El tiempo perdido
Es com¨²n pensar en este a?o como perdido. Perdimos millones de vidas que seguir¨ªan con nosotros si un maldito virus no hubiera atacado a toda la humanidad con una velocidad de transmisi¨®n desconocida y una sanidad incapaz, no por falta de esfuerzos, sino de infraestructura y herramientas sanitarias. Es com¨²n pensar en este noviembre como mes perdido en la transici¨®n del Ejecutivo estadounidense con un Gobierno de salida inoperante, bloqueador y enfocado en pelear judicialmente sin pruebas con pretensiones que ameritar¨ªan dr¨¢sticas sanciones por denuncia falsa. Ahora, y centr¨¢ndonos en las inmi...
Es com¨²n pensar en este a?o como perdido. Perdimos millones de vidas que seguir¨ªan con nosotros si un maldito virus no hubiera atacado a toda la humanidad con una velocidad de transmisi¨®n desconocida y una sanidad incapaz, no por falta de esfuerzos, sino de infraestructura y herramientas sanitarias. Es com¨²n pensar en este noviembre como mes perdido en la transici¨®n del Ejecutivo estadounidense con un Gobierno de salida inoperante, bloqueador y enfocado en pelear judicialmente sin pruebas con pretensiones que ameritar¨ªan dr¨¢sticas sanciones por denuncia falsa. Ahora, y centr¨¢ndonos en las inminentes vacunas y la mascarilla como nuevo atuendo permanente, dejaremos este fat¨ªdico 2020 que, como el inquilino de la Casa Blanca, se resiste a desaparecer y empezaremos un a?o nuevo con un flamante Gobierno, una esperanza en forma de vacuna, un recuerdo imborrable de los que se fueron, un sistema sanitario hiperrobusto y la esperanza de un tiempo mejor.
Luis Peraza Parga. Bellaire, Texas (Estados Unidos)