Directorio democr¨¢tico
El G-7, antes grupo de pa¨ªses m¨¢s industrializados, est¨¢ organiz¨¢ndose ahora alrededor de la idea democr¨¢tica, en oposici¨®n a las autocracias
No sabemos si estamos ya en una nueva confrontaci¨®n bipolar como en la Guerra fr¨ªa. Es indiscutible en todo caso que acaba de empezar una dura carrera por el galard¨®n de superpotencia del siglo XXI, entre el titular del siglo XX, Estados Unidos, y China, el aspirante. Y que en esta carrera no solo se juega la hegemon¨ªa, sino tambi¨¦n el modelo de sociedad.
Si se impone la China autoritaria, ser¨¢ intensa la presi¨®n ...
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No sabemos si estamos ya en una nueva confrontaci¨®n bipolar como en la Guerra fr¨ªa. Es indiscutible en todo caso que acaba de empezar una dura carrera por el galard¨®n de superpotencia del siglo XXI, entre el titular del siglo XX, Estados Unidos, y China, el aspirante. Y que en esta carrera no solo se juega la hegemon¨ªa, sino tambi¨¦n el modelo de sociedad.
Si se impone la China autoritaria, ser¨¢ intensa la presi¨®n en las sociedades liberales occidentales para que adopten m¨¢s pronto que tarde, en nombre de la eficacia, formas de capitalismo autoritario o iliberal en el m¨¢s leve de los casos. Clausurada qued¨® la esperanza de que el sistema chino o la tiran¨ªa rusa se convirtieran alg¨²n d¨ªa en democracias liberales y pluralistas. Lo demuestra el ahogamiento de las libertades de Hong Kong. Ahora es un sinsentido la sentencia de Deng Xiaoping que preconizaba dos sistemas en un solo pa¨ªs y dejaba as¨ª abierto el futuro hacia una convergencia. Lo saben los uigures y lo saben los ciudadanos de Taiw¨¢n.
Tiene toda la l¨®gica el volantazo que est¨¢ dando el G-7, hasta hace pocos a?os el grupo de pa¨ªses m¨¢s industrializados, en trance de convertirse en el de los pa¨ªses promotores de la democracia. Si hubiera sido por Trump y la pandemia, el G-7 no existir¨ªa. No se reuni¨® el pasado a?o y qued¨® muy devaluado por el desd¨¦n trumpista, especialmente por la idea de invitar al zorro ruso a regresar al gallinero, despu¨¦s de haberlo echado en 2014 tras comerse las gallinas de Crimea.
La pr¨®xima cumbre ser¨¢ en junio, presidida por Boris Johnson y en Gales. Sorprende la prolija y contundente declaraci¨®n preliminar de los ministros de Exteriores y de Cooperaci¨®n, reunidos esta pasada semana en Londres, en la que no dejaron rinc¨®n del mundo sin barrer desde las exigencias del Estado de derecho, las libertades y los derechos humanos. Rusos y chinos se han dado por aludidos y ofendidos. No est¨¢n en el G-7 y tienen que soportar lo que consideran intromisiones en sus asuntos internos.
No lo son en ning¨²n caso. Navalni, el pueblo uigur, la ciudadan¨ªa de Hong Kong o la libertad de Taiw¨¢n afectan a todas las democracias. Intereses y valores son inseparables, el haz y el env¨¦s de unos sistemas liberales que deben demostrar su eficacia ante los ¨¦xitos chinos con la pandemia y la recuperaci¨®n econ¨®mica. Si acaso hay nueva polaridad no es entre comunismo y libertad, ni entre fascismo y democracia, como quieren algunos, sino entre democracia y autoritarismo, el modelo de Estados Unidos y Europa y el de Rusia y China.