado. Adem¨¢s, cuenta con un equipo experimentado en la materia. Los miembros de ese equipo denominan a sus mayores desaf¨ªos estrat¨¦gicos ¡°las tres C¡±: la covid (incluidas sus consecuencias para la econom¨ªa) el cambio clim¨¢tico y China. Una agenda en la que los aliados de Europa y Asia pueden participar gustosamente. Volver al acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs, que EE UU abandon¨® oficialmente el mi¨¦rcoles, ser¨¢ un primer paso importante.
La OTAN sigue siendo fundamental para la seguridad de Europa frente a una Rusia agresiva, pero la clave para volver a ganarse a los europeos desilusionados ser¨¢ ofrecer una asociaci¨®n con la UE cualitativamente diferente. Incluso antes de convertirse en presidente, Biden podr¨ªa expresar su agradecimiento por la manera en que la UE ha seguido enarbolando la bandera del internacionalismo liberal mientras el EE UU de Trump desertaba de ¨¦l. Su primera visita presidencial al Viejo Continente deber¨ªa incluir las instituciones de la UE en Bruselas. Una referencia bipartidista al discurso pronunciado por el presidente George H.W. Bush en Alemania en 1989, en el que habl¨® de ser ¡°socios en el liderazgo¡±, podr¨ªa ser ¨²til, si bien en este caso refiri¨¦ndose a la Uni¨®n Europea en su totalidad. En esta asociaci¨®n de iguales, Estados Unidos no se sentar¨¢ siempre a la cabecera de la mesa. A eso me refiero cuando digo ¡°poshegem¨®nico¡±.
Los europeos deber¨ªan hacer m¨¢s por su propia seguridad, pero Biden cometer¨ªa una insensatez si empieza a machacar con el viejo tema de ¡°ten¨¦is que gastar el 2% del PIB en defensa¡±. El experto en estrategia alem¨¢n Wolfgang Ischinger ha propuesto una buena manera de replantear la cuesti¨®n: enfocarlo m¨¢s bien como un 3% en tres dimensiones: defensa, diplomacia y desarrollo. Una Uni¨®n Europea que se denomine ¡°geopol¨ªtica¡± debe asumir una carga mayor en su vecindad m¨¢s amplia, es decir, en el sur ¡ªde un extremo al otro del Mediterr¨¢neo hasta Oriente Pr¨®ximo y el Norte de ?frica¡ª, y en el este, en sus relaciones con Bielorrusia (actualmente en una revuelta pac¨ªfica), Ucrania, y la agresiva pero fundamentalmente d¨¦bil Rusia de Vlad¨ªmir Putin.
El nuevo protagonismo de la Uni¨®n Europea puede resultar ligeramente irritante para los partidarios radicales del Brexit que dominan el Gobierno de Boris Johnson en Reino Unido. No obstante, el Ejecutivo del primer ministro brit¨¢nico ha tenido una buena idea: abrir a las grandes democracias de Asia la reuni¨®n del G-7 que acoger¨¢ el pr¨®ximo a?o.
La iniciativa encaja a la perfecci¨®n con uno de los temas recurrentes del equipo de Biden: trabajar con otras democracias. Estados Unidos ya tiene el formato Quad (Di¨¢logo de Seguridad Cuadrilateral) que lo vincula a Australia, Jap¨®n e India. Los tres pa¨ªses ser¨¢n como m¨ªnimo tan importantes como la Uni¨®n Europea y Reino Unido a la hora de tratar con China.
Si la Administraci¨®n de Biden es inteligente, concebir¨¢ la colaboraci¨®n como una red de democracias m¨¢s que como una alianza fija o una comunidad de democracias. Incluso una ¡°cumbre de democracias¡±, al parecer un plan acariciado por el presidente electo, plantear¨ªa cuestiones espinosas en relaci¨®n con qui¨¦n est¨¢ dentro y qui¨¦n fuera. En cambio, si se imagina como una red, es posible conservar la flexibilidad variando las coaliciones ad hoc en funci¨®n del tema y actuando con sutileza en los casos l¨ªmite. Por ejemplo, la India de Narendra Modi ahora no es ni mucho menos un modelo de democracia liberal, pero resulta indispensable para encarar las tres C.
En cada tema, tanto Estados Unidos como Europa deber¨ªan empezar por identificar las democracias relevantes. Aunque, por supuesto, no se puede parar ah¨ª. Hay que trabajar tambi¨¦n con reg¨ªmenes antiliberales y antidemocr¨¢ticos, China incluida. El pa¨ªs asi¨¢tico representa el mayor reto geopol¨ªtico de nuestra ¨¦poca. ?l mismo es una de las tres C, pero tambi¨¦n es crucial para hacer frente a las otras dos: el cambio clim¨¢tico y la covid. China es un competidor ideol¨®gico y estrat¨¦gico m¨¢s formidable de lo que lo fue la Uni¨®n Sovi¨¦tica, al menos a partir de la d¨¦cada de 1970, pero su cooperaci¨®n tambi¨¦n resulta esencial en ¨¢mbitos de mayor calado.
A la hora de perseguir una estrategia doble de competencia y cooperaci¨®n, Estados Unidos posee unos puntos fuertes ¨²nicos. Aunque el ¡°mayor Ej¨¦rcito que el mundo haya visto jam¨¢s¡± acab¨® perdiendo una guerra contra un adversario tecnol¨®gicamente inferior en Irak, Estados Unidos es la ¨²nica potencia militar capaz de impedir que la China de Xi Jinping se apodere de la democracia china de Taiw¨¢n. Estados Unidos sigue siendo l¨ªder mundial en tecnolog¨ªa, que es el carb¨®n y el acero de nuestra ¨¦poca. Vemos series francesas en Netflix, compramos libros alemanes en Amazon, contactamos con amigos africanos a trav¨¦s de Facebook, seguimos a los pol¨ªticos brit¨¢nicos en Twitter y buscamos cr¨ªticas a Estados Unidos en Google. En el desarrollo de la Inteligencia Artificial, el lugar que ocupa Europa es insignificante comparado con el de China y Estados Unidos.
Sin embargo, y debido especialmente a sus problemas internos, Estados Unidos no puede empezar a enfrentarse por sus propios medios a una China que ya es una superpotencia multidimensional. Necesita esa red de socios de Europa y Asia tanto como ellos necesitan a Estados Unidos. Por lo tanto, que las democracias del mundo est¨¦n preparadas para coger la mano tendida por un buen hombre en la Casa Blanca. Menudo cambio.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos de la Universidad de Oxford, investigador titular del Instituto Hoover y autor de Mundo libre: Europa y Estados Unidos ante la crisis de Occidente. Twitter: @fromTGA.
Traducci¨®n de News Clips.