Ciudadanos, embestido por todos los flancos
Nadie les echa un cable, ni una palabra de comprensi¨®n y apoyo. El PP y Vox se frotan las manos ante el acercamiento negociador del partido liberal al Gobierno
Ciudadanos, con Bildu y ERC. Con este eslogan se hace casi imposible que el partido que dirige In¨¦s Arrimadas pueda seguir adelante con su meditada decisi¨®n de tratar de ser un actor relevante en la elaboraci¨®n y aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. Nadie les echa un cable, ni una palabra de comprensi¨®n y apoyo. El PP y Vox se frotan las manos ante el acercamiento negociador del partido liberal al Gobierno. Los pr...
Ciudadanos, con Bildu y ERC. Con este eslogan se hace casi imposible que el partido que dirige In¨¦s Arrimadas pueda seguir adelante con su meditada decisi¨®n de tratar de ser un actor relevante en la elaboraci¨®n y aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. Nadie les echa un cable, ni una palabra de comprensi¨®n y apoyo. El PP y Vox se frotan las manos ante el acercamiento negociador del partido liberal al Gobierno. Los primeros les expulsar¨¢n del espectro moderado para arrojarlos al infierno del Gobierno Frankenstein, como aire¨® ayer el l¨ªder popular, Pablo Casado, en el primer debate para defender las enmiendas a la totalidad contrarias a los Presupuestos. Si este pudiera, animar¨ªa a los diez diputados del grupo de Ciudadanos para que dieran el salto definitivo al c¨ªrculo de los grupos que apoyan al Gobierno. No es balad¨ª aligerar el espacio de la derecha; en ello le va la vida pol¨ªtica al nuevo Partido Popular que rompi¨® sus amarras con Vox el 22 de octubre en la moci¨®n de censura del partido ultra contra el presidente Pedro S¨¢nchez.
No pens¨® el equipo de In¨¦s Arrimadas que iba a ser tan dif¨ªcil dar el giro que ha dado en su estrategia sobre c¨®mo estar y qu¨¦ lugar ocupar en pol¨ªtica. No se trataba de arrumbar sus contenidos program¨¢ticos, sino de cambiar su posici¨®n pol¨ªtica sobre las alianzas. Hace ahora un a?o que el anterior l¨ªder, Albert Rivera, dimiti¨® tras el derrumbe electoral de su partido, que pas¨® de 57 diputados a 10. Su apuesta fue la de practicar una guerra total al PSOE y, sin dejar de ser cr¨ªtico con el PP, su opci¨®n fue pactar con los populares en gobiernos auton¨®micos y negar el pan y la sal al PSOE. No se trat¨® de contenidos ni en los gobiernos auton¨®micos ni en su ¡°no es no¡± al Gobierno central. En realidad, nunca se dio una oportunidad a la negociaci¨®n.
La antipat¨ªa pol¨ªtica se mantiene en el discurso de Ciudadanos frente a Unidas Podemos, pero el primero estaba en disposici¨®n de negociar con la parte socialista y obviar al partido de Pablo Iglesias. Estos ¨²ltimos trabajan con denuedo para alejar a los liberales de la negociaci¨®n de las cuentas del Estado y exacerbar las diferencias en los planteamientos pol¨ªticos. Por la derecha y por la izquierda, azuzan a Ciudadanos. Los l¨ªmites de la disposici¨®n de este partido a negociar se han traspasado con asuntos como la defensa del castellano en las comunidades con lenguas cooficiales. Arrimadas tuvo que avisar al Gobierno de que con ellos no cuenten para los Presupuestos si no se retira esa enmienda que menoscaba la ense?anza del castellano. Al tiempo, el PP los sobrepasaba con el anuncio de que recorrer¨¢ Espa?a pidiendo firmas contra esa reforma educativa al igual que hizo contra el Estatuto de Catalu?a en 2006.
Aun as¨ª, Ciudadanos no quiere tirar la toalla en su af¨¢n de que, al final, pueda atribuirse logros en los Presupuestos. Hay dudas de que pueda soportar la denuncia del PP y de Vox; los empujones de Unidas Podemos y los nacionalistas y el susurro descalificador continuo de antiguos compa?eros de partido. Y todo ello con elecciones en tres meses en Catalu?a, comunidad por la que Ciudadanos naci¨® en defensa de su espa?olidad.