Pol¨ªtica ¡®influencer¡¯
Los ¡®youtubers¡¯ son armas de comunicaci¨®n potentes. Aunque mientras sigamos en el terreno de la autorregulaci¨®n tendr¨¢n doble filo
Dos estrellas de YouTube en Francia, Mcfly y Carlito, van a entrar en el El¨ªseo a charlar con Emmanuel Macron. Se lo han ganado tras superar el reto que les lanz¨® el propio presidente de la Rep¨²blica: hacer un v¨ªdeo musical sobre la importancia de las medidas de protecci¨®n contra la covid-19 que tuviera m¨¢s de 10 millones de visualizaciones. Lo consiguieron en tres d¨ªas. Esto de juntar a un miembro de la ¨¦lite pol¨ªtica con person...
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Dos estrellas de YouTube en Francia, Mcfly y Carlito, van a entrar en el El¨ªseo a charlar con Emmanuel Macron. Se lo han ganado tras superar el reto que les lanz¨® el propio presidente de la Rep¨²blica: hacer un v¨ªdeo musical sobre la importancia de las medidas de protecci¨®n contra la covid-19 que tuviera m¨¢s de 10 millones de visualizaciones. Lo consiguieron en tres d¨ªas. Esto de juntar a un miembro de la ¨¦lite pol¨ªtica con personajes populares de internet hace unos a?os parecer¨ªa estramb¨®tico, una banalizaci¨®n de las instituciones, pero hoy es realpolitik: los dos comunicadores tienen m¨¢s de seis millones de seguidores. Durante toda la semana, el tema ha estado dando vueltas por los medios.
Desde que lleg¨® al poder en 2017, Macron ha intentado quitarse la etiqueta de elitista que no sabe en qu¨¦ pa¨ªs vive. Cuando queda un a?o para las presidenciales y la extrema derecha sube en los sondeos, se ha propuesto seducir a los j¨®venes y a sus padres. Gabriel Attal, portavoz del Gobierno, de 31 a?os, comenta el Consejo de Ministros con influencers en la red social de moda, Twitch. Choca verlos con zapatillas deportivas bajo la l¨¢mpara de ara?a, pero en el fondo est¨¢n hablando de lo que les interesa: el paro, la pobreza, la salud mental durante la pandemia.
Macron no es el ¨²nico que recurre a los famosos de la Red para conectar con las generaciones que ven pocos telediarios, apenas escuchan la radio convencional y no se interesan por la pol¨ªtica. Fernando Sim¨®n pidi¨® ayuda a los influencers espa?oles para concienciar sobre la transmisi¨®n del coronavirus. En Estados Unidos, los departamentos locales de salud est¨¢n apoy¨¢ndose en ellos para difundir mensajes a favor de las vacunas.
Subcontratar parte de la comunicaci¨®n tiene sentido, y al mismo tiempo es muy arriesgado. Cuando el Reino Unido anunci¨® restricciones de viaje, algunas estrellas de Instagram siguieron desplaz¨¢ndose y colgando fotos en el Caribe. Hay mucha gente profesional en redes que divulga conocimiento, aportando datos y entreteniendo a la vez. Sin embargo, otros son m¨¢quinas de generar confusi¨®n. Como su figura no est¨¢ regulada, ni ellos ni sus representantes ni las plataformas tecnol¨®gicas se responsabilizan de lo que recomiendan. Algunos personajes p¨²blicos de internet est¨¢n aconsejando barbaridades como evitar las mascarillas o incitando a la ludopat¨ªa. Hace un mes muri¨® asfixiada una ni?a en Italia por intentar superar un desaf¨ªo de TikTok. En Granada la polic¨ªa investiga una estafa piramidal en la que han ca¨ªdo cientos de j¨®venes a los que se les promet¨ªa ganar mucho dinero en Bolsa.
Los influencers son armas de comunicaci¨®n potentes. Aunque mientras sigamos en el terreno de la autorregulaci¨®n tendr¨¢n doble filo. @anafuentesf