?Por qu¨¦ los matan?
Desde el a?o 2016 han sido asesinados m¨¢s de 600 l¨ªderes y lideresas sociales en Colombia. Se podr¨ªa denominar una masacre continuada
Con algunos pocos d¨ªas de diferencia fueron asesinados tres l¨ªderes sociales en Colombia. En el departamento del Choc¨® asesinaron a Juana Perea, una lideresa ambiental que se opon¨ªa a la construcci¨®n del Puerto de Tribug¨¢ en una paradis¨ªaca zona en la costa pacifica colombiana. Pocos d¨ªas despu¨¦s fue asesinado Jorge Solano, un l¨ªder social que, adem¨¢s de defender la paz, se caracterizaba por hacer denuncias de corrupci¨®n. De hecho, d¨ªas antes de su asesinato, el l¨ªder Jorge Solano, grab¨® un v¨ªdeo denunciando a su posible victimario: un exfuncionario p¨²blico. Dos d¨ªas despu¨¦s fue asesinado otro...
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Con algunos pocos d¨ªas de diferencia fueron asesinados tres l¨ªderes sociales en Colombia. En el departamento del Choc¨® asesinaron a Juana Perea, una lideresa ambiental que se opon¨ªa a la construcci¨®n del Puerto de Tribug¨¢ en una paradis¨ªaca zona en la costa pacifica colombiana. Pocos d¨ªas despu¨¦s fue asesinado Jorge Solano, un l¨ªder social que, adem¨¢s de defender la paz, se caracterizaba por hacer denuncias de corrupci¨®n. De hecho, d¨ªas antes de su asesinato, el l¨ªder Jorge Solano, grab¨® un v¨ªdeo denunciando a su posible victimario: un exfuncionario p¨²blico. Dos d¨ªas despu¨¦s fue asesinado otro l¨ªder: Luis Gonzalo Hincapi¨¦. Esta vez, en el departamento de Antioquia.
Desde el a?o 2016 han sido asesinados m¨¢s de 600 l¨ªderes y lideresas sociales. Se podr¨ªa denominar una masacre continuada. Recientemente, termin¨¦ de escribir un libro que analiza los datos desde 2010 y hace un estudio a profundidad sobre la victimizaci¨®n a los liderazgos sociales. Las conclusiones podr¨ªan resumirse en cuatro ejes, aunque lo m¨¢s dram¨¢tico del estudio son las proyecciones para el a?o 2021.
La primera conclusi¨®n es que el victimario, el que mata, no es el mismo, pero mata a los mismos. En m¨¢s del 70% de los casos, los asesinos son sicarios, muchos de ellos no saben, siquiera, qui¨¦n los contrat¨® y, tampoco, a qui¨¦n mataron. Solo reciben un dinero, una fotograf¨ªa y una direcci¨®n. Con eso basta. Por 500 d¨®lares pueden asesinar un l¨ªder social en Colombia. Sin embargo, al analizar el perfil de la v¨ªctima, se puede concluir que matan a los mismos: m¨¢s del 60% de los l¨ªderes asesinados son: A. reclamantes de tierra o de la verdad. B. L¨ªderes que se oponen a econom¨ªas ilegales. C. L¨ªderes que participan en pol¨ªtica o hacen control pol¨ªtico. D. L¨ªderes ambientales. La sistematicidad viene dada por el perfil de la v¨ªctima.
La segunda conclusi¨®n es que la mayor¨ªa de los casos queda en la impunidad, como en toda la regi¨®n, pero all¨ª donde hay capturas y sentencias, en su inmensa mayor¨ªa, se refiere a autores materiales de los cr¨ªmenes y no a los determinadores. Por ejemplo, en el caso de Juana Perea se logr¨®, como en muy pocos casos, una captura r¨¢pida, a un miembro del Clan del Golfo. Una estructura criminal ligada a la desmovilizaci¨®n paramilitar. Sin embargo, para los expertos, es claro que alguien orden¨® ese asesinato. Resulta dif¨ªcil llegar a los determinadores. Todo indicar¨ªa que, en la mayor¨ªa de los casos, a los l¨ªderes los asesinan por el papel que cumplen en el territorio. Es decir, la violencia procesa la pol¨ªtica en Colombia.
Una tercera conclusi¨®n es a¨²n m¨¢s desesperanzadora. En el libro se analizan decenas de decretos, medidas, anuncios que ha hecho el Estado colombiano para proteger la vida de los l¨ªderes y lideresas, son muchos y de todo tipo, pero el impacto es cero. Todo indica que el gran secreto se encuentra en la judicializaci¨®n de los determinadores. Mientras no se avance en ello, ser¨¢ dif¨ªcil que se pare la masacre. En las regiones, muchos se sienten con la libertad de mandar a asesinar. La estigmatizaci¨®n por parte de funcionarios hacia los l¨ªderes sociales es otro gran problema, los se?alan de ser guerrilleros, vagos o mantenidos.
Por ¨²ltimo, la investigaci¨®n muestra que el 2021 ser¨¢ un a?o violento, m¨¢s de lo que ha sido el 2020. La explicaci¨®n es sencilla: 1. La explosi¨®n de econom¨ªas ilegales. Tanto la pasta base de coca, como el precio del oro se han disparado los ¨²ltimos meses, eso significa que cualquiera que se oponga a estas econom¨ªas ser¨¢ eliminado. 2. El pr¨®ximo a?o comenzar¨¢n a salir las primeras medidas de la justicia transicional, por ende, los reclamantes de tierra y verdad estar¨¢n amenazados. Son muchos los que quieren que no se sepa la verdad. 3. El 2021 ser¨¢ un a?o preelectoral y los l¨ªderes que participan en pol¨ªtica est¨¢n en riesgo. 4. Adem¨¢s, tanto las econom¨ªas ilegales, como los diferentes proyectos econ¨®micos territoriales amenazar¨¢n a los l¨ªderes ambientales. Un verdadero ba?o de sangre.