Obviedades
El PP est¨¢ desmontando Ciudadanos a la luz del d¨ªa, pieza a pieza, como si estuviera cazando perdices cuyos dirigentes pudieran colgarse del cintur¨®n para sonre¨ªr a la c¨¢mara
La iniciativa de presentar una moci¨®n de censura en Murcia fue un acto perfectamente legal y democr¨¢tico. Que no haya triunfado no es un fracaso de Ciudadanos. El partido de Arrimadas ha sido el gran traicionado en este proceso. Los ¨²nicos traidores han sido los tres diputados naranjas que firmaron la moci¨®n, confirmaron su voto por tel¨¦fono al...
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La iniciativa de presentar una moci¨®n de censura en Murcia fue un acto perfectamente legal y democr¨¢tico. Que no haya triunfado no es un fracaso de Ciudadanos. El partido de Arrimadas ha sido el gran traicionado en este proceso. Los ¨²nicos traidores han sido los tres diputados naranjas que firmaron la moci¨®n, confirmaron su voto por tel¨¦fono al d¨ªa siguiente y desertaron 24 horas despu¨¦s a cambio de sendas consejer¨ªas en el Gobierno de L¨®pez Miras. El PP ha retenido el poder en Murcia por el procedimiento de comprar seis esca?os, tres de Ciudadanos, primero, y tres del Grupo Mixto, previamente expulsados de Vox, despu¨¦s. No es la primera vez que recurre a este nauseabundo m¨¦todo para conservar el poder, pero la novedad es que sus jefes han perdido el pudor de anta?o, y ahora, en vez de negarlo, como hicieron con Tamayo y S¨¢ez, alardean de sus pr¨¢cticas corruptas e incluso se las cuelgan como una medalla. Ahora que se habla tanto de patriotismo y de amor a Espa?a, confieso que nada me ha dolido m¨¢s como espa?ola que la respuesta de Garc¨ªa Egea a las acusaciones de transfuguismo. Donde ustedes hablan de tr¨¢nsfugas, dijo, yo hablo de dignidad. Que se atreviera a pronunciar la palabra dignidad es tan repugnante como sus abrazos con Casado en la Asamblea de Murcia. El PP est¨¢ desmontando Ciudadanos, un partido amigo, un aliado con el que a¨²n cogobierna en algunas comunidades, a la luz del d¨ªa, pieza a pieza, como si estuviera cazando perdices cuyos dirigentes pudieran colgarse del cintur¨®n para sonre¨ªr a la c¨¢mara. Que los naranjas se lo tengan bien empleado no disminuye la pestilencia que desprenden las maniobras de los populares. Incluso a la inmensa distancia a la que yo me encuentro, el espect¨¢culo da arcadas.