La historia se repite, y no siempre como comedia
Gabriel Boric obtuvo la misma cifra que sacaron las fuerzas que terminaron con la dictadura de Pinochet en el plebiscito de 1988. Lo hizo frente a Jos¨¦ Antonio Kast, un candidato que no ocult¨® su admiraci¨®n por el dictador
Apenas ten¨ªa dos a?os para 1988, cuando se realiz¨® el plebiscito que termin¨® con la dictadura de Pinochet. Esa vez las fuerzas que ped¨ªan su salida obtuvieron 55% de la votaci¨®n, la misma cifra que Gabriel Boric obtuvo el domingo frente a Jos¨¦ Antonio Kast, un candidato que no ocult¨® su admiraci¨®n por Pinochet, y que en un acto suicida fue apoyado por toda la derecha. De hecho anoche la gente sali¨® a las calles a celebrar con un fervor que record¨® el de hace 33 a?os, cuando se inici¨® la larga y tumultuosa transici¨®n chilena a la democracia.
Boric hab¨ªa sido derrotado por Kast en la prim...
Apenas ten¨ªa dos a?os para 1988, cuando se realiz¨® el plebiscito que termin¨® con la dictadura de Pinochet. Esa vez las fuerzas que ped¨ªan su salida obtuvieron 55% de la votaci¨®n, la misma cifra que Gabriel Boric obtuvo el domingo frente a Jos¨¦ Antonio Kast, un candidato que no ocult¨® su admiraci¨®n por Pinochet, y que en un acto suicida fue apoyado por toda la derecha. De hecho anoche la gente sali¨® a las calles a celebrar con un fervor que record¨® el de hace 33 a?os, cuando se inici¨® la larga y tumultuosa transici¨®n chilena a la democracia.
Boric hab¨ªa sido derrotado por Kast en la primera vuelta, el 21 de noviembre pasado. Se recuper¨® y alcanz¨® la victoria gracias a un radical cambio en su mensaje y su actitud. De la condena de lo que fuera el per¨ªodo de la Concertaci¨®n (los llamados ¡°30 a?os¡±) pas¨® al reconocimiento cr¨ªtico de su obra. Del quiebre con sus liderazgos hist¨®ricos, como Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, pas¨® a buscar con humildad su endoso y consejo. De la reivindicaci¨®n algo altisonante de la juventud, pas¨® a identificarse como parte de una larga lucha que le antecede. Esto qued¨® patente en el discurso que pronunci¨® el domingo a la noche ante una muchedumbre de partidarios duros. ¡°S¨¦ que la historia no parte con nosotros¡±, se?al¨®. ¡°Me siento heredero de una larga trayectoria hist¨®rica, la de quienes, desde diferentes posiciones, han buscado incansablemente la justicia social, la ampliaci¨®n de la democracia, la defensa de los derechos humanos, la protecci¨®n de las libertades. ?sta es mi familia grande, a la que me gustar¨ªa ver de nuevo reunida en esta etapa que ahora iniciamos¡±.
El giro de Boric permiti¨® algo que parec¨ªa inalcanzable: reconstituir ¡ªcomo los n¨²meros avalan¡ª el viejo clivaje SI/NO de 1988; clivaje del cual la derecha hab¨ªa buscado arrancar desde entonces, pues la condenaba a una posici¨®n de minor¨ªa. Con Kast, sin embargo, ha vuelto al punto de partida, abriendo la posibilidad de una reconfiguraci¨®n de la centro-izquierda. En efecto, si el plebiscito de 1988 fue la partida de nacimiento de la Concertaci¨®n, que gobern¨® gran parte de los ¨²ltimos 30 a?os, los resultados del domingo podr¨ªan ser el punto de inicio de una nueva coalici¨®n, que tardar¨¢ a¨²n un tiempo en fraguarse, con una composici¨®n y una agenda m¨¢s amplia y el liderazgo de una nueva generaci¨®n.
De aquello, por lo dem¨¢s, depender¨¢ en gran parte el ¨¦xito del gobierno de Boric. Tendr¨¢ que lidiar con un Congreso empatado, fragmentado (hay ?21 partidos!) y rebelde, con muchos parlamentarios que no obedecen instrucciones de nadie. El proceso constituyente es una fuente de incertidumbre y, eventualmente, de polarizaci¨®n y de crisis institucional en caso que se proponga abreviar los mandatos de las autoridades recientemente electas. Se suma un contexto econ¨®mico dif¨ªcil, en especial para un pa¨ªs que desde 2008 no conoce de verdaderas crisis y una generaci¨®n joven que no sabe pronunciar la palabra inflaci¨®n. A esto se suma la porfiada violencia en la regi¨®n de la Araucan¨ªa y la crisis de la inmigraci¨®n.
Ante tal panorama Boric tendr¨¢ que congelar expectativas, adoptar severas en materia econ¨®mica (como re-focalizar los subsidios directos que se aplicaron durante la pandemia), ganar la confianza de los inversionistas, dotar de legitimidad a la acci¨®n de la fuerza p¨²blica. Esto requiere, mas temprano que tarde, transformar su mayor¨ªa electoral del domingo en una mayor¨ªa pol¨ªtica, tal como lo hizo la Concertaci¨®n en los meses que siguieron al triunfo del NO en 1988.
La historia se repite, y no siempre como comedia.
Eugenio Tironi es un soci¨®logo, ensayista y consultor chileno.
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