Pausa salarial
La moderaci¨®n retributiva es importante para salvar empleos en la recesi¨®n
El salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) ha experimentado en Espa?a una fuerte subida en los ¨²ltimos a?os. Ha sido una evoluci¨®n justa, porque se part¨ªa de niveles inaceptablemente bajos, y oportuna para acercar al pa¨ªs a los mejores est¨¢ndares europeos. Pese al avance consistente, no cabe ninguna complacencia, dadas las altas cotas registradas en Espa?a en cuanto a desigualdad social que es preciso seguir corrigiendo. Es imprescindible por tanto que esa senda de ascenso prosiga en el futuro, preferiblemente de forma escalonada, para que sea m¨¢s fluida su digesti¨®n.
El Gobierno espa?ol ...
El salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) ha experimentado en Espa?a una fuerte subida en los ¨²ltimos a?os. Ha sido una evoluci¨®n justa, porque se part¨ªa de niveles inaceptablemente bajos, y oportuna para acercar al pa¨ªs a los mejores est¨¢ndares europeos. Pese al avance consistente, no cabe ninguna complacencia, dadas las altas cotas registradas en Espa?a en cuanto a desigualdad social que es preciso seguir corrigiendo. Es imprescindible por tanto que esa senda de ascenso prosiga en el futuro, preferiblemente de forma escalonada, para que sea m¨¢s fluida su digesti¨®n.
El Gobierno espa?ol debate estos d¨ªas sobre si esta din¨¢mica debe dar un paso m¨¢s tambi¨¦n en 2021. De entrada, hay que aclarar que se trata de un debate sustancialmente simb¨®lico, entre congelaci¨®n o una m¨ªnima subida del 0,9% ¡ªequivalente a la concedida a los funcionarios, en una desafortunada decisi¨®n que constituye un antecedente inc¨®modo¡ª. Esta subida ser¨ªa tan escasa en t¨¦rminos absolutos, dado su punto de partida limitado (950 euros), que los beneficios para sus perceptores o da?os para los empleadores ser¨ªan casi intangibles.
Una mirada al entorno europeo muestra que varios pa¨ªses han previsto leves subidas del SMI. Pero Espa?a exhibe una combinaci¨®n especial de factores que la diferencia. Sobre todo, un colapso econ¨®mico m¨¢s grave que ellos (debilitando mucho precisamente al tipo de empleadores que resultar¨ªan afectados por esta medida). Pero tambi¨¦n una excepcional subida del SMI de un 45% en cuatro a?os. Cabe a?adir a esos factores espec¨ªficos uno general: una inflaci¨®n, negativa, que no corroe el poder adquisitivo.
En ese marco, hay que entender que la disyuntiva simb¨®lica no es entre hacer un gui?o al gran capital o a los trabajadores. Los empleadores que deber¨ªan afrontar una nueva subida no son los grandes conglomerados empresariales, siempre m¨¢s resistentes y, adem¨¢s, menos proclives a exhibir en sus n¨®minas a trabajadores de menor retribuci¨®n. Se trata mayoritariamente de peque?as empresas de sectores con escaso valor a?adido muy golpeadas por la crisis, sobre todo en la hosteler¨ªa, el turismo y el peque?o comercio, o empleadores individuales. La disyuntiva es, m¨¢s bien, entre el due?o del bar al borde de la quiebra o sus empleados. Y en ese marco, tiene mucho sentido hoy considerar que la defensa de empleos y peque?as empresas es una prioridad, para que la recesi¨®n no redunde en da?os permanentes, enquistados por culpa de la evaporaci¨®n del tejido productivo.
Considerar esto hoy no significa de ninguna manera renunciar al objetivo de fondo, sino tan solo perseguirlo teniendo en cuenta el contexto. Una eventual congelaci¨®n deber¨ªa ser moment¨¢nea y desbloquearse, para dar paso a un avance moderado, al minuto siguiente de la consolidaci¨®n de la recuperaci¨®n. Ni uno despu¨¦s.
La cohesi¨®n social es un valor fundamental beneficioso no solo para los desfavorecidos, sino para el conjunto de la colectividad. Las pol¨ªticas que la persiguen son justas, y los modelos liberales que la abandonan provocan graves disfunciones en las sociedades adem¨¢s de sufrimiento personal. En ese sentido, ahora sin duda es el tiempo de pol¨ªticas de protecci¨®n. Hay que esforzarse, por ejemplo mejorando la erogaci¨®n de la renta m¨ªnima de inserci¨®n. Puestos ante el dilema simb¨®lico, no parece serlo para otro aumento del SMI el a?o que viene.