Delitos contra la salud p¨²blica

Las reuniones en espacios cerrados, sobre todo de j¨®venes sin protecci¨®n, que regularmente nos muestran los diferentes telediarios no ser¨ªan noticia sin la pandemia de covid-19 que sufrimos. Con seguridad sabemos que la enfermedad se transmite al respirar el aire exhalado por un contagiado, ...

Las reuniones en espacios cerrados, sobre todo de j¨®venes sin protecci¨®n, que regularmente nos muestran los diferentes telediarios no ser¨ªan noticia sin la pandemia de covid-19 que sufrimos. Con seguridad sabemos que la enfermedad se transmite al respirar el aire exhalado por un contagiado, ya que contiene gotas microsc¨®picas que vehiculan el virus al nuevo hu¨¦sped, y con nuevas variantes del virus m¨¢s contagiosas la expansi¨®n en esas reuniones est¨¢ asegurada. El problema no es que llene las UCI y los hospitales, es que mata a muchos de nosotros y a bastantes m¨¢s les hace pasar por momentos muy amargos. No s¨¦ qu¨¦ hace falta para que se consideren un serio delito, pero si la l¨®gica funciona, organizarlas lo es: contra la salud p¨²blica; y si se hace el debido seguimiento, a lo mejor d¨¢bamos con personas que han perdido la vida por esta causa. Las sanciones deben dejar muy claro que no se pueden organizar estas reuniones en estas circunstancias.

Eliseo Pascual G¨®mez. Alicante

No todo vale, ni en pol¨ªtica ni en la vida

Parece que los dirigentes pol¨ªticos han interiorizado que, en periodo electoral, se puede hacer cualquier promesa o propuesta siendo conscientes de que no la van a cumplir. Hace pocos a?os, cuando Podemos pretend¨ªa asaltar los cielos y llenarlos de honestidad, transparencia y participaci¨®n ciudadana, manifestaban que las promesas electorales eran contratos entre los partidos y la ciudadan¨ªa. ?Qu¨¦ lejos queda todo aquello! Parece, por tanto, que el enga?o y la mentira fueran inherentes a la campa?a electoral y que a los ciudadanos nos consideran tontos e ignorantes. La honestidad, la dignidad y la veracidad son principios fundamentales para determinados ilusos, que creemos que deben impregnar la vida cotidiana y, por supuesto, la pol¨ªtica y que pensamos que para alcanzar el poder no todo vale.

Joaqu¨ªn Gismero Br¨ªs. Torrej¨®n de Ardoz (Madrid)

Mascarilla en todo momento y lugar

Una medida m¨¢s en un mundo gobernado por el p¨¢nico y la sinraz¨®n, donde incluso ya se oyen delirantes voces pidiendo que las mascarillas se queden para siempre, que no desaparezcan tras la pandemia para evitar enfermedades como la gripe. La mascarilla es imprescindible para evitar contactos cercanos en una situaci¨®n de pandemia como la que vivimos. Su uso no deber¨ªa depender del lugar, sino de la afluencia de personas. Llevarla en una calle solitaria de Madrid es una sandez tan grande como no llevarla en la concurrida cola de la cima del Everest. Por favor, rectifiquen. O si no, sean consecuentes y decl¨¢renla obligatoria tambi¨¦n para dormir. Por si so?amos sin distancia de seguridad.

Javier Gonz¨¢lez Ramiro. Galapagar (Madrid)

Comisiones bancarias

Despu¨¦s de llevar toda la vida trabajando (sin reconocimiento de ning¨²n tipo por parte del Estado) y aportando cuatro hijos, mi madre recibe una paga no contributiva de menos de 400 euros mensuales. Esta injusticia se ve aumentada por el cobro abusivo de comisiones por parte de su banco. Ponerle un impuesto a la banca est¨¢ bien, pero ?qui¨¦n acaba pagando realmente? Ya se lo digo yo: los pobres de siempre.

Juan Miguel P¨¦rez Porras. Fuengirola (M¨¢laga)

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