Diccionario de palabras ausentes
Este 2020 nos ha hecho ver, comprender e incluso palpar esta invisible paradoja: lo ¨²nico permanente es que todo es transitorio. Apreciemos el vaso antes de que su resplandor se quiebre contra el suelo
Anoche no pegu¨¦ ojo hasta tarde. Alertan los cronobi¨®logos de que cada vez que encendemos una luz en la cama, o echamos un vistazo a la pantalla del m¨®vil que reposa en la mesilla, estamos consumiendo una droga que perjudica el descanso. Luego so?¨¦ que perd¨ªa las palabras y, al despertar, esa desaz¨®n se revel¨® como una met¨¢fora de lo que ha sido 2020. Si este a?o que despedimos fuera un libro, tendr¨ªa p¨¢ginas enteras en blanco. El lenguaje es un tejido vivo con una extraordinaria capacidad para reparar sus roturas, pero la vertiginosa evoluci¨®n de esta crisis nos oblig¨® a tantear sus l¨ªmites, ...
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Anoche no pegu¨¦ ojo hasta tarde. Alertan los cronobi¨®logos de que cada vez que encendemos una luz en la cama, o echamos un vistazo a la pantalla del m¨®vil que reposa en la mesilla, estamos consumiendo una droga que perjudica el descanso. Luego so?¨¦ que perd¨ªa las palabras y, al despertar, esa desaz¨®n se revel¨® como una met¨¢fora de lo que ha sido 2020. Si este a?o que despedimos fuera un libro, tendr¨ªa p¨¢ginas enteras en blanco. El lenguaje es un tejido vivo con una extraordinaria capacidad para reparar sus roturas, pero la vertiginosa evoluci¨®n de esta crisis nos oblig¨® a tantear sus l¨ªmites, a descubrir sus lagunas. Por momentos nos resignamos a la mudez, si no a un balbuceo, y con nuestros silencios compusimos un Diccionario de palabras ausentes, las que nos faltaron para contar ¡ªy asimilar en tiempo real¡ª la complejidad de una alerta sanitaria que rebas¨® su ¨¢mbito para colarse en cada aspecto de lo cotidiano. Si hace unos a?os se acu?¨® un t¨¦rmino para describir el estr¨¦s por la degradaci¨®n medioambiental y el cambio clim¨¢tico (solastalgia), por ahora no hemos dado con un neologismo capaz de aglutinar el extra?amiento, la tristeza, la desconfianza, la compasi¨®n o el quebranto derivados de la actual pandemia. Carecemos de un vocablo ¡°inmenso como un acorde¨®n extendido¡± y a la vez ¡°particular, estricto y preciso como el filo de un cuchillo¡± (como se refiri¨® Milan Kundera a una de esas palabras caleidosc¨®picas) capaz de representar por s¨ª solo la reciente espiral de hechos y emociones.
Me distraigo, ha sonado la alerta del correo electr¨®nico. Es una oferta de vuelos con la imagen de una playa en colores vivos. La maquinaria del deseo no descansa (ni se renueva). Un simulacro de normalidad precovid justo cuando los gabinetes de prensa se afanan en ofrecer la puesta en escena de la llegada de los primeros ant¨ªdotos, anunciados como un billete de vuelta al mundo (casi) de ayer. Las c¨¢maras buscan brazos arremangados, listos para el pinchazo de la jeringuilla, y los mercados reaccionan al alza, pero intuimos que nada puede ni deber¨ªa volver a ser id¨¦ntico a antes. Con la inmunidad de grupo se reiniciar¨¢ el sistema operativo con varias actualizaciones ya integradas, aunque en el escritorio seguir¨¢n esperando, ahora m¨¢s abultadas, las mismas carpetas: ¡°Cambio clim¨¢tico¡±, ¡°violencia de g¨¦nero¡±, ¡°desigualdad econ¨®mica¡±, ¡°empleo¡±, ¡°vivienda¡±, etc¨¦tera. Cuando se vuelve a empezar, surge la oportunidad de reconsiderar el camino andado, ese que condujo al atolladero. La Alicia de Lewis Carroll pregunt¨® al sonriente gato de Cheshire qu¨¦ camino deb¨ªa tomar. Este le respondi¨® que, si da lo mismo ad¨®nde se aspira a llegar, no importa cu¨¢l se siga. En suma, ?ad¨®nde queremos ir?
Ver y comprender no son lo mismo. La mayor¨ªa de nosotros vemos un vaso sin comprender que ya est¨¢ roto. Un monje tailand¨¦s se lo explic¨® a un psicoterapeuta estadounidense as¨ª: ¡°Me gusta este vaso, contiene el agua de forma admirable. Cuando el sol brilla, refleja la luz a la perfecci¨®n. Sin embargo, para m¨ª ya est¨¢ roto. Si el viento lo tira o le doy un codazo, cae y se hace a?icos, digo: claro. Por eso, cada minuto con ¨¦l es precioso¡±. Este 2020 nos ha hecho ver, comprender e incluso palpar esta invisible paradoja: lo ¨²nico permanente es que todo es transitorio. Apreciemos el vaso antes de que su resplandor se quiebre contra el suelo.