Regalos entre privilegiados
Se regalan para prestigio del dador. El hartazgo infantil se producir¨¢ a los tres o cuatro d¨ªas, el de los padres un poco m¨¢s tarde, y en 15 o 20 d¨ªas acabar¨¢n en la basura. Y la insatisfacci¨®n de los m¨¢s peque?os esperar¨¢ otras fiestas del consumo. He guardado en mi biblioteca, como si fuera una novela ilustrada, uno de los numerosos cat¨¢logos de juguetes, de 430 p¨¢ginas a todo color, donde se detallan los precios y las caracter¨ªsticas de cada producto. A veces aparece la faz luminosa de un consumidor sonriente. Entre esas p¨¢ginas he ido aportando im¨¢genes de ni?os de Hait¨ª, de Gaza, de Siria...
Se regalan para prestigio del dador. El hartazgo infantil se producir¨¢ a los tres o cuatro d¨ªas, el de los padres un poco m¨¢s tarde, y en 15 o 20 d¨ªas acabar¨¢n en la basura. Y la insatisfacci¨®n de los m¨¢s peque?os esperar¨¢ otras fiestas del consumo. He guardado en mi biblioteca, como si fuera una novela ilustrada, uno de los numerosos cat¨¢logos de juguetes, de 430 p¨¢ginas a todo color, donde se detallan los precios y las caracter¨ªsticas de cada producto. A veces aparece la faz luminosa de un consumidor sonriente. Entre esas p¨¢ginas he ido aportando im¨¢genes de ni?os de Hait¨ª, de Gaza, de Siria, del Congo, de las favelas militarizadas de Brasil, de Afganist¨¢n¡, en un intento poco afortunado de completar mi cat¨¢logo-novela para que sea un reflejo fiel del civilizad¨ªsimo Occidente que tantas oportunidades nos aporta, al menos a los m¨¢s competitivos de entre nosotros.
Luis Fernando Crespo Zorita. Las Rozas de Madrid