De lo h¨²ngaro
J¨®zsef Sz¨¢jer representa lo m¨¢s vil de la pol¨ªtica: la represiva mentira p¨²blica que tapa un complaciente vicio privado
Es impecable irse a pecar fuera cuando no se puede hacer en tu tierra: las espa?olas que abortaban en Londres, los que ve¨ªamos en Perpignan o m¨¢s lejos pel¨ªculas prohibidas, los hispanos que daban vivas a la rep¨²blica en Portugal cuando aqu¨ª a¨²n andaba Franco fusilando. Pecados de la carne o del alma, veniales todos. Pero la escapada ha tenido esta vez una moraleja cruel que nos alivia: J¨®zsef Sz¨¢jer, eurodiputado h¨²ngaro extremo-derechista, ha terminado su carrera pol¨ªtica, dicen que brillant¨ªsima, por un asunto de sado-maso gay que muchos adultos consintientes practican sin problema en sus r...
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Es impecable irse a pecar fuera cuando no se puede hacer en tu tierra: las espa?olas que abortaban en Londres, los que ve¨ªamos en Perpignan o m¨¢s lejos pel¨ªculas prohibidas, los hispanos que daban vivas a la rep¨²blica en Portugal cuando aqu¨ª a¨²n andaba Franco fusilando. Pecados de la carne o del alma, veniales todos. Pero la escapada ha tenido esta vez una moraleja cruel que nos alivia: J¨®zsef Sz¨¢jer, eurodiputado h¨²ngaro extremo-derechista, ha terminado su carrera pol¨ªtica, dicen que brillant¨ªsima, por un asunto de sado-maso gay que muchos adultos consintientes practican sin problema en sus recintos.
Sz¨¢jer representa lo m¨¢s vil de la pol¨ªtica: la represiva mentira p¨²blica que tapa un complaciente vicio privado. Pero las fotos que se han podido ver del apartamento del sexo duro en Bruselas, as¨ª como el relato oral del master chef de la org¨ªa, me han recordado, como paradoja, a uno de los grandes del periodo refundacional de los Nuevos Cines, el director Mikl¨®s Jancs¨® (1921-2014). Hoy est¨¢, me parece, un tanto olvidado, y quiz¨¢ demod¨¦, porque su extraordinaria concepci¨®n coreogr¨¢fica de lo pol¨ªtico no se lleva, y tal vez en su propio pa¨ªs los desnudos ¨ªntegros de sus actrices haciendo alegor¨ªas antifascistas podr¨ªan ser censurados.
Por mi gran apego al cine de Jancs¨® me aficion¨¦ a todo lo h¨²ngaro, inclinaci¨®n que no he abandonado excepto en el f¨²tbol, donde tambi¨¦n hubo virtuosos como Puskas, aunque en ese terreno carezco de autoridad. Oigo con mucha frecuencia la m¨²sica, digamos que cl¨¢sica ya, de Bart¨®k, el cine de Jancs¨® (y sus contempor¨¢neos Ga¨¢l o Szab¨®) hoy lo sustituyo por el de otro radical de la vanguardia, Bela Tarr, y sigo descubriendo excelentes novelas de Tibor D¨¦ry, Gy?rgy Konrad, Dezs? Kosztol¨¢nyi o L¨¢szlo Krasznahorkai, a la espera de que P¨¦ter N¨¢das, autor de esa gran obra maestra que es Libro del recuerdo, publique m¨¢s. H¨²ngaros de mejor fuste.