MMXX
Vamos escasos de criterio y solidaridad. Si recicl¨¢ramos la mala leche en buena cabeza, la tarea ser¨ªa m¨¢s llevadera
Hay una ficci¨®n que predica el fin del mundo. Pasa por altibajos, pues a toda moda apocal¨ªptica le sigue otra de distinto cariz. Pero llevamos ya a?os con cientos de libros y pel¨ªculas que pronostican una huida del planeta tras devastarlo con destino hacia otros horizontes dudosamente f¨¦rtiles. Para los que nacimos a horas de distancia de que unos astronautas pisaran por primera vez la Luna nada de esto nos impresiona. Preferimos las pel¨ªculas de amor o atracos, porque estamos saturados de que nos presenten un futuro en el que nos desplazaremos por transportadores de materia mientras, esa mism...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Hay una ficci¨®n que predica el fin del mundo. Pasa por altibajos, pues a toda moda apocal¨ªptica le sigue otra de distinto cariz. Pero llevamos ya a?os con cientos de libros y pel¨ªculas que pronostican una huida del planeta tras devastarlo con destino hacia otros horizontes dudosamente f¨¦rtiles. Para los que nacimos a horas de distancia de que unos astronautas pisaran por primera vez la Luna nada de esto nos impresiona. Preferimos las pel¨ªculas de amor o atracos, porque estamos saturados de que nos presenten un futuro en el que nos desplazaremos por transportadores de materia mientras, esa misma ma?ana, al prender la tostadora se han saltado los plomos del edificio. El futuro tecnol¨®gico se percibe sobre todo en que hay un tipo de chatarrero minorista que se lleva en su carrito de supermercado los pedazos de viejos ordenadores que saca de los contenedores de basura. Al parecer, la escasez de superconductores va a ralentizar la producci¨®n industrial, pero muchos de nosotros seguimos pensando que un superconductor es ese que nos adelanta en prohibido y no usa jam¨¢s los intermitentes. No tenemos remedio.
A principios de este a?o, una adolescente llamada Greta nos abroncaba por tomar aviones en histeria tur¨ªstica. Le concedimos emprender la necesaria cruzada contra el pl¨¢stico, porque no nos ve¨ªamos con ganas de atravesar el Atl¨¢ntico en velero. Pero demasiados dedicaron su ingenio a producir chistes contra la ni?a, lo cual ya daba se?ales de que el mensaje no calaba. Luego lleg¨® la alarma sanitaria, el miedo, la irresponsabilidad y el toque de queda en positivo. S¨ª, porque hay el toque de queda ese horroroso de las dictaduras militares y luego est¨¢ el de ahora, que tan solo, dicen, pretende refrenar nuestra tendencia a beber de noche en fiestas clandestinas. Una vez m¨¢s se ha demostrado que los Gobiernos se ven obligados a tratarnos como menores de edad, por la sencilla raz¨®n de que nos comportamos como tales. Pero eso se arreglar¨ªa fijando la mayor¨ªa de edad en los 65 a?os. Si prolong¨¢ramos la Educaci¨®n General B¨¢sica durante 50 cursos m¨¢s, a lo mejor memoriz¨¢bamos la tabla peri¨®dica y entend¨ªamos lo que es un sintagma predicativo.
Ahora estamos envueltos en pl¨¢sticos y segregados por pantallas de metacrilato. De la ni?a Greta no sabemos nada, pero imaginamos que lleva un disgusto de a¨²pa. Sin embargo, sencillamente por el hecho de estar obligados a quedarnos en casa, tuvimos la primavera m¨¢s frondosa y hermosa que se recuerda en a?os. Definitivamente, en 2020, lo ¨²nico que estuvo en su sitio fue la primavera. Todo lo dem¨¢s ha sido muerte y aislamiento, que se ha cebado especialmente con la gente mayor y los m¨¢s desprotegidos. Aunque la mayor protesta ha venido de sectores privilegiados, instalados en una pijez revolucionaria algo grotesca. Si recordaran la visita de Che Guevara a Espa?a, cuando pidi¨® que le abrieran en domingo El Corte Ingl¨¦s y Loewe, se habr¨ªan agotado las existencias de sus p¨®steres. El a?o termina con vacunaci¨®n generalizada y ancianos de nuevo en primera l¨ªnea sin dudar en su compromiso colectivo. El pinchazo obliga a arremangarse, pero, m¨¢s a¨²n, la enorme tarea de reconstrucci¨®n que tenemos por delante. Contamos con fuerza, imaginaci¨®n y talento. Vamos escasos de criterio y solidaridad. Si recicl¨¢ramos la mala leche en buena cabeza, la tarea ser¨ªa m¨¢s llevadera.