Manual para insultar a una diputada
Vox intenta marcar el debate en redes mediante el enfrentamiento y el victimismo
Un diputado cierra los pu?itos muy fuerte y llama ¡°bruja¡± a una diputada. Puede parecer una puesta en escena actualizada de Las brujas de Salem, de Arthur Miller, pero no, pas¨® en el Congreso este martes. Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, de Vox, insult¨® as¨ª a Laura Berja, del PSOE. S¨¢nchez acab¨® retirando el insulto de forma estramb¨®tica: ¡°Retiro que la h...
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Un diputado cierra los pu?itos muy fuerte y llama ¡°bruja¡± a una diputada. Puede parecer una puesta en escena actualizada de Las brujas de Salem, de Arthur Miller, pero no, pas¨® en el Congreso este martes. Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, de Vox, insult¨® as¨ª a Laura Berja, del PSOE. S¨¢nchez acab¨® retirando el insulto de forma estramb¨®tica: ¡°Retiro que la he llamado bruja¡±.
La conversaci¨®n sobre el tema sigui¨® en Twitter, donde pudimos ver en escena algunos de los trucos (brujer¨ªa, casi) que usa Vox para marcar la conversaci¨®n en redes y encuadrar el debate en los t¨¦rminos que a ellos les van bien: el enfrentamiento y el victimismo. Son las t¨¦cnicas que aprendieron de Donald Trump y que analiz¨®, hace ya unos a?os, George Lakoff, profesor de Ling¨¹¨ªstica en la Universidad de California, en un comentad¨ªsimo hilo de Twitter.
De entrada, Vox intent¨® fijar el marco de la conversaci¨®n. La cuenta del grupo parlamentario public¨® un mensaje en el que acusaba a Alfonso Rodr¨ªguez G¨®mez de Celis, vicepresidente primero del Parlamento, de aplicar de forma sesgada el reglamento del Congreso. La discusi¨®n ya no era sobre el insulto, sino sobre si G¨®mez de Celis pod¨ªa o no expulsar a Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez (decisi¨®n que no obedecieron). De repente, el tipo que gritaba como si estuviera insultando a un ¨¢rbitro se convert¨ªa en la v¨ªctima de una injusticia.
Luego se proced¨ªa a la distracci¨®n, en este caso al habitual ¡°y t¨² m¨¢s¡±. La cuenta del partido aseguraba que a los diputados de Vox se les insulta y no pasa nada. Iv¨¢n Espinosa de los Monteros retuiteaba un hilo en el que se recog¨ªan insultos de otros diputados, no todos hacia Vox, sin mencionar que alguno de esos insultadores (Gabriel Rufi¨¢n) tambi¨¦n hab¨ªa acabado expulsado del hemiciclo, como tiene que ser. Que haya gente circulando a 200 por la autopista no significa que yo tambi¨¦n pueda hacerlo.
Por ¨²ltimo, vimos lo que Lakoff llama ¡°desviaci¨®n¡±, que consiste en atacar al mensajero: Macarena Olona y Vox compart¨ªan el v¨ªdeo del enfrentamiento con una periodista que le hac¨ªa una pregunta razonable, casi obvia: si le parec¨ªa bien llamar ¡°bruja¡± a una diputada. Olona podr¨ªa haber dicho algo como ¡°no, pero se aplic¨® mal el reglamento¡± o ¡°s¨ª, la wicca es una religi¨®n pagana muy respetable¡±, pero eso habr¨ªa supuesto renunciar al marco. Volvi¨® a presentarse como v¨ªctima, en este caso de la prensa: ¡å?Has hecho esta misma pregunta cuando a m¨ª me han agredido en este mismo Congreso de los Diputados y en este Pleno llam¨¢ndome fascista a esta distancia y con riesgo de agresi¨®n?¡±. En su tuit posterior, Olona aprovechaba para acusar a los dem¨¢s de desviar la atenci¨®n (de su primer desv¨ªo, con lo que ser¨ªa un metadesv¨ªo).
Tiene su m¨¦rito: insultan a una diputada, luego al vicepresidente del Parlamento, despu¨¦s al resto de los diputados y por ¨²ltimo a la prensa, present¨¢ndose adem¨¢s como v¨ªctimas. Twitter es el escenario adecuado para amplificar este mensaje porque el ruido y la indignaci¨®n se comparten m¨¢s que los an¨¢lisis y los comentarios matizados.
Y aqu¨ª est¨¢ el principal riesgo, como dec¨ªa Lakoff: incluso cuando se rebaten estos planteamientos, se les acaba dando espacio. Lo que buscan no es ganar el debate, sino establecerlo. O, como se dice en jerga tuitera, quieren casito. La alternativa no es ignorarlos: no se puede ni se debe ignorar a un partido pol¨ªtico con 52 esca?os. Pero no hace falta dejarse arrastrar por los ¡°pues anda que t¨²¡± y ¡°estaba as¨ª cuando llegu¨¦¡±. Aqu¨ª, por ejemplo, estamos hablando de un se?or que fue al Congreso a insultar. Si fuera un ni?o no le consentir¨ªamos tantas excusas.