Los derechos humanos y los Estados ante la exenci¨®n de patentes covid
Al acumular vacunas y priorizar los intereses comerciales y de las farmac¨¦uticas, los pa¨ªses ricos est¨¢n contribuyendo a que contin¨²en muriendo personas en los pa¨ªses m¨¢s pobres
La pandemia de la covid-19 y las medidas adoptadas por los Estados para mitigar, prevenir y contener la propagaci¨®n del virus han generado un impacto inconmensurable en la vida y los medios de subsistencia de los casi 8.000 millones de personas que habitan el planeta. La pandemia y muchas de estas medidas han provocado lo que ...
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La pandemia de la covid-19 y las medidas adoptadas por los Estados para mitigar, prevenir y contener la propagaci¨®n del virus han generado un impacto inconmensurable en la vida y los medios de subsistencia de los casi 8.000 millones de personas que habitan el planeta. La pandemia y muchas de estas medidas han provocado lo que el Secretario General de la ONU ha descrito como una paralela ¡°pandemia de abusos contra los derechos humanos¡± y el incremento de la pobreza y la desigualdad en todo el mundo.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los Estados que sit¨²en los derechos humanos en el centro de sus respuestas a la pandemia, incluyendo la garant¨ªa del acceso universal a las vacunas, los medicamentos y las tecnolog¨ªas sanitarias contra la covid-19. Estos se entienden globalmente como bienes p¨²blicos para la salud: el acceso a ellos forma parte del derecho humano a la salud.
A pesar de las reiteradas alusiones ret¨®ricas de los jefes de Estado sobre el derecho a la salud, algunos pa¨ªses contin¨²an oponi¨¦ndose a la propuesta de exenci¨®n de los derechos de propiedad intelectual sugerida por primera vez en octubre de 2020 en una propuesta copatrocinada por 64 pa¨ªses y apoyada por m¨¢s de 100. De hecho, estos pa¨ªses est¨¢n bloqueando los intentos de universalizar el acceso al know-how, la tecnolog¨ªa y los materiales necesarios para fabricar vacunas y medicamentos contra la covid-19.
Si bien los derechos de propiedad intelectual no son la ¨²nica raz¨®n del acceso desigual a las vacunas y los medicamentos, constituyen una barrera considerable. De forma similar, si bien la exenci¨®n no es el ¨²nico medio para abordar la falta de acceso a las nuevas tecnolog¨ªas sanitarias, es un ¡°elemento esencial¡± para facilitar su acceso equitativo.
Las flexibilidades de propiedad intelectual existentes han demostrado ser inadecuadas en el contexto de la pandemia. Adem¨¢s, existen amplios precedentes de exenciones de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), incluso en el ¨¢mbito de la propiedad intelectual. Por ejemplo, la Declaraci¨®n de Doha de 2001 fue parcialmente implementada a trav¨¦s de una exenci¨®n limitada en el tiempo para promocionar objetivos relacionados con el acceso a los medicamentos.
La oposici¨®n de los Estados poderosos a la exenci¨®n propuesta ha sido recibida con preocupaci¨®n por una serie de ¨®rganos de Tratados de la ONU, Procedimientos Especiales de la ONU y la OMS. Tambi¨¦n ha dado lugar a una campa?a mundial a favor de una Vacuna Popular y una denuncia ante el Comit¨¦ para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n Racial de la ONU por parte de una serie de organizaciones que alegan que el Reino Unido, Alemania, Noruega, Suiza y otros pa¨ªses que bloquean la exenci¨®n est¨¢n ¡°prolongando la pandemia¡± y perpetuando la discriminaci¨®n racial estructural como consecuencia.
Esta misma semana, los Estados Miembros de la OMC deb¨ªan reunirse en Ginebra para la duod¨¦cima conferencia ministerial, en el contexto de la pandemia que hasta la fecha ha causado la muerte de al menos 5,18 millones de personas y ha da?ado y perturbado dr¨¢sticamente la vida en todo el mundo. Esta reuni¨®n de alto nivel estaba originalmente programada entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre, pero ha sido pospuesta de forma indefinida por las preocupaciones acerca de la nueva variante ¨®micron.
