Para la libertad
Mart¨ªnez Almeida tararea lo de la libertad, como si no hubiera mandado que quitaran a Hern¨¢ndez su placa
Hay barrios de Madrid, y seguramente de muchas capitales auton¨®micas, en los que salir no ya por la noche sino al mediod¨ªa, se ha convertido en una tarea de las que Alfred Zinnemann solo le encargaba a Gary Cooper (High Noon, 1952). Cooper ten¨ªa que liquidar a Frank Miller y su banda para que el peque?o pueblo, repleto de habitantes tr¨¦mulos, pudiera acceder a los beneficios del capitalismo.
Hoy, Mar¨ªa le ha pedido a Carlos que no salga solo por las inmediaciones del estadio Bernab¨¦u, uno de los lugares donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, le disputa ...
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Hay barrios de Madrid, y seguramente de muchas capitales auton¨®micas, en los que salir no ya por la noche sino al mediod¨ªa, se ha convertido en una tarea de las que Alfred Zinnemann solo le encargaba a Gary Cooper (High Noon, 1952). Cooper ten¨ªa que liquidar a Frank Miller y su banda para que el peque?o pueblo, repleto de habitantes tr¨¦mulos, pudiera acceder a los beneficios del capitalismo.
Hoy, Mar¨ªa le ha pedido a Carlos que no salga solo por las inmediaciones del estadio Bernab¨¦u, uno de los lugares donde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, le disputa a Roc¨ªo Monasterio, de Vox, el liderazgo de la extrema derecha. Carlos se ha quedado impresionado al ver a tanta gente con sus banderas espa?olas, balanceando las caderas, de forma algo inapropiada, es verdad, al ritmo de unos versos que le resultar¨ªan familiares en otro contexto: ¡ para la libertad¡ A Carlos, no se sabe muy bien por qu¨¦, esa letra le suena a izquierdista, como si proviniera de Miguel Hern¨¢ndez o alguien de ese estilo, acompa?ada, adem¨¢s, por la voz ligeramente tremolosa de Joan Manuel Serrat.
La respuesta no tarda en hacerse carne: primero aparece una moto de gran cilindrada. El asiento de atr¨¢s lo sobreocupa un hermoso ejemplar de la raza humana armado de una casulla que alterna con el casco, que alg¨²n Gobierno social-comunista ha hecho obligatorio. El corpulento copiloto aprovecha un sem¨¢foro en rojo para explicarle al respetable el contenido de la ley Cela¨¢: ¡°Esto es un comunismo¡±.
Una de sus variantes ¡ªimagina Carlos¡ª, y se dirige con paso en¨¦rgico hasta el s¨¦ptimo piso del ¨¢tico que comparte con Mar¨ªa, sin importarle los muchos pelda?os que a¨²n le separan de su amada. Sus timbrazos son tan en¨¦rgicos que ella le abre la puerta sin atusarse las rubias guedejas. Carlos tarda en recuperar el resuello. Las palabras acaban por abrirse paso, con la ayuda de un vaso de agua de Lozoya que ella le suministra enseguida:
¡ªMar¨ªa. Lo de Frank Miller es una bobada. Abajo hay miles de personas de la derechona que exigen libertad.
¡ªEso ya lo sab¨ªas antes, mi Gary Cooper.
La respuesta pone los pelos de punta: en un coche conducido por Pablo Casado, departen Ayuso y el alcalde Almeida. El alcalde tararea lo de la libertad, como si no hubiera mandado que quitaran a Hern¨¢ndez su placa.
¡ªHern¨¢ndez es un apellido muy espa?ol.