El mejor a?o de nuestras vidas
Seguramente no hay ense?anzas, pero s¨ª alg¨²n aprendizaje. Porque, nos guste o no, 2020 fue nuestro a?o: el a?o que nos toc¨® vivir
Fue el peor a?o de nuestras vidas. El a?o de la victoria final del populismo nos traer¨ªa la absurda derrota de Biden y el horizonte del segundo mandato de Trump, que alejar¨ªa a EE UU definitivamente de Europa. Fue tambi¨¦n el a?o de la abrupta salida del Reino Unido de la familia europea, en medio de los embates de un virus para el que la comunidad cient¨ªfica, dividida e infrafinanciada, a¨²n no encontraba remedio. Guiados por el ¡°s¨¢lvese quien pueda¡± de la pol¨ªtica, los pa¨ªses cerrar¨ªan fronteras, buscando por su cuenta y riesgo la salida al virus depredador. Los confinamientos, cada vez m¨¢s es...
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Fue el peor a?o de nuestras vidas. El a?o de la victoria final del populismo nos traer¨ªa la absurda derrota de Biden y el horizonte del segundo mandato de Trump, que alejar¨ªa a EE UU definitivamente de Europa. Fue tambi¨¦n el a?o de la abrupta salida del Reino Unido de la familia europea, en medio de los embates de un virus para el que la comunidad cient¨ªfica, dividida e infrafinanciada, a¨²n no encontraba remedio. Guiados por el ¡°s¨¢lvese quien pueda¡± de la pol¨ªtica, los pa¨ªses cerrar¨ªan fronteras, buscando por su cuenta y riesgo la salida al virus depredador. Los confinamientos, cada vez m¨¢s estrictos, terminar¨ªan por desintegrar nuestras sociedades liberales: el sentimiento de alienaci¨®n, de no entender ni pertenecer al mundo, acab¨® pulverizando cualquier lugar com¨²n. Y fue as¨ª, con la disoluci¨®n de la esfera p¨²blica, como se disgregaron las manifestaciones a favor de la legalizaci¨®n del aborto, paralizando aquella ola verde que parec¨ªa destinada a recorrer un continente. Argentina, anclada a¨²n en el siglo pasado, continuar¨ªa privando al planeta de su potencial.
Fue el mejor a?o de nuestras vidas. La vuelta triunfal del multilateralismo tuvo su guinda en la hist¨®rica cumbre de Par¨ªs y el nuevo consenso econ¨®mico de la era pos-Washington. Las potencias hicieron una apuesta revolucionaria, acordando la hoja de ruta para la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa. La electrificaci¨®n del coche vino acompa?ada de un plan masivo de reforestaci¨®n para el Amazonas y la red de colaboraci¨®n tejida en la creaci¨®n de las vacunas contra el coronavirus se redirigi¨® a la investigaci¨®n contra el c¨¢ncer. El Reino Unido asumi¨® que la raz¨®n de su alejamiento con Europa hab¨ªa sido la precarizaci¨®n de su estructura social. Su permanencia en la Uni¨®n es la mejor de las noticias, el espaldarazo definitivo a la idea de una soberan¨ªa compartida, basada en derechos sociales comunes que terminar¨¢n de cohesionar y crear una verdadera ciudadan¨ªa europea. Recuperando el viejo sue?o del pilar social, salvamos el escollo de nuestra asignatura pendiente: la presidencia de Alemania no pudo llegar a un acuerdo sobre flujos migratorios y coordinar la pol¨ªtica exterior de fronteras. Pero la nueva presidencia portuguesa trabaja ya en la l¨®gica de una frontera continental resistente, pero permeable. La cumbre euroafricana formaliz¨® tambi¨¦n dichos compromisos.
Fue en realidad el ¨²nico a?o posible: tr¨¢gico y c¨®mico, dram¨¢tico en su mayor¨ªa, pero tambi¨¦n arbitrario, sorprendente, ruidoso. Hemos vivido (aqu¨ª seguimos) la primera pandemia occidental: casi controlable, urgente, tambi¨¦n privilegiada. Pero fue el a?o de la ola verde, del #BlackLivesMatter, de los aplausos en los balcones y de la Ley de Eutanasia, del segundo caso de curaci¨®n de sida y de la derrota de Trump. Seguramente no hay ense?anzas, pero s¨ª alg¨²n aprendizaje. Porque, nos guste o no, 2020 fue nuestro a?o: el a?o que nos toc¨® vivir.