Un r¨ªo de sangre
El a?o 2021 es preelectoral y casi todos los factores que potencian la violencia en Colombia est¨¢n en rojo
Como se hab¨ªa previsto, el a?o 2021 comenz¨® de forma preocupante en materia de seguridad. Preocupan al menos tres cosas. Por un lado, el asesinato de excombatientes de la extinta guerrilla de las FARC. Son m¨¢s de 250 los asesinados desde la firma del acuerdo de paz a finales de 2016. Cada d¨ªa que pasa la situaci¨®n tiende a empeorar, y ninguna estrategia parece funcionar. El Gobierno nacional se defiende diciendo que disparan de todos los lados, particularmente, disparan las disidencias, es decir, exguerrilleros que retomaron las armas o personas que nunca las dejaron, por ende, el Gobierno ¨Cy,...
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Como se hab¨ªa previsto, el a?o 2021 comenz¨® de forma preocupante en materia de seguridad. Preocupan al menos tres cosas. Por un lado, el asesinato de excombatientes de la extinta guerrilla de las FARC. Son m¨¢s de 250 los asesinados desde la firma del acuerdo de paz a finales de 2016. Cada d¨ªa que pasa la situaci¨®n tiende a empeorar, y ninguna estrategia parece funcionar. El Gobierno nacional se defiende diciendo que disparan de todos los lados, particularmente, disparan las disidencias, es decir, exguerrilleros que retomaron las armas o personas que nunca las dejaron, por ende, el Gobierno ¨Cy, en general, el Estado colombiano¨C niega cualquier responsabilidad. Por otro lado, el partido pol¨ªtico FARC surgido luego de la firma del acuerdo habla sobre la ausencia de estrategia del Gobierno, la indiferencia de las instituciones y la ausencia de investigaciones. Tambi¨¦n, de que no todo son disidencias y denuncian presencia de grupos paramilitares.
El segundo ba?o de sangre se presenta contra l¨ªderes y lideresas sociales. Luego de la firma del acuerdo de paz hubo un fen¨®meno democratizador en varias regiones del pa¨ªs. Los liderazgos sociales de base, que estuvieron ocultos o amenazados en el marco de la guerra, comenzaron a surgir y a levantar la voz. Por todo el pa¨ªs, l¨ªderes comunales, de organizaciones de base, campesinos, negros e ind¨ªgenas comenzaron a alzar su voz, lo cual incluy¨® participar en pol¨ªtica. Como ha sido siempre en Colombia, la respuesta fue el asesinato. Se cuentan alrededor de 600 homicidios desde 2016, y la impunidad es alta. Nuevamente, el Gobierno nacional se lava las manos diciendo que disparan desde todos lados. Agrega, adem¨¢s, que es un fen¨®meno desorganizado y sin sistematicidad. Desde las organizaciones sociales se habla de una estrategia premeditada, de paramilitarismo y de una ¡°extra?a¡± ausencia de pol¨ªtica p¨²blica para controlar este fen¨®meno.
El tercer problema que preocupa en materia de seguridad ha sido el resurgimiento de la violencia pol¨ªtica. En Colombia, fue bastante com¨²n el asesinato de candidatos o personas que participaban de pol¨ªtica electoral. Con el proceso de paz esa situaci¨®n disminuy¨® bastante, incluso lleg¨® a estar casi en niveles de cero. Sin embargo, en las elecciones locales del a?o 2019 el fen¨®meno apareci¨® con fuerza, se presentaron m¨¢s de 100 victimizaciones con un n¨²mero alto de asesinatos. El fantasma parec¨ªa resurgir nuevamente. Las elecciones del 2022 si bien son nacionales y por ende tienden a ser menos violentas que las locales, comienzan a generar preocupaci¨®n.
El a?o 2021 es prelectoral y casi todos los factores que potencian la violencia en Colombia est¨¢n en rojo: la expansi¨®n de organizaciones criminales a lo largo y ancho del pa¨ªs; las econom¨ªas ilegales; la ausencia de una estrategia de seguridad por parte del Gobierno nacional y la cercan¨ªa de elecciones permiten afirmar que el futuro inmediato es complejo. A todo ello se le suma la incertidumbre por la pandemia. El a?o 2021 comenz¨® peor que el 2020, con confinamientos locales en varias zonas del pa¨ªs, ocupaci¨®n hospitalaria en rojo y perplejidad de las autoridades pol¨ªticas. El optimismo del a?o nuevo se acab¨® muy r¨¢pido, apenas en unas horas. Nadie sabe con exactitud cu¨¢l ser¨¢ el pa¨ªs para finales del 2021, incluso la forma de hacer pol¨ªtica va a cambiar. Todo esto no hace m¨¢s que complicar la perspectiva de pa¨ªs.
En todo caso, por lo que ha ocurrido en las primeras horas del nuevo a?o se puede decir que los que vaticinaron un a?o violento no se equivocaron. Falta ver el impacto de todos estos fen¨®menos sobre los votantes. Ganar¨¢ la pol¨ªtica del miedo, del odio o de la esperanza. Es dif¨ªcil saber cu¨¢l discurso vender¨¢ m¨¢s. Por el momento solo incertidumbre.