Control de la pospandemia
Los datos de transmisi¨®n y hospitalizaci¨®n junto a las vacunas permiten entrar en una nueva fase
Espa?a se ha adelantado a los pa¨ªses m¨¢s laxos en la estrategia de dejar atr¨¢s la pandemia y adentrarse en una nueva normalidad poscovid. El levantamiento de todas las restricciones, excepto el uso de mascarilla en los interiores, supone entrar en una nueva fase. Desde ayer ya no se contabilizan ni notifican todos los casos y ¨²nicamente se realizar¨¢n pruebas a las personas vulnerables, los mayores de 60 a?os y a los empleados de entornos sociosanitarios. El momento parece favorable: la tr...
Espa?a se ha adelantado a los pa¨ªses m¨¢s laxos en la estrategia de dejar atr¨¢s la pandemia y adentrarse en una nueva normalidad poscovid. El levantamiento de todas las restricciones, excepto el uso de mascarilla en los interiores, supone entrar en una nueva fase. Desde ayer ya no se contabilizan ni notifican todos los casos y ¨²nicamente se realizar¨¢n pruebas a las personas vulnerables, los mayores de 60 a?os y a los empleados de entornos sociosanitarios. El momento parece favorable: la transmisi¨®n sigue siendo alta pero la inmensa mayor¨ªa de las infecciones cursan de forma leve o asintom¨¢tica, los ¨ªndices de hospitalizaci¨®n han descendido y la inmunizaci¨®n colectiva es muy elevada, tanto por la extensa cobertura vacunal como por la gran cantidad de personas que se han infectado y generado anticuerpos que neutralizan la enfermedad.
La combinaci¨®n de estos dos factores permite tratar por fin la covid-19 como una gripe que hay que vigilar de cerca, pero evitando los enormes costes que hasta ahora exig¨ªa su control y el primero de todos, su carga asistencial. El nuevo procedimiento para vigilar y seguir los casos liberar¨¢ a la asistencia primaria de una tarea absorbente que exig¨ªa una enorme cantidad de recursos y condujo a los profesionales a niveles de agotamiento alarmantes. Los centros de salud podr¨¢n dedicar por fin mayores esfuerzos a tratar el resto de patolog¨ªas y atender a los enfermos cr¨®nicos, cuyo seguimiento hab¨ªa sido postergado. La sobrecarga que gener¨® el control de la covid ha provocado listas de espera inaceptables, que se agravan por la gran cantidad de profesionales que se jubilan, hasta el punto de que la asistencia primaria entra en esta nueva etapa con un 2,14% de m¨¦dicos menos que en 2018.
La decisi¨®n m¨¢s arriesgada es sin duda permitir que las personas con s¨ªntomas leves puedan hacer vida normal, algo que solo el Reino Unido acepta tambi¨¦n. Dinamarca, que siempre ha sido partidaria de relajar las restricciones en cuanto hab¨ªa oportunidad, mantiene cuatro d¨ªas de aislamiento en caso de dar positivo a la infecci¨®n. El que no sea ya obligatorio mantener una cuarentena si no hay s¨ªntomas, con la correspondiente baja laboral, permitir¨¢ reducir la gran carga econ¨®mica que ha supuesto la pandemia, tanto para las empresas como para la Seguridad Social. Pero el paso dado es delicado y podr¨ªa tener un efecto bumer¨¢n si provocara un repunte importante de contagios. Evitar la propagaci¨®n del virus pasa a ser ahora una responsabilidad individual y exigir¨¢ que las personas infectadas adopten medidas para evitar el contagio de los dem¨¢s. Mantener el virus a raya depender¨¢ de la conciencia, predisposici¨®n y altruismo de la ciudadan¨ªa y de que la nueva red de vigilancia centinela, que a¨²n no est¨¢ suficientemente dotada, funcione correctamente de manera que, si cambia la evoluci¨®n de la pandemia, podamos reaccionar a tiempo.