Aniversario

Este a?o la familia y amigos de Joseba Pagaza no nos reuniremos en Andoain, donde fue asesinado en 2003, como hemos hecho hasta ahora. Por las actuales restricciones de movilidad el acto ser¨¢ ma?ana en Logro?o junto a otra escultura de Agust¨ªn Ibarrola dedicada a las v¨ªctimas. Las circunstancias no son propicias a las asambleas pero a¨²n menos ser¨ªa de recibo renunciar a reflexionar juntos, siquiera semi-presencialmente, sobre esta era posterrorista heredera del ventajismo violento, tan deplorado por los hip¨®critas como rentabilizado por los c¨ªnicos. En efecto, se reconoce el da?o causado: claro, para eso se hizo. Nadie pone un coche bomba o pega un tiro en la nuca para felicitar las Pascuas. Si ese da?o fue justo o injusto ser¨¢, como bien admiti¨® Maddalen Iriarte, seg¨²n la postura de cada cual: a los beneficiarios de la socializaci¨®n del dolor, gracias a la cual han reforzado su ocupaci¨®n del espacio pol¨ªtico vasco e incluso estatal, les parece bien o muy bien; a las v¨ªctimas y a quienes se averg¨¹enzan de ver la gobernabilidad democr¨¢tica de Espa?a en manos de los saboteadores del bien com¨²n por medios criminales, nos parece no mal sino lo siguiente.

Los inefables dialogantes se felicitan de que la tribu etarra haya renunciado (sin condenarla) a la violencia y ahora est¨¦ en la v¨ªa pol¨ªtica. ?No era eso lo que quer¨ªamos? Sin duda, pero aceptando expl¨ªcitamente la legitimidad constitucional, que puede modificarse, y no homenajeando a los asesinos. Desde luego lo que nunca quisimos es a Bildu tratada como compinche gubernamental imprescindible. ?Entonces...? Pues lo que recomienda el editorial de este peri¨®dico: ¡°A nivel pol¨ªtico debe forjarse un cord¨®n sanitario implacable ante todo dirigente o formaci¨®n que abona malignamente estados de ¨¢nimo que luego se tornan en actos inaceptables¡±.