La consulta
Escuchando a Pedro S¨¢nchez, con su rechazo del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, a la vez que sembraba el optimismo sobre ¡°un gran acuerdo¡±, cab¨ªa vislumbrar la insinceridad que encerraba el mensaje
El fraude de ley entra en escena cuando se utiliza una interpretaci¨®n torticera de la norma, gracias a la cual resulta posible subvertir su contenido. Escuchando a Pedro S¨¢nchez, con su rechazo rotundo del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, al mismo tiempo que sembraba el optimismo sobre ¡°un gran acuerdo¡±, cab¨ªa de inmediato vislumbrar la insinceridad que encerraba el contradictorio doble mensaje. Mejor prueba: el silencio independentista. No solo porque el preside...
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El fraude de ley entra en escena cuando se utiliza una interpretaci¨®n torticera de la norma, gracias a la cual resulta posible subvertir su contenido. Escuchando a Pedro S¨¢nchez, con su rechazo rotundo del refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, al mismo tiempo que sembraba el optimismo sobre ¡°un gran acuerdo¡±, cab¨ªa de inmediato vislumbrar la insinceridad que encerraba el contradictorio doble mensaje. Mejor prueba: el silencio independentista. No solo porque el presidente sea fiel seguidor de Groucho Marx en cuanto a la lealtad mutante hacia los principios, seg¨²n le record¨® Rufi¨¢n, sino porque su cuadratura del c¨ªrculo, la consulta de autogobierno, estaba resuelta desde 2013 por el constitucionalista Francisco Rubio Llorente.
Fue entonces una sorpresa para quien como yo le profesaba admiraci¨®n desde que en los a?os setenta, al lado de sus disc¨ªpulos, le sirviera de auxiliar en su oposici¨®n universitaria. Un exvicepresidente del Constitucional y expresidente del Consejo de Estado, adoptaba una actitud militante, en este diario, ante el Colegio de Periodistas de Catalunya y con el PNV, para abrir una senda aconstitucional que salvara el obst¨¢culo del art¨ªculo 92, el ¡°refer¨¦ndum consultivo de todos los ciudadanos¡±. Sosten¨ªa Rubio que Espa?a era ¡°una naci¨®n de naciones¡±, y lo suscribo, pero el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n dice otra cosa. Su dictamen propon¨ªa que pudiesen votar una consulta los ciudadanos catalanes, con refrendo estatal, reformando la Ley Org¨¢nica 2/1980 para que ese voto exclusivamente catal¨¢n resultase legal. Refer¨¦ndum solo formalmente consultivo, pues entre otros, los de la OTAN 1986, Qu¨¦bec 1995 y Gibraltar 2002, muestran que el resultado de tales consultas deviene vinculante. Le repliqu¨¦ que la jurisprudencia del Constitucional hab¨ªa zanjado el tema al declarar inconstitucional el proyecto de Ibarretxe, en su sentencia 103/2008, plenamente actual, pues ¡°el procedimiento que se quiere abrir no puede dejar de afectar al conjunto de los espa?oles¡±. No contest¨®. Y su propuesta legitimar¨¢ un previsible disfraz del refer¨¦ndum, oculto bajo el rechazo de la autodeterminaci¨®n.
Rubio minusvalor¨® la estrategia independentista para borrar del mapa al constitucionalismo. Pura antidemocracia ignorada tambi¨¦n por S¨¢nchez. Como complemento, despunta ahora la falacia de que el sistema federal es una ¡°cogobernanza¡± que integra a los Estados miembros en el v¨¦rtice de las decisiones. Basta mirar a Estados Unidos o Alemania para probar que la jerarqu¨ªa de competencias resulta estrictamente regulada, tal y como exigieron los Padres Fundadores. Lo buscado por el PSC actualmente nada tiene que ver con la Declaraci¨®n socialista de Granada en 2013. Y qu¨¦ decir del privilegio fiscal y en fondos UE para Catalu?a, objetivos prioritarios al alcance del patriotismo de estelada. S¨¢nchez ceder¨¢. M¨¢s despenalizaci¨®n para futuros golpes posmodernos. Recordemos The Federalist: ¡°Los poderes del gobierno federal resultan absolutamente necesarios para alcanzar los fines de la Uni¨®n¡±.