Espa?a 1570-2050
El problema de nuestros planes no es su (densa) redacci¨®n, sino su (tenue) implementaci¨®n. Por lo general, no se cumplen
En el a?o 2000, la UE se comprometi¨® a crear la econom¨ªa del conocimiento m¨¢s competitiva y din¨¢mica del mundo. Los d¨ªgitos de los planes cambiaron r¨¢pido (Europa 2010, Europa 2020), pero la veloz digitalizaci¨®n no lleg¨®. En t¨¦rminos comparativos, no hemos avanzado, sino retrocedido. Seg¨²n The Economist, mientras a principios de este siglo Europa pose¨ªa 41 de las 100 empresas m¨¢s grandes del mundo, hoy tiene 15. Y cayendo, porque nuestras multinacionales son m¨¢s viejas y no creamos los gigantes tecnol¨®gicos de EE UU o China....
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En el a?o 2000, la UE se comprometi¨® a crear la econom¨ªa del conocimiento m¨¢s competitiva y din¨¢mica del mundo. Los d¨ªgitos de los planes cambiaron r¨¢pido (Europa 2010, Europa 2020), pero la veloz digitalizaci¨®n no lleg¨®. En t¨¦rminos comparativos, no hemos avanzado, sino retrocedido. Seg¨²n The Economist, mientras a principios de este siglo Europa pose¨ªa 41 de las 100 empresas m¨¢s grandes del mundo, hoy tiene 15. Y cayendo, porque nuestras multinacionales son m¨¢s viejas y no creamos los gigantes tecnol¨®gicos de EE UU o China. Europa empeque?ece. En 2000 represent¨¢bamos un tercio del PIB mundial. Hoy, un cuarto. Eso s¨ª, a enso?aciones futuristas no nos gana nadie.
A los espa?oles tambi¨¦n se nos da bien la prospectiva. Nuestros pol¨ªticos recurren con frecuencia a discursos grandilocuentes, combinando la tradicional jerga econ¨®mica (¡°cambio de modelo productivo¡±) con la m¨¢s reciente de autoayuda (¡°resiliencia¡±, ¡°transformaci¨®n¡±), una se?al indicativa de su objetivo psicol¨®gico: levantar la moral nacional. Y no es malo, como tampoco lo es el proyecto Espa?a 2050, injustamente caricaturizado en algunos medios. Es una hoja de ruta seria, elaborada por expertos reputados, que certeramente desmenuza nuestros retos inmediatos y apunta soluciones interesantes en sus largas 676 p¨¢ginas.
El problema de nuestros planes no es su (densa) redacci¨®n, sino su (tenue) implementaci¨®n. Por lo general, no se cumplen, porque hay un desajuste entre los intereses de los pol¨ªticos y la sociedad. Ocurre en cualquier pa¨ªs, pero en Espa?a, gracias a historiadores econ¨®micos como Leandro Prados de la Escosura, lo podemos cuantificar. Los datos apuntan a que, como m¨ªnimo desde el medievo, el tal¨®n de Aquiles de nuestra econom¨ªa han sido las veleidades pol¨ªticas. Espa?a entr¨® en la edad moderna con un fuerte crecimiento, pero la decisi¨®n pol¨ªtica de mantener el ruinoso imperio europeo propici¨® que hacia 1570 entr¨¢ramos en un largo periodo de decadencia.
Tambi¨¦n nos mantuvimos lejos de las econom¨ªas m¨¢s competitivas en los siglos XIX y XX, cuando promedi¨¢bamos un Gobierno por a?o, hasta que recuperamos terreno entre 1950 y 2007 ¡ªmitad bajo la sombra del franquismo, con muchos efectos sociales negativos, mitad bajo la luz de la democracia¡ª. Lo que ha ayudado a nuestra econom¨ªa a lo largo del tiempo no han sido los planes cambiantes, sino los gobiernos estables. @VictorLapuente