Brisa marina
Puede que la memoria de aquel aire de alta mar cargado de sofrito de pescado y el olor a gal¨¢n de noche de aquel cine de verano constituyan hoy el asa m¨¢s firme a la que agarrarse
Pese a que eran los tiempos de una dictadura, aquel cine de verano situado muy cerca del puerto de pescadores ol¨ªa a gal¨¢n de noche. Mientras en la pantalla bajo el cielo estrellado se suced¨ªan besos de mujeres so?adas y rev¨®lveres humeantes, desde all¨ª se o¨ªa el motor de las tra¨ª?as que a esa hora sal¨ªan a la captura de la anchoa y de la sardina. Las barcas de arrastre zarpaban m¨¢s tarde, ya de madrugada. Gracias a mi amistad con un patr¨®n pas¨¦ algunas jornadas de pesca en su barco y de ellas recuerdo no tanto el esfuerzo de su gente en la lucha por la vida como el perfume que invad¨ªa la cubi...
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Pese a que eran los tiempos de una dictadura, aquel cine de verano situado muy cerca del puerto de pescadores ol¨ªa a gal¨¢n de noche. Mientras en la pantalla bajo el cielo estrellado se suced¨ªan besos de mujeres so?adas y rev¨®lveres humeantes, desde all¨ª se o¨ªa el motor de las tra¨ª?as que a esa hora sal¨ªan a la captura de la anchoa y de la sardina. Las barcas de arrastre zarpaban m¨¢s tarde, ya de madrugada. Gracias a mi amistad con un patr¨®n pas¨¦ algunas jornadas de pesca en su barco y de ellas recuerdo no tanto el esfuerzo de su gente en la lucha por la vida como el perfume que invad¨ªa la cubierta cuando al mediod¨ªa el cocinero echaba un ajo y unas colas de rape en el aceite de oliva hirviendo de la caldereta. Puede que la memoria de aquella brisa de alta mar cargada de sofrito de pescado y el olor a gal¨¢n de noche de aquel cine de verano constituyan todav¨ªa hoy en estos tiempos tan duros el asa m¨¢s firme a la que agarrarse. En la terraza de un bar tomo caf¨¦ todas las ma?anas con el viejo patr¨®n. A veces me habla de aquellos a?os en que de chaval su padre lo llev¨® a pescar en el ¨²ltimo barco de vela y del que aprendi¨® todas las artes y designios de la mar. El marinero me cuenta historias de borrascas, de delfines, de naufragios, de las veces que en la red, entre las lubinas, merluzas y lenguados, aparec¨ªa tambi¨¦n capturada un ¨¢nfora griega o romana; yo le recuerdo las pel¨ªculas de motines, de rebeliones a bordo y de ballenas blancas que ve¨ªa en aquel cine de verano. A veces se acerca a la tertulia a saludar al viejo marinero un almirante retirado, quien nos cuenta sus avatares de cruceros y fragatas. Cada uno con su sabidur¨ªa lleva dentro un mar distinto. Uno lo sue?a en medio de grandes batallas y otro como una forma muy dura de ganarse la vida. Sentado entre los dos, pienso que tambi¨¦n existe ese otro mar que se traga a los malos poetas.