Gerard Piqu¨¦ no es tenista

Lo m¨¢s divertido de los audios de Piqu¨¦ y Rubiales es cuando el primero cree buena idea que el rey em¨¦rito les mueva sus contactos para que la Supercopa de Espa?a se celebre en Arabia Saud¨ª; tienes un negociete y se lo vas a contar al lobo de Wall Street. Est¨¢n empezando, si ...

Lo m¨¢s divertido de los audios de Piqu¨¦ y Rubiales es cuando el primero cree buena idea que el rey em¨¦rito les mueva sus contactos para que la Supercopa de Espa?a se celebre en Arabia Saud¨ª; tienes un negociete y se lo vas a contar al lobo de Wall Street. Est¨¢n empezando, si no, no se explica. Qu¨¦ pensaban que iba a hacer el em¨¦rito con sus contactos, ?d¨¢rselos gratis para que ellos cobrasen la comisi¨®n? Y por qu¨¦ cre¨ªan que tuvo el em¨¦rito prohibido entrar en Espa?a, ?por su ¨¢nimo altruista? La maniobra, que existi¨®, seg¨²n confirm¨® Juan Carlos I tras llamar al tel¨¦fono de aludidos de Espejo P¨²blico, demuestra lo bien enterado que est¨¢ Piqu¨¦ de c¨®mo funciona el mundo del gran dinero y lo perdido que est¨¢ sobre el viejo rey.

¡°Dame contactos, no me des dinero¡± es el ¡°ens¨¦?ame a pescar, no me traigas peces¡± de los emprendedores de familias bien que tienen en Alberto Luce?o y Luis Medina hoy sus clich¨¦s m¨¢s agotadores. Para avalar a los conseguidores madrile?os (conseguidores de s¨ª mismos), desde el Ayuntamiento se pidi¨® que en el documento se pusiese ¡°todo lo que se nos ocurra (sellos, banderas) porque los chinos son muy de eso¡±. Supongo que en los sellos ir¨ªa la imagen de una capea; esta gente vive en una serie espa?ola. No me atrevo ni a comprobar si en la carta Almeida cambi¨® las ¡®r¡¯ por ¡®l¡¯.

Este estilo es un estilo ¨²nico que se sostiene en un feliz desdoblamiento, el que alega el empresario Piqu¨¦ respecto al futbolista Piqu¨¦ o el que alega el empresario Tom¨¢s D¨ªaz Ayuso respecto a su hermana Isabel D¨ªaz Ayuso. El mismo desdoblamiento que toc¨® techo cuando Carmen Calvo dijo que el presidente S¨¢nchez no se responsabilizaba de las palabras del candidato S¨¢nchez. Espa?a es un pa¨ªs en el que hay m¨¢s identidades que cuerpos, y la gente se aprovecha.

Piqu¨¦, jugador del Barcelona, no se ha preguntado a¨²n por qu¨¦ cuando compr¨® los derechos de la Copa Davis no se mont¨® ning¨²n esc¨¢ndalo: porque no jugaba ¨¦l. ?Eso quiere decir que si juega, el juez de silla le va a hacer la vida imposible al rival? No. Lo que quiere decir es que el juez de silla no tendr¨¢ derecho a equivocarse a favor de Piqu¨¦. Porque Piqu¨¦ participa en una competici¨®n que ¨¦l organiza, en la que ¨¦l juega y con la que ¨¦l gana dinero. El mismo derecho que tiene Piqu¨¦ a ser empresario y modernizar competiciones, lo tienen los participantes de esas competiciones a que ¨¦l no las juegue. Por si las gana, m¨¢s que nada.

En el centro de todo est¨¢ Arabia Saud¨ª, con perd¨®n de ese Rubiales que gana m¨¢s dinero dependiendo de qui¨¦n juegue la Supercopa. Si llevas el trofeo a Arabia Saud¨ª, Arabia Saud¨ª te paga una millonada no para que denuncies una de las peores dictaduras del planeta, sino para que la blanquees. Si llevas all¨ª la Supercopa, entonces tienen que ir casi por decreto Madrid y Barcelona, y debes pagarles mucho m¨¢s a ellos, porque son los clubes que arrastran gente: eso tambi¨¦n puede condicionar arbitrajes. Pero si el f¨²tbol fuese de los fans, como dijo Piqu¨¦ cuando se propuso la Superliga europea, la Supercopa se celebrar¨ªa en una ciudad espa?ola, cuatro equipos tambi¨¦n, llenando el campo juegue quien juegue y sin obligarse a sacar pecho porque una mujer o un gay entren all¨ª una vez al a?o. No habr¨ªa entonces m¨¢s dinero, pero habr¨ªa m¨¢s decencia, que es m¨¢s cara.