Mal perder
El boicot de Trump a Biden es una inaceptable irresponsabilidad
La victoria de Joe Biden no tiene retroceso, a pesar de que Donald Trump persista en cuestionarla y denuncie la existencia de votos ilegales con los que, seg¨²n asegura, se le quiere robar la presidencia. Los Gobiernos de otros pa¨ªses felicitan a Biden, incluso ya el de China. Solo resiste el trumpismo, c¨®modamente alojado en el Partido Republicano. Los votos ilegales solo existen en la cabeza de Trump y las autoridades encargadas de supervisar los sistemas de voto en todo el pa¨ªs han emitido mensajes muy claros en ese sentido: no prosperaron las demandas ante la justicia exigiendo la invalida...
La victoria de Joe Biden no tiene retroceso, a pesar de que Donald Trump persista en cuestionarla y denuncie la existencia de votos ilegales con los que, seg¨²n asegura, se le quiere robar la presidencia. Los Gobiernos de otros pa¨ªses felicitan a Biden, incluso ya el de China. Solo resiste el trumpismo, c¨®modamente alojado en el Partido Republicano. Los votos ilegales solo existen en la cabeza de Trump y las autoridades encargadas de supervisar los sistemas de voto en todo el pa¨ªs han emitido mensajes muy claros en ese sentido: no prosperaron las demandas ante la justicia exigiendo la invalidaci¨®n de votaciones o la paralizaci¨®n del escrutinio. Finalmente, ayer se asignaron los Estados pendientes y con ellos Biden supera a Trump en m¨¢s de cinco millones de votos populares y tiene adjudicados 306 delegados frente a 232. No hay ning¨²n elemento para pensar que esta situaci¨®n pueda alterarse sustancialmente por los recuentos que se lleven a cabo donde est¨¦n autorizados.
Trump se encuentra en una posici¨®n insostenible. Tiene por supuesto derecho a recurrir a los tribunales, pero su obstruccionismo sin ninguna base argumental es inaceptable. Su resistencia a reconocer la derrota y su negativa a facilitar el traspaso de poderes son factores de incertidumbre para Estados Unidos y tambi¨¦n para sus aliados. A diferencia de todas las anteriores transiciones presidenciales, Biden no ha podido acceder a¨²n a los edificios oficiales, a la informaci¨®n reservada y a las comunicaciones protegidas. Con raz¨®n su equipo reclam¨® ayer que se le permita este acceso.
Encerrado en la Casa Blanca, el mandatario saliente ya no gobierna, solo est¨¢ dedicado a deslegitimar a Biden y a complicar su presidencia antes de que haya empezado, sabiendo que la dilataci¨®n del traspaso de poderes prolongar¨¢ el per¨ªodo de interinidad en numerosos niveles de la Administraci¨®n, a la espera de la confirmaci¨®n por el Senado de los nombramientos que haga el nuevo presidente. El boicot de Trump a su sucesor no solo es la base de una previsible y constante campa?a de erosi¨®n del mandato del nuevo presidente dem¨®crata; introduce riesgos adicionales para la seguridad nacional y retrasa la respuesta a los dos retos inmediatos a los que se enfrenta Estados Unidos: el combate contra la pandemia y la respuesta a la grave crisis econ¨®mica. Es una enorme irresponsabilidad republicana que el equipo de Biden no haya tenido acceso todav¨ªa a los planes de vacunaci¨®n masiva ni haya obtenido toda la informaci¨®n sobre la negociaci¨®n de la renovaci¨®n del tratado New Start firmado con Mosc¨² sobre la reducci¨®n de armamento nuclear estrat¨¦gico que vence el pr¨®ximo 5 de febrero.
A pesar de la derrota, Trump sigue siendo el jefe de los republicanos, probablemente con aspiraciones presidenciales para 2024. De momento, brillan por su escasez las voces que desde el lado conservador se atreven a contradecirle. El Partido Republicano est¨¢ pendiente de la repetici¨®n de la votaci¨®n en Georgia el 5 de enero para dos esca?os de senadores, elecci¨®n muy importante porque se juegan la mayor¨ªa en el Senado. En ese Estado, la actuaci¨®n de Trump podr¨ªa perjudicarles. El reconocimiento de que ha perdido las elecciones por parte del actual presidente es necesario para todos, y tambi¨¦n para su partido.