Este desarrollo se produce en un momento en el que los medicamentos contra la covid-19, que salvan vidas, siguen sin estar disponibles para gran parte de la poblaci¨®n mundial, una situaci¨®n que es particularmente grave en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de ingresos bajos y medios del Sur Global.
La mayor¨ªa de las personas en el Norte Global ahora est¨¢n completamente vacunadas y algunas incluso pueden haber recibido ¡°dosis de refuerzo¡±, en clara contradicci¨®n con el llamamiento de la OMS para una moratoria sobre las mismas. Mientras m¨¢s del 50% de Europa est¨¢ completamente vacunada, solo lo est¨¢ el 7% de ?frica, lo que ha llevado a representantes de la OMS a expresar ante los miembros del Parlamento brit¨¢nico que ¡°esta es una enfermedad que ahora afecta fundamentalmente a las personas y las naciones pobres¡±.
Esta situaci¨®n persiste a pesar de que la gran mayor¨ªa de los Estados miembros de la OMC tienen obligaciones en virtud del Pacto Internacional de Derechos Econ¨®micos, Sociales y Culturales (PIDESC), que contempla los derechos a la salud y la ciencia y el principio de no discriminaci¨®n, y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol¨ªticos (PIDCP), que recoge los derechos a la vida y el principio de no discriminaci¨®n.
El 8 de noviembre de 2021, la Comisi¨®n Internacional de Juristas public¨® una opini¨®n legal sobre la exenci¨®n propuesta. El informe, que ha sido respaldado por 140 expertos de todo el mundo, sostiene que los Estados miembros de la OMC que a su vez forman parte del PIDESC y del PIDCP tienen, como m¨ªnimo, la obligaci¨®n de no oponerse ni obstruir la exenci¨®n planteada. Cuando dichos Estados obstruyen la medida, est¨¢n actuando en contra de obligaciones jur¨ªdicamente vinculantes.
Con independencia de las razones alegadas por los Estados para oponerse, y por m¨¢s que contin¨²en justificando un acceso profundamente desigual a las vacunas y los medicamentos, el impacto de retrasar u obstruir la exenci¨®n es claro: un aumento desproporcionado de la transmisi¨®n del virus, y la enfermedad y la muerte de personas marginadas que viven en pa¨ªses con recursos limitados en el Sur Global.
Adem¨¢s, el acceso desigual a los avances tecnol¨®gicos contra el COVID-19 conduce a una mayor probabilidad de aparici¨®n de variantes y cepas, tal y como lo demuestra la identificaci¨®n de la variante Omicr¨®n, prolongando la propia pandemia y la necesidad de medidas estrictas, como confinamientos que amenazan a¨²n m¨¢s las vidas y los medios de subsistencia.
Estas son realidades insoslayables que los representantes de los Estados miembros deben afrontar cuando deliberen sobre c¨®mo ejercer su posici¨®n y sus poderes de voto en la OMC. Ninguna postura pol¨ªtica o mara?a legal puede ocultar la simple verdad: al priorizar los intereses comerciales y los beneficios de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas, y al acumular m¨¢s vacunas de las necesarias, los Estados que se oponen a la exenci¨®n de los derechos de propiedad intelectual en la OMC est¨¢n contribuyendo a que contin¨²en enfermando y muriendo personas en los pa¨ªses m¨¢s pobres.
Y lo que es peor a¨²n, esto sucede a pesar de que varios Estados del Sur Global llevan tiempo tratando de garantizar el cese de esta situaci¨®n inconcebible. La historia juzgar¨¢ a la OMC, sus Estados miembros y sus representantes por el impacto duradero de sus continuas deliberaciones sobre una exenci¨®n de los derechos de propiedad intelectual. Queda por ver si ese juicio ser¨¢ de condena y pesar o de celebraci¨®n por una victoria para los derechos humanos y el Estado de derecho. Las decisiones que adopten los miembros de la OMC en las pr¨®ximas semanas y meses servir¨¢n de precedente para la forma en que los pa¨ªses respondan a las crisis mundiales en una era de inminentes desastres clim¨¢ticos y futuras pandemias.