Una mirada a la izquierda
No hay ninguna garant¨ªa de que si Unidas Podemos se desdibuja lo capitalice el PSOE, ni de que las flaquezas de la derecha le permiten ocupar espacio de centro sin descarrilar por el otro lado
Con los focos centrados en la crisis del PP, la izquierda ha encontrado un respiro en un momento en que hab¨ªa motivos para la inquietud. Cierto que en pol¨ªtica las buenas noticias llegan a menudo de las desgracias ajenas. Pero si Casado y Ayuso no se hubiesen enredado en sus ejercicios de infantilismo pol¨ªtico, propios de quienes llegaron arriba antes de tiempo, ahora mismo la izquierda estar¨ªa entrando en zona de l¨ªo. Y, por tanto, ser¨ªa de buen sentido que aprovecharan el moment...
Con los focos centrados en la crisis del PP, la izquierda ha encontrado un respiro en un momento en que hab¨ªa motivos para la inquietud. Cierto que en pol¨ªtica las buenas noticias llegan a menudo de las desgracias ajenas. Pero si Casado y Ayuso no se hubiesen enredado en sus ejercicios de infantilismo pol¨ªtico, propios de quienes llegaron arriba antes de tiempo, ahora mismo la izquierda estar¨ªa entrando en zona de l¨ªo. Y, por tanto, ser¨ªa de buen sentido que aprovecharan el momento en que la noticia est¨¢ en el adversario para rebobinar la situaci¨®n y atender las cuestiones pendientes.
Las buenas maneras de Yolanda D¨ªaz, no alcanzan para disimular el desconcierto que reina en el espacio de Unidas Podemos, que emite signos a la baja sin que se consoliden las se?ales positivas que parec¨ªan derivar de la apuesta de sus lideresas por una federaci¨®n de izquierdas. Y el PSOE asentado en el estilo Pedro S¨¢nchez, siempre h¨¢bil en la t¨¢ctica y en el sentido de oportunidad y que parece seguir tocado por la suerte (es decir, por la incompetencia de sus adversarios), no acaba de conseguir transmitir proyecto y seguridad como para poder extender sus brazos a derecha e izquierda ante la debilidad de los adversarios. De manera, que no hay ninguna garant¨ªa de que si Unidas Podemos se desdibuja lo capitalice el PSOE, ni de que las flaquezas de la derecha le permiten ocupar espacio de centro sin descarrilar por el otro lado.
Dicho de otra manera: El malestar de fondo que habita en ciertos sectores sociales est¨¢ permitiendo a Vox amenazar al PP, siendo en este momento el ¨²nico partido que crece. Como en pa¨ªses europeos, en tiempos de zozobra y falta de horizontes, la cuesti¨®n identitaria est¨¢ pesando m¨¢s que la cuesti¨®n econ¨®mica y social en las apuestas pol¨ªticas de unos ciudadanos atrapados en la desconfianza. Un territorio que la izquierda vive como bastante ajeno y en el que nunca tendr¨¢ la credibilidad de la derecha o de los nacionalismos perif¨¦ricos. ?C¨®mo crecer en este escenario? Esta es la pregunta que deber¨ªan formularse el PSOE y los partidos a su izquierda. Porque de lo contrario s¨®lo podr¨¢n avanzar a cuenta del vecino y con la abstenci¨®n como amenaza. La fortaleza del socialismo portugu¨¦s y el estrepitoso fracaso de la izquierda francesa son experiencias de las que aprender.
Pedro S¨¢nchez aguanta con la bandera de la estabilidad, lo que puede ser suficiente si el barullo dura y Vox muerde con fuerza al PP. Pero, por mucho que los dos grandes se nieguen a creerlo, el bipartidismo es historia y, por tanto, tienen que ganarse la vida, mordiendo en territorio ajeno y contando con una cierta polivalencia a la hora de los pactos, que es lo que tiene el PSOE y dif¨ªcilmente tendr¨¢ el PP. Lo cual significa cortejar a los partidos perif¨¦ricos, duchos en sacar el m¨¢ximo rendimiento de unos pocos votos.