Feliz ¡®Covidad¡¯
En este a?o de tantas sillas vac¨ªas, no solo por el virus, hay que disfrutar de las llenas. Pero jode
Mi padre, que en paz descanse, era un ateo tan p¨ªo que lo mismo se cagaba en Dios y en su puta madre por todo y por nada que se santiguaba y besaba de tapadillo el ¨²ltimo currusco antes de tirarlo a la basura porque, como todo el mundo sabe, el vino es la sangre de Jes¨²s y el pan, el cuerpo de Cristo. Mi madre, que en gloria se halle, era una beata tan ancha de caderas y de mente que igual guardaba vigilia severa toda la santa Cuaresma que pon¨ªa velas a Dios y al diablo para que sus hijos aprobaran los ex¨¢menes. En lo que siempre estuvieron de acuerdo la creyente y el descre¨ªdo era en que, en ...
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Mi padre, que en paz descanse, era un ateo tan p¨ªo que lo mismo se cagaba en Dios y en su puta madre por todo y por nada que se santiguaba y besaba de tapadillo el ¨²ltimo currusco antes de tirarlo a la basura porque, como todo el mundo sabe, el vino es la sangre de Jes¨²s y el pan, el cuerpo de Cristo. Mi madre, que en gloria se halle, era una beata tan ancha de caderas y de mente que igual guardaba vigilia severa toda la santa Cuaresma que pon¨ªa velas a Dios y al diablo para que sus hijos aprobaran los ex¨¢menes. En lo que siempre estuvieron de acuerdo la creyente y el descre¨ªdo era en que, en casa, la Navidad era sagrada. Nunca, ni en sus ¨²ltimas Pascuas en su lecho de muerte, en el mismo hospital con siete a?os de diferencia, dejaron de juntar a su prole a su halda, aunque ellos estuvieran uncidos a la bomba de ox¨ªgeno y la sonda nasog¨¢strica, y nosotros trag¨¢ndonos las l¨¢grimas. Ay, mis viejos. Hace lustros que cumplieron sus ¨²ltimas voluntades. Uno, incinerado y aventado sobre un cerro, que ya le hab¨ªa ahogado bastante la fibrosis. La otra, due?a y se?ora de su nicho, ni hablar de hornos ni sepulturas, que ya pas¨® bastantes sofocos en la menopausia.
Ma?ana es Nochebuena y pasado, Navidad. Casi, casi como en el villancico. Escribo estas l¨ªneas con la monserga de la loter¨ªa de fondo, el m¨®vil convulsionando con las felicitaciones de gente con la que no he hablado en a?os y una llorera de huerfanita de asilo amenazando con arruinarme el teclado. Por culpa de la variante ¨®micron de la covid del demonio, acabo de suspender in extremis un viaje rel¨¢mpago al nido de mi infancia para pasar la Nochebuena al amor de mis t¨ªos mayores por el puro mono de volver a sentirme hija de alguien, aunque fuera por poderes. Vale, me quejo de vicio. Que todos los dramas sean esos. Feliz Covidad a todos, dentro de lo que le quepa a cada uno. En este a?o de tantas sillas vac¨ªas, no solo por el virus, hay que disfrutar de las llenas. Pero jode.