Mariano Rajoy y Almod¨®var
El expresidente con sus pinganillos inal¨¢mbricos recordaba a Tilda Swinton, pero su actuaci¨®n no merecer¨¢ un Oscar, ni un Goya, ni un rasca por casualidad
Ver a Mariano Rajoy respondiendo a cara descubierta ante la Audiencia Nacional, apenas tocado con los pinganillos inal¨¢mbricos de color blanco en sendas orejas, puso un toque almodovariano a la retah¨ªla de l¨ªderes que no sab¨ªan nada de lo que se coc¨ªa en su casa. Y almodovariano no por surreal, por desafiante, por est¨¦ticamente potente y todos los calificativos que se merece el manchego hasta cuando le sale peor, o menos bien, sino porque recordaban todo el rato a la magn¨¦tica Tilda Swinton en el...
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Ver a Mariano Rajoy respondiendo a cara descubierta ante la Audiencia Nacional, apenas tocado con los pinganillos inal¨¢mbricos de color blanco en sendas orejas, puso un toque almodovariano a la retah¨ªla de l¨ªderes que no sab¨ªan nada de lo que se coc¨ªa en su casa. Y almodovariano no por surreal, por desafiante, por est¨¦ticamente potente y todos los calificativos que se merece el manchego hasta cuando le sale peor, o menos bien, sino porque recordaban todo el rato a la magn¨¦tica Tilda Swinton en el mon¨®logo de su reciente corto, La voz humana. Ella sola y sus auriculares blancos lo dan todo. Lo merecen todo.
No sabemos si la voz de Rajoy y sus secuaces es estrictamente humana en el sentido que Swinton consigue ¡ªdolorida, transida de un esfuerzo de superaci¨®n y a la vez de rendici¨®n¡ª o m¨¢s bien de cart¨®n piedra, al repetir todos el mismo guion de una incre¨ªble ignorancia en sus respuestas, pero s¨ª sabemos que el expresidente del Gobierno no se merece un Oscar. Ni un Goya. Ni un rasca por casualidad. Como actor, no funcionaba.
Atrapa el corto de Almod¨®var por los gui?os autorreferenciales que lo llenan ¡ªesa terraza con macetas y flores que vimos en Mujeres al borde de un ataque de nervios, esos rojos de sangre en la ropa tan valiente, ese dormir bajo el efecto de sedantes peligrosos que no matan¡¡ª, todo tiene un sentido en La voz humana, pero nada lo tiene en el caso B¨¢rcenas.
Y no porque no fuera autorreferencial. Que por desgracia, lo era. La diferencia es que Almod¨®var nos arrastra a un universo compartido de nuestro pasado y presente donde quisimos estar y donde queremos estar, mientras el casting de dirigentes del PP que ha interpretado su papel ante la Audiencia con tan poca credibilidad nos arrastra all¨¢ donde todos quisi¨¦ramos no haber estado jam¨¢s. Que no hubiera ocurrido nunca.
Ya en serio. El desfile de exl¨ªderes enmascarados que soportamos estos d¨ªas en antena ¡ªsalvo Rajoy, que tuvo el detalle¡ª nos hablan de un pasado demasiado carcomido que ya no tiene remedio, como se encarga de confirmar el desfile de nuevos l¨ªderes enmascarados que avanzan al son del transfuguismo y el coqueteo con Vox. En el corto de Almod¨®var y sin hacer spoiler, diremos que Tilda Swinton pone un broche genial. En el largometraje del PP, este a¨²n no se ve venir. Por ning¨²n lado.