Entretenido
No hay nada peor que alguien aburrido para idear cosas malas
Yo no s¨¦ si es que Iv¨¢n Redondo tiene poca tarea. Lo mismo es eso. No hay nada peor que alguien aburrido para idear cosas malas. Si ese alguien tiene un poder inmenso, para qu¨¦ le vamos a contar a usted nada. Desde muy peque?os lo hemos o¨ªdo todos en casa o en el colegio, que, hasta que lleg¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, lo llevaban casi todo curas.
El asunto es que Redondo se debe aburrir con la cantidad de cosas que Pedro S¨¢nchez le ha echado encima. O eso o se ha vuelto una especie de comit¨¦ central que, al mejor estilo de los partidos leninistas, deposita la sabidur¨ªa y la correcci¨®n pol¨ªti...
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Yo no s¨¦ si es que Iv¨¢n Redondo tiene poca tarea. Lo mismo es eso. No hay nada peor que alguien aburrido para idear cosas malas. Si ese alguien tiene un poder inmenso, para qu¨¦ le vamos a contar a usted nada. Desde muy peque?os lo hemos o¨ªdo todos en casa o en el colegio, que, hasta que lleg¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, lo llevaban casi todo curas.
El asunto es que Redondo se debe aburrir con la cantidad de cosas que Pedro S¨¢nchez le ha echado encima. O eso o se ha vuelto una especie de comit¨¦ central que, al mejor estilo de los partidos leninistas, deposita la sabidur¨ªa y la correcci¨®n pol¨ªtica en una sola cabeza.
Karl Marx es el culpable de ese desatino, pero el sabio alem¨¢n ya nos pilla muy lejos y, sobre todo, sus pretensiones afectar¨ªan de lleno a un partido, el PSOE, que las ha pasado negras teniendo que escapar de las protectoras y confortables alas del comunismo. Hace ya mucho tiempo que los partidos socialdem¨®cratas decidieron que pod¨ªan equivocarse sin necesidad de que lo hiciera una clase social ungida por la Historia. El partido de Pedro S¨¢nchez no es una excepci¨®n.
Pero hete aqu¨ª que ¡°lleg¨® el comandante y mand¨® parar¡±. El ¨¦ter, sobre todo, pero no solo, tambi¨¦n la tinta de los peri¨®dicos o las escurridizas portadillas de los informativos de las televisiones, se han ido llenando de fake news, o sea, de noticias falsas, en un santiam¨¦n. Aqu¨ª hay que poner orden, No vaya a ser que el personal se trague que hay diez mil soldados rusos preparados para ir a Catalu?a para hacer all¨ª, por supuesto, lo que haga falta. Y quien dice diez mil soldados, puede decir cualquier cosa, cualquier otra atrocidad.
Redondo y quien le sustituya en el confuso, pero todopoderoso cargo que ocupa hasta que unas elecciones o una moci¨®n de censura tumben, presumiblemente, a su jefe, cosas que pueden pasar en una democracia. Redondo tiene ahora que hacer mucho trabajo para reencontrar el camino de la verdad. Tiene, sobre sus ya cargados hombros, la responsabilidad de cargar con el peso de la verdad.
Es muy posible que el antes muy concienciado gremio de los informadores no le d¨¦ mayor importancia todav¨ªa a un bicho que amenaza con com¨¦rselos.
Mientras, ?a alguien se le ocurre algo para tener entretenido a Iv¨¢n Redondo? Nos va mucho en ello.