Alerta racista
La sociedad debe cerrar filas contra la xenofobia agitada por Vox
En Espa?a residen unos siete millones de personas nacidas en el extranjero. Su integraci¨®n, aunque mejorable en muchos aspectos, se ha producido sin apenas episodios xen¨®fobos graves y con un aceptable grado de acogida. La situaci¨®n social espa?ola ha vivido una gran metamorfosis en las ¨²ltimas d¨¦cadas sin producir turbulencias sist¨¦micas. Esto ha contribuido a reequilibrar la estructura demogr¨¢fica (compensando parcialmente la tendencia al envejecimiento vinculado a la baja tasa de natalidad de los aut¨®ctonos y a la larga esperanza de vida), el mercado de trabajo (que ha encontrado candidatos...
En Espa?a residen unos siete millones de personas nacidas en el extranjero. Su integraci¨®n, aunque mejorable en muchos aspectos, se ha producido sin apenas episodios xen¨®fobos graves y con un aceptable grado de acogida. La situaci¨®n social espa?ola ha vivido una gran metamorfosis en las ¨²ltimas d¨¦cadas sin producir turbulencias sist¨¦micas. Esto ha contribuido a reequilibrar la estructura demogr¨¢fica (compensando parcialmente la tendencia al envejecimiento vinculado a la baja tasa de natalidad de los aut¨®ctonos y a la larga esperanza de vida), el mercado de trabajo (que ha encontrado candidatos para puestos que los nacidos en Espa?a no suelen desear) y a enriquecer con mayor diversidad la sociedad. El proceso es mejorable ¡ªel ascensor social no funciona bien para los inmigrantes, la vinculaci¨®n con la sociedad local deber¨ªa ser superior¡ª, pero en su conjunto el balance puede considerarse positivo.
El fr¨¢gil equilibrio de procesos de este tipo se tambalea en momentos de crisis como este. Cuando el empleo cae, cuando la necesidad es acuciante, los recursos escasean y, sobre todo, y esto es lo m¨¢s grave, cuando en la arena pol¨ªtica hay una fuerza dispuesta a azuzar las emociones m¨¢s primarias. Decidida a culpabilizar al de fuera para reforzar idearios identitarios mal concebidos. Esa es la receta del populismo que han practicado Donald Trump en EE UU y Salvini en Italia, entre otros. Y es la que est¨¢ aplicando peligrosamente la ultraderecha en Espa?a. Por esas circunstancias internas, y por esos antecedentes internacionales, debe causar inquietud lo ocurrido el pasado fin de semana en Canarias, donde vecinos de Arguinegu¨ªn, el pueblo que ha sido escenario del hacinamiento de miles de inmigrantes durante cuatro meses, hostigaron a grupos de extranjeros por la calle al grito de ¡°fuera moros¡± y protagonizaron una protesta racista en torno al hotel que aloja a algunos de ellos. Cruz Roja lleg¨® a recomendar a los 6.000 inmigrantes alojados en 12 hoteles en Gran Canaria ¡ªque est¨¢n a la espera de que se terminen los campamentos que se est¨¢n construyendo¡ª que no salgan a la calle. Lo mismo hizo el Gobierno canario con los menores a su cargo.
Lo ocurrido es un episodio de dimensiones reducidas. Pero, si bien no debe exagerarse su significado, tampoco puede subestimarse. Precisamente la lecci¨®n italiana lo exige. Un flujo intenso de llegadas irregulares combinado con el abandono de la UE fue el caldo de cultivo que proyect¨® a la Liga de Salvini hasta un nivel de apoyo del 35%. En Espa?a, la afluencia creciente de inmigrantes (21.000 han llegado a las islas en lo que va de a?o) y una p¨¦sima gesti¨®n por parte del Gobierno han creado una situaci¨®n delicada. Los inmigrantes han malvivido amontonados en el muelle de Arguinegu¨ªn en unas condiciones impropias de un Estado europeo de derecho. La gesti¨®n fue mala, pues, pero la utilizaci¨®n populista que hace Vox de esta crisis es inaceptable y peligrosa. El lenguaje incendiario y la difusi¨®n de bulos que ligan la inmigraci¨®n con la delincuencia, con la pandemia y con una conjura gubernamental pueden tener graves consecuencias. La materia es delicada. En juego est¨¢n no solo vidas, sino la convivencia arm¨®nica que ha caracterizado a Espa?a. Es esencial que el Gobierno no deje huecos sin cubrir en su gesti¨®n. Y que una sociedad, siempre abierta y acogedora, cierre filas contra la xenofobia rampante que hoy viaja a lomos de la ultraderecha de Vox.