Yo soy el PSOE
Pedro S¨¢nchez atribuye los ¨¦xitos a su partido, al que simula dirigirse como si fuera protagonista de las decisiones, cuando obviamente quien hace y deshace es ¨¦l (con Pablo Iglesias)
He hablado una sola vez con Pedro S¨¢nchez, a iniciativa suya, por tel¨¦fono, el d¨ªa del gran mitin de Podemos en la Puerta del Sol. Le preocupaba que en una columna dijera que dif¨ªcilmente podr¨ªa votar al PSOE, tras apoyar al PP estableciendo la cadena perpetua revisable. No hab¨ªa problema, respond¨ª: mi eficacia como l¨ªder de opini¨®n era nula. Nada m¨¢s. El episodio confirmaba la impresi¨®n de que su ¨¦xito pol¨ªtico era la prioridad absoluta. Pareci¨® desmentirlo sosteniendo el pulso ante Iglesias en 2019, hasta el repentino pacto poselectoral. Desde entonces entra en juego el mecanismo descrito en...
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He hablado una sola vez con Pedro S¨¢nchez, a iniciativa suya, por tel¨¦fono, el d¨ªa del gran mitin de Podemos en la Puerta del Sol. Le preocupaba que en una columna dijera que dif¨ªcilmente podr¨ªa votar al PSOE, tras apoyar al PP estableciendo la cadena perpetua revisable. No hab¨ªa problema, respond¨ª: mi eficacia como l¨ªder de opini¨®n era nula. Nada m¨¢s. El episodio confirmaba la impresi¨®n de que su ¨¦xito pol¨ªtico era la prioridad absoluta. Pareci¨® desmentirlo sosteniendo el pulso ante Iglesias en 2019, hasta el repentino pacto poselectoral. Desde entonces entra en juego el mecanismo descrito en el diario del vicepresidente: ¡°Iglesias arrastra a S¨¢nchez a¡¡±. Para compensarlo, como en la disertaci¨®n sobre ¡°la Espa?a que nos merecemos¡±, su estilo se vuelve prepotente y triunfalista.
Todo lo ha hecho bien, incluso con la pandemia los espa?oles por comparaci¨®n tuvimos suerte, a pesar de la oposici¨®n de enemigos del inter¨¦s nacional que votaron contra el estado de alarma (l¨¦ase PP, mentira). Puesto a aplacar el disgusto de correligionarios ante decisiones innombrables (Bildu, la postergaci¨®n del espa?ol), atribuye los ¨¦xitos al PSOE, al que simula dirigirse, como si fuera protagonista de las decisiones, cuando obviamente quien hace y deshace es ¨¦l (con Pablo Iglesias, aqu¨ª tambi¨¦n innombrable). En fin, todo es ¡°progresismo¡±.
Todorov ense?¨® que los silencios hablan, y por supuesto lo hacen en la alianza con Bildu, en la lengua vehicular y en la armonizaci¨®n fiscal, otros tantos escollos convenientemente ocultados por Iv¨¢n Redondo. El pacto con Bildu ser¨ªa estupendo si el exetarra Otegi hiciera autocr¨ªtica, como los exbrigadistas rojos en Italia, condenase los ongietorris y dejara de hablar de ¡°violencia del Estado¡±. Para nada. ?Futuro contra pasado? El fascismo muestra que su falso enterramiento acaba en resurrecci¨®n. En cualquier caso, ni el pacto es ¡°noticia inventada¡±, Iglesias lo dej¨® claro, ni es inocuo, porque la troika ERC-Bildu-Podemos cogobernando representa un jaque a la supervivencia de esa Espa?a, amor apasionado de S¨¢nchez. ¡°?Pol¨¦mica artificial?¡±. Tambi¨¦n debe serlo la p¨¦rdida de condici¨®n (constitucional) vehicular del espa?ol. Y, ya que aborda la lucha contra los privilegios econ¨®micos de Madrid, ?por qu¨¦ cierra los ojos ante Euskadi? Una cosa es la f¨®rmula del Concierto y otra las cifras reales del Cupo.
La ceguera voluntaria alcanza a la cuesti¨®n capital de la respuesta a la crisis. Todo lo propuesto suena bien, pero ?d¨®nde est¨¢n las medidas de reactivaci¨®n capitalista? Ni neoliberalismo ni solo ¡°cohesi¨®n social¡± desde el Estado son caminos v¨¢lidos. El discurso de S¨¢nchez ignora el concepto de ¡°decencia com¨²n¡± de Orwell: como gobernante no debe vulnerar el sistema de valores de su base social. Y tampoco ¡°saldremos m¨¢s fuertes¡± (eslogan ahora repintado).