El ¡®proc¨¦s¡¯ espiado
El verdadero peligro de Pegasus es la normalizaci¨®n de herramientas cada vez m¨¢s sofisticadas de capitalismo de vigilancia aplicadas a la pol¨ªtica
El proc¨¦s nunca acaba. Lo que pasa es que a veces pierde impulso. Es dif¨ªcil mantener la llama encendida en una econom¨ªa de la atenci¨®n (?qui¨¦n piensa hoy en la bofetada de Will Smith a Chris Rock?). Lo que ayer parec¨ªa un evento hist¨®rico, hoy es una antigualla; y el proc¨¦s vive de la manufactura constante de momentos hist¨®ricos. Pero en los ¨²ltimos a?os, con una pandemia y una guerra, ha estado de tapadil...
El proc¨¦s nunca acaba. Lo que pasa es que a veces pierde impulso. Es dif¨ªcil mantener la llama encendida en una econom¨ªa de la atenci¨®n (?qui¨¦n piensa hoy en la bofetada de Will Smith a Chris Rock?). Lo que ayer parec¨ªa un evento hist¨®rico, hoy es una antigualla; y el proc¨¦s vive de la manufactura constante de momentos hist¨®ricos. Pero en los ¨²ltimos a?os, con una pandemia y una guerra, ha estado de tapadillo. El caso de espionaje de Pegasus parece que lo resucitar¨¢, al menos medi¨¢ticamente, durante unos d¨ªas. Es un contenido que gusta especialmente a los l¨ªderes independentistas: otra supuesta prueba m¨¢s de que Espa?a es un Estado autoritario. Una investigaci¨®n de Citizen Lab ha descubierto supuestamente que los m¨®viles de m¨¢s de sesenta pol¨ªticos independentistas fueron espiados con el sistema Pegasus Spyware, de la empresa israel¨ª NSO Group. El sistema Pegasus no es nuevo. Ha sido usado por agencias de inteligencia de todo el mundo para combatir el terrorismo y la delincuencia, pero tambi¨¦n lo han usado reg¨ªmenes autoritarios para hackear a activistas de derechos humanos y disidentes pol¨ªticos. Para los independentistas, los espiados nacionalistas lo fueron por su car¨¢cter de disidentes pol¨ªticos (y no por el de delincuentes o potenciales delincuentes).
Es una estrategia ganadora. En el reportaje de Ronan Farrow en The New Yorker donde se publican estas nuevas revelaciones, el periodista introduce el tema desde la anglocondescendencia y el orientalismo que abund¨® en la prensa anglosajona durante el oto?o de 2017: Catalu?a es una naci¨®n oprimida por un Estado que no le deja votar, sus l¨ªderes son disidentes que est¨¢n en el exilio por sus ideas. Y coloca a los l¨ªderes independentistas espiados junto a disidentes pol¨ªticos que han arriesgado su vida de verdad en dictaduras. Es decir, la tesis independentista: la respuesta judicial al oto?o de 2017 fue por motivos ideol¨®gicos, fue una persecuci¨®n de ideas, y no la respuesta comprensible de un Estado de derecho ante un intento de secesi¨®n por la fuerza. Es lo que ha defendido Unidas Podemos estos d¨ªas, socio del Gobierno: es un ¡°espionaje masivo por motivos ideol¨®gicos¡±. Pero si lo que haces para defender tus ideas es ilegal en un Estado de derecho de una democracia liberal, te van a ¡°perseguir¡±, pero no por tus ideas. (El CNI ha confirmado que en alg¨²n momento ha espiado a dirigentes independentistas, pero siempre con autorizaci¨®n judicial y nunca pinchando tel¨¦fonos institucionales). Esa confusi¨®n interesada est¨¢ en el n¨²cleo del relato independentista, que lleva a?os diciendo que se le impidi¨® simplemente ¡°votar¡±.
El verdadero peligro del espionaje de Pegasus es el mismo que en todas las democracias liberales donde se han encontrado pruebas de su uso: es la normalizaci¨®n de herramientas cada vez m¨¢s sofisticadas de capitalismo de vigilancia aplicadas a la pol¨ªtica. El caso espa?ol no es muy diferente al de otros pa¨ªses de nuestro entorno. No somos Turqu¨ªa, como han sugerido algunos estos d¨ªas. Somos Francia o Alemania. Y eso no es consuelo, pero tampoco es una prueba m¨¢s, como se?alan los independentistas, del autoritarismo espa?ol.