Caos
Para el ciudadano medio, el horizonte da m¨¢s miedo que la situaci¨®n actual desde la que se observa
El contribuyente franc¨¦s de las clases medias y menesterosas est¨¢ cabreado porque su vida va de mal en peor. Comenz¨® a declinar en 2008, cuando la gran estafa, mientras que la del votante rico no ha dejado de mejorar a costa suya. Ll¨¢menlo transferencia de renta, ll¨¢menlo desigualdad, ll¨¢menlo contraste, ll¨¢menlo diferencia, ll¨¢menlo iniquidad social, perfidia, ll¨¢menlo como les venga en gana, lo cierto es que los encargados del reparto de la riqueza lo hacen mal, tal vez porque no sepan repartirla, tal vez porque es...
El contribuyente franc¨¦s de las clases medias y menesterosas est¨¢ cabreado porque su vida va de mal en peor. Comenz¨® a declinar en 2008, cuando la gran estafa, mientras que la del votante rico no ha dejado de mejorