Tensi¨®n
Casi en v¨ªsperas del 8-M, los partidos en el Gobierno han conseguido convertir en una batalla interna una ampliaci¨®n de derechos civiles
El apreteu sostenido de Quim Torra y sucesores llamando a la tensi¨®n en las calles ha llevado a su fuerza pol¨ªtica de la segunda a la tercera opci¨®n del Parlament en las elecciones del 14 de febrero. Dice el Fondo Monetario Internacional que tras la pandemia vendr¨¢ un ciclo de revueltas sociales provocadas por la desigualdad, pero que se iniciar¨¢n por chispazos variados. Puede ser pero, de momento y de forma mayoritar...
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El apreteu sostenido de Quim Torra y sucesores llamando a la tensi¨®n en las calles ha llevado a su fuerza pol¨ªtica de la segunda a la tercera opci¨®n del Parlament en las elecciones del 14 de febrero. Dice el Fondo Monetario Internacional que tras la pandemia vendr¨¢ un ciclo de revueltas sociales provocadas por la desigualdad, pero que se iniciar¨¢n por chispazos variados. Puede ser pero, de momento y de forma mayoritaria, pesa m¨¢s la incertidumbre que la ira descontrolada.
Podemos se comporta como si pudiera volver al a?o 2013 y conectar con esa ira subyacente. Pero aqu¨ª y ahora son Gobierno, han ganado y la tensi¨®n alimenta a otros. En Espa?a ya no hay liderazgos virginales, solo queda Vox para vocear f¨®rmulas simples y justamente en su caso no se puede hablar de nueva pol¨ªtica. Son ellos quienes recogen los beneficios de los vientos huracanados que los dem¨¢s agitan.
Al PSOE, su situaci¨®n de centralidad le lleva a la aspiraci¨®n de recuperar un n¨²mero suficiente de esca?os que le permitan gobernar con apoyos, pero sin la dependencia que ahora mismo tiene de UP. Supongo que cuentan con la euforia que seguir¨¢ a una recuperaci¨®n r¨¢pida y vertiginosa de la econom¨ªa. Pero ni eso est¨¢ claro y, aunque ocurriera, garantiza nada. Los que desembarcan en Normand¨ªa no desfilan necesariamente en Par¨ªs. No ser¨ªa la primera vez que una vez pasada la pesadilla, en este caso la pandemia, los electores deciden pasar p¨¢gina al ser llamados a las urnas. Y si en el desierto que hoy es la oposici¨®n se ha alimentado a Vox, Vox ser¨¢ quien encabece la alternativa.
De momento y casi en v¨ªsperas del 8-M, los partidos en el Gobierno han conseguido convertir en una batalla interna una ampliaci¨®n de derechos civiles. La pugna pol¨ªtica por la ley trans tiene mucho menos que ver con los derechos de esta minor¨ªa discriminada que con la hegemon¨ªa cultural de ese colectivo y la ascendencia sobre la mitad de la poblaci¨®n, las mujeres y el movimiento feminista espa?ol, uno de los m¨¢s vitales del mundo. Batallas ajenas al fondo de las cuestiones y que responden a l¨®gicas masculinas, muy de otro tiempo, con machos alfa midi¨¦ndose cualquier cosa que se pueda medir.
Sirva como recordatorio y alerta la ¨²ltima provocaci¨®n de Vox: convertir, precisamente el 8-M, en el d¨ªa de las v¨ªctimas del coronavirus.