Eufemismo progresista
?Qu¨¦ progresismo es ese con el que se asocia el presidente de Gobierno?
Ya tenemos presupuestos prorrogables para toda la legislatura, pactados con una mayor¨ªa ¡°progresista¡±. Pero no son unos presupuestos transversales de lucha contra la covid, como pretend¨ªa S¨¢nchez, para lo que precisaba incluir a Cs en el pacto, sino que son unos presupuestos de confrontaci¨®n con la derecha espa?olista, como pretend¨ªa Iglesias, que ha ganado as¨ª la primera batalla de su guerra de posiciones clase contra clase que hizo aprobar en Vistalegre II. Con ello, el tridente Iglesias-Rufi¨¢n-Otegi ha logrado torcer el brazo a S¨¢nchez, ganando el pulso que le echaron por ver qui¨¦n i...
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Ya tenemos presupuestos prorrogables para toda la legislatura, pactados con una mayor¨ªa ¡°progresista¡±. Pero no son unos presupuestos transversales de lucha contra la covid, como pretend¨ªa S¨¢nchez, para lo que precisaba incluir a Cs en el pacto, sino que son unos presupuestos de confrontaci¨®n con la derecha espa?olista, como pretend¨ªa Iglesias, que ha ganado as¨ª la primera batalla de su guerra de posiciones clase contra clase que hizo aprobar en Vistalegre II. Con ello, el tridente Iglesias-Rufi¨¢n-Otegi ha logrado torcer el brazo a S¨¢nchez, ganando el pulso que le echaron por ver qui¨¦n impon¨ªa su estrategia integradora o polarizadora. Aunque, para dorar la p¨ªldora, han tenido la condescendencia de llamar a su pacto ¡°progresista¡±, en lugar de frentista.
Lo cual supone una nueva victoria para Iglesias, que as¨ª logra imponer su propio marco mental discursivo. Como buen populista, aplica al pie de la letra la Teor¨ªa del Discurso de la Escuela de Essex patentada por Laclau, que combina las ense?anzas del marxista Gramsci con el psicoanalista Lacan para crear una herramienta ret¨®rica que hace de los ¡°significantes vac¨ªos¡± un instrumento generador de identidades atr¨¢palo-todo. El primer Iglesias recurri¨® a marcos mentales rudos y toscos como el de ¡°casta¡± que no enga?aban a casi nadie. Pero ahora se ha refinado bautizando a su bloque hist¨®rico como ¡°progresista¡±: un significante vac¨ªo pero inequ¨ªvocamente seductor y positivo, al que se le han limado todas las garras radicales. Pues ?qui¨¦n podr¨ªa oponerse al avance hist¨®rico del progreso? Y ha tenido ¨¦xito, pues hasta los cronistas parlamentarios hablan de coalici¨®n ¡°progresista¡±.
Pero ?qu¨¦ hay de ¡°progresista¡± en el tridente Iglesias-Rufi¨¢n-Otegi? Hoy, en Occidente, el progresismo es sin¨®nimo de protecci¨®n universal de los derechos ciudadanos: civiles, pol¨ªticos y sociales, por este mismo orden de prioridades. Pero lo que no es en absoluto progresista es poner la carreta delante de los bueyes, protegiendo los derechos sociales sin reconocer ni defender los derechos civiles y pol¨ªticos, como hacen las dictaduras de ambos signos. Y, en este aspecto, los socios de la ¡°coalici¨®n progresista¡± que ha sacado adelante los Presupuestos Generales del Estado presentan un historial en absoluto progresista. Otegi pertenece a un partido-movimiento que alardea de homenajear a violadores de derechos humanos, sin ning¨²n respeto por el derecho a la vida y a la integridad. Rufi¨¢n pertenece a un partido que particip¨® en una declaraci¨®n unilateral de independencia aprobando leyes que violaban los derechos pol¨ªticos de la mitad de los catalanes, y que a¨²n hoy mismo sostiene que no se arrepiente de nada y que lo volver¨ªa a hacer. E Iglesias ha demostrado en tiempo r¨¦cord su capacidad para presionar a los medios informativos violando la libertad de expresi¨®n, y ha impuesto su proyecto legal hoy todav¨ªa suspenso de politizar la justicia okupando la c¨²pula del poder judicial. ?Qu¨¦ progresismo es ese con el que se asocia el presidente del Gobierno? Vale que se al¨ªe con radicales por pragmatismo o supervivencia, pero que no diga que lo hace por progresismo, que no cuela.