Tiempo de reconstrucci¨®n
El Parlamento tiene que favorecer acuerdos para salir de la pandemia
La pandemia ha significado un corte abrupto que ha afectado a nuestra forma de vida, pero tambi¨¦n a la pol¨ªtica del pa¨ªs. Espa?a ha atravesado una de las crisis m¨¢s graves de su historia, con una triple emergencia econ¨®mica, sanitaria y social. A pesar de las dificultades que a¨²n habr¨¢ que sortear, este ciclo dram¨¢tico ¡ª...
La pandemia ha significado un corte abrupto que ha afectado a nuestra forma de vida, pero tambi¨¦n a la pol¨ªtica del pa¨ªs. Espa?a ha atravesado una de las crisis m¨¢s graves de su historia, con una triple emergencia econ¨®mica, sanitaria y social. A pesar de las dificultades que a¨²n habr¨¢ que sortear, este ciclo dram¨¢tico ¡ªmarcado por las muertes provocadas por la covid¡ª comienza a revertir. Se inicia as¨ª una nueva etapa que seremos capaces de encarar gracias a la ciencia y a un proceso eficaz de suministro de vacunas organizado por la Uni¨®n Europea. Vacunaci¨®n, recuperaci¨®n econ¨®mica y vuelta a la normalidad social son las tres variables de este periodo que deber¨ªan tener su traslaci¨®n en una nueva etapa en la legislatura ahora que se acerca a su ecuador, siendo deseable que todos los actores pol¨ªticos encaren el bienio que viene con un renovado compromiso c¨ªvico en este ciclo de recuperaci¨®n.
Pero si el periodo que se cierra ha estado marcado por la crispaci¨®n pol¨ªtica y un desgarro institucional sin precedentes, la actitud mostrada por el Partido Popular durante la crisis de Ceuta representa un mal presagio para este periodo. En democracia, tan importante es que exista un Gobierno como una oposici¨®n, que tiene la funci¨®n de fiscalizar al Ejecutivo, pero tambi¨¦n de apoyarlo cuando se tocan los nervios m¨¢s delicados del inter¨¦s general como son los asuntos de Estado. La pol¨ªtica exterior es uno de ellos, pero el l¨ªder popular decidi¨® una vez m¨¢s utilizar esta crisis para debilitar al Gobierno, apart¨¢ndose incluso de la posici¨®n de la Uni¨®n Europea, que mostr¨® un apoyo sin fisuras ante el pulso inaceptable que Marruecos ech¨® a Espa?a. El buen resultado del PP en las elecciones de la Comunidad de Madrid no debiera confundir a su direcci¨®n general. Ni el actual Gobierno se encuentra en tiempo de descuento, ni la sociedad espa?ola reclama debate electoral.
Ahora que la ciudadan¨ªa atisba la pospandemia, la pol¨ªtica espa?ola ¡ªy en consecuencia, tambi¨¦n el jefe de la oposici¨®n¡ª har¨ªa bien en centrar sus esfuerzos en la agenda de recuperaci¨®n econ¨®mica, la implementaci¨®n de los fondos europeos y las necesarias reformas que el Banco de Espa?a record¨® recientemente. Esta estrategia de asedio constante en la que cualquier crisis es aprovechada por la oposici¨®n para debilitar al Ejecutivo introduce un estr¨¦s innecesario en las instituciones democr¨¢ticas del pa¨ªs, da aire a la extrema derecha y acaba provocando ansiedad en parte de la opini¨®n p¨²blica. Tal y como acertadamente recordaba Alberto N¨²?ez Feij¨®o la pasada semana, este clima pol¨ªtico es impropio de Occidente y de Europa. Espa?a y la pol¨ªtica espa?ola reclaman sosiego, y el Partido Popular como alternativa de Gobierno deber¨ªa tomar nota de ello.
Si este reclamo de sosiego exige de la oposici¨®n un cambio de estrategia y de actitud, de igual forma pide al Gobierno una nueva aproximaci¨®n a la interlocuci¨®n que tiene con el resto de actores pol¨ªticos y una renovada centralidad del Parlamento en nuestra vida p¨²blica. Espa?a necesita una nueva metodolog¨ªa del acuerdo que lidere el Gobierno, que se desarrolle en el marco del Parlamento, y que coprotagonice la oposici¨®n. La pandemia ha forzado en las democracias una concentraci¨®n de poderes sobre sus Ejecutivos que les ha permitido una eficaz gesti¨®n de medidas de car¨¢cter excepcional. Pero esa realidad no debiera haber eximido al Gobierno de contar con el Parlamento para el dise?o o debate del plan espa?ol para los fondos europeos o el documento de prospectiva de Espa?a 2050 que S¨¢nchez present¨® esta semana. Orillar al poder legislativo como espacio de debate y acuerdo es muestra de las disfunciones de la interlocuci¨®n entre el Gobierno y el resto de actores pol¨ªticos del pa¨ªs. Y si reconocemos la llegada de un tiempo nuevo centrado en la reconstrucci¨®n, esto deber¨ªa traducirse en un renovado papel central y vigoroso de las Cortes. Es un buen momento para activar una perspectiva de trabajo m¨¢s inclusiva para la pol¨ªtica espa?ola.