No es el pasado: es el futuro
Quiz¨¢ mejor que destruir estatuas de racistas sea utilizarlas para reescribir una historia aborrecible
Unos meses atr¨¢s, John Guess Jr., director em¨¦rito del Museo de Cultura Afroamericana de Houston, tom¨® la decisi¨®n de exhibir en ese museo una estatua confederada como parte de un proceso de ¡°curaci¨®n¡± de las heridas de la esclavitud y el odio racial que a¨²n permanecen abiertas. Guess respondi¨® a las preguntas de la prensa con una mascarilla sanitaria en la que pod¨ªa leerse ¡°no puedo respirar¡±, las ¨²ltimas palabras pronunciadas por George Floyd, el afroamericano cuyo asesinato por parte de un polic¨ªa blanco el 25 de mayo de 2020 aviv¨® las protestas en ese pa¨ªs, pero lo hizo para sostener que d...
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Unos meses atr¨¢s, John Guess Jr., director em¨¦rito del Museo de Cultura Afroamericana de Houston, tom¨® la decisi¨®n de exhibir en ese museo una estatua confederada como parte de un proceso de ¡°curaci¨®n¡± de las heridas de la esclavitud y el odio racial que a¨²n permanecen abiertas. Guess respondi¨® a las preguntas de la prensa con una mascarilla sanitaria en la que pod¨ªa leerse ¡°no puedo respirar¡±, las ¨²ltimas palabras pronunciadas por George Floyd, el afroamericano cuyo asesinato por parte de un polic¨ªa blanco el 25 de mayo de 2020 aviv¨® las protestas en ese pa¨ªs, pero lo hizo para sostener que derribar estatuas no era la soluci¨®n: 125 han sido echadas abajo desde mayo y otras 49 esperan su turno s¨®lo en los EE UU.
El a?o 2020 ha sido en el que las miradas se han vuelto sobre el pasado debido a una muy comprensible dificultad de imaginar un futuro no dist¨®pico en el marco de una pandemia global, una toma de decisiones err¨¢tica y carente de transparencia y un aumento de la vigilancia digital; sin embargo, hay algo de dist¨®pico en la negaci¨®n del pasado que resulta de la destrucci¨®n de sus monumentos y, particularmente, en el tipo de ignorancia de ese pasado que se manifiesta en la controversia en torno a ellos, por ejemplo, en el caso de la escritora George Eliot en Nuneaton, en el Reino Unido: una ¡°brigada patri¨®tica¡± la rode¨® en junio para protegerla de los manifestantes del movimiento Black Lives Matter, pese a que estos no hab¨ªan manifestado el prop¨®sito de derribarla y sin saber que Eliot fue una firme opositora de la esclavitud.
Quiz¨¢s la destrucci¨®n de estatuas pueda parecernos una actividad especialmente violenta, pero, en alg¨²n sentido, no es m¨¢s violenta que la de erigirlas, sancionando un estado de cosas y una cierta interpretaci¨®n del pasado que se imponen a una sociedad a menudo sin su concurso y para que sirvan de modelo: no son mobiliario urbano, sino s¨ªmbolos, algo que tal vez no nos parezca tan poderoso, pero es lo m¨¢s poderoso que existe, ya que restituye una vinculaci¨®n entre las palabras y el mundo sin la cual no existen ni unas ni otro. Narrar el pasado a trav¨¦s de esos s¨ªmbolos es una de las formas m¨¢s eficaces de delimitar, ampliar el repertorio de posibilidades, reducirlo o transformar el presente, lo que equivale a decir que es la manera m¨¢s pr¨¢ctica de dar forma al futuro de una sociedad: destruir los s¨ªmbolos de un pasado esclavista y presidido por el odio al ¡°otro¡± ser¨ªa la forma de evitar que ¨¦ste se repita.
Pero no parece que lo sea realmente, como pone de manifiesto la trayectoria posterior de los pa¨ªses que se encontraban tras el antiguo tel¨®n de acero: 30 a?os despu¨¦s de grabar en nuestra retina las im¨¢genes de miles de personas echando por tierra los s¨ªmbolos de un r¨¦gimen totalitario, destruyendo sus muros y convirtiendo sus dep¨®sitos de viejas estatuas en parques tem¨¢ticos para turistas occidentales, los ciudadanos de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica est¨¢n abrazando nuevas formas de totalitarismo, o las mismas. De hecho, las estatuas del comunismo sovi¨¦tico est¨¢n siendo restituidas en varios de esos pa¨ªses, y una encuesta reciente realizada el a?o pasado por una organizaci¨®n no gubernamental demostr¨® que el 70% de la poblaci¨®n rusa considera que Stalin hizo bien a su pa¨ªs.
Guess afirm¨® ante los medios de prensa que su decisi¨®n ten¨ªa como prop¨®sito contribuir a la ¡°curaci¨®n¡± de las heridas del pasado; para el director em¨¦rito, curar pasa por ¡°tomar el control de los s¨ªmbolos que nos impactan negativamente y convertirlos en oportunidades educativas para ayudar as¨ª a estar seguros de que nunca m¨¢s tendr¨¢n poder¡± sobre nosotros. Su actitud contrasta con la que domina, especialmente, en el debate pol¨ªtico y en las redes sociales, donde la ¡°cancelaci¨®n¡± ante cada peque?a contradicci¨®n niega la naturaleza doble de los documentos proverbialmente definida por Walter Benjamin: de civilizaci¨®n, pero tambi¨¦n de barbarie.
En la iconoclastia anida la promesa de que el pasado ha quedado atr¨¢s, que hemos sabido distanciarnos de ¨¦l y que la pr¨®xima vez haremos las cosas mejor; pero la negaci¨®n del pasado que subyace a ella sirve m¨¢s bien para garantizar, voluntaria o involuntariamente, la supervivencia de ese pasado: la destrucci¨®n de la estatua de Leopoldo II en Gante hace unos meses puede parecer una forma eficaz de romper con las atrocidades cometidas por los belgas en Congo, por ejemplo, pero no restituye nada, no pone en cuesti¨®n a los monarcas de ese pa¨ªs, que descienden de ese rey, ni paga ninguna de las deudas que la sociedad europea tiene con quienes trabajan en f¨¢bricas del Tercer Mundo en condiciones similares a las de los esclavos para producir los bienes que ¨¦sta consume.
?C¨®mo curar las heridas de una sociedad da?ada, construida sobre las innumerables grietas que la recorren y en absoluto dispuesta a dejar de hacer da?o? Para Guess, exhibir una estatua confederada en un museo de historia afroamericana puede llevar a que los estadounidenses negros adquieran las herramientas cr¨ªticas para realizar la tarea de negociar con su pasado de una manera que sea ¨²til para ellos y para el resto de la sociedad. ¡°En tanto espacio educativo, queremos que la gente piense en esa tarea y se comprometa con ella¡±, afirma. Quiz¨¢s en su reescritura de un s¨ªmbolo aborrecible se encuentre la promesa de un futuro que no lo sea; si es as¨ª es la mejor promesa que 2020 pod¨ªa hacernos.
Patricio Pron es escritor.