El misterio de Bildu
Pedro S¨¢nchez ha conseguido, con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, hacer que una buena parte de los socialistas, a¨²n heridos por las balas etarras se revuelvan contra su jefe
Al principio todos, menos ellos a s¨ª mismos, los ve¨ªamos como unos grupos con el pelo cortado a hachazos, que ladraban antes que hablar. Antes de eso, una buena parte de la sociedad vasca biempensante ¡ªla que por ejemplo se anuda la corbata amarilla mucho antes de decidir a d¨®nde va a mirar la pr¨®xima vez¡ª se contentaba con despreciar a esa desagradable cuadrilla que mostraba su contento cuando quemaba autobuses municipales. Era f¨¢cilmente reductible a cifras. Pero lleg¨® el tiempo en que los chicos y las chicas de esa generaci¨®n buscaron otra est¨¦tica. Y no hay ¨¦tica sin est¨¦tica, como afirmab...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Al principio todos, menos ellos a s¨ª mismos, los ve¨ªamos como unos grupos con el pelo cortado a hachazos, que ladraban antes que hablar. Antes de eso, una buena parte de la sociedad vasca biempensante ¡ªla que por ejemplo se anuda la corbata amarilla mucho antes de decidir a d¨®nde va a mirar la pr¨®xima vez¡ª se contentaba con despreciar a esa desagradable cuadrilla que mostraba su contento cuando quemaba autobuses municipales. Era f¨¢cilmente reductible a cifras. Pero lleg¨® el tiempo en que los chicos y las chicas de esa generaci¨®n buscaron otra est¨¦tica. Y no hay ¨¦tica sin est¨¦tica, como afirmaba el profesor Jos¨¦ Luis L¨®pez Aranguren. Algunos un poco tarde, y seguro que todos m¨¢s tarde de lo debido, fueron apart¨¢ndose de la repugnante costumbre de recibir a los h¨¦roes del tiro en la nuca como Josu Ternera entre grandes festejos.
Poco a poco, en un proceso que ha sido escasamente reconocido por los anteriores depositarios de los lugares donde reposan los cad¨¢veres de la Guerra Civil, los herederos pol¨ªticos de ETA han ido pidiendo perd¨®n por sus m¨¢s que reprobables conductas. La extrema derecha espa?ola ha hecho dif¨ªcil el sue?o de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba de incorporarlos a la pol¨ªtica. Porque eso es lo que quer¨ªa Alfredo. Lo dem¨¢s ha venido solo. Salvo un reducid¨ªsimo grupo fiel a la est¨²pida y sin salida estrategia de Txapote y compa?¨ªa, todos han ido pidiendo perd¨®n por la burrada del pasado. Todos han seguido la l¨ªnea marcada por Alfredo, que curiosamente no fue asesinado por ETA sino por alguien tan traidor como la organizaci¨®n, un ictus.
Los militantes de Bildu, elegidos democr¨¢ticamente por sus votantes, llegan a duras penas a sumar cinco parlamentarios. Cinco es muy poco para cambiar la Constituci¨®n Espa?ola. Son 10 veces menos que los representantes de Vox, que tambi¨¦n quieren cambiar la Constituci¨®n. Les parecen muchos a los del PNV. El misterio de Bildu reside no solo en su capacidad para multiplicar su presencia en el Parlamento espa?ol, sino en amplificar, gracias a la extrema derecha, representada por Vox y alg¨²n espont¨¢neo completamente ajeno a las directrices marcadas por alguien como P¨¦rez Rubalcaba.
Aparte de todo, est¨¢ Pedro S¨¢nchez, capaz de vender un coche viejo a cambio de un pu?ado de votos nuevos. Pedro S¨¢nchez ha conseguido, con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, hacer que una buena parte de los socialistas, a¨²n heridos por las balas etarras, se revuelvan contra su jefe. Ese es el misterio de Bildu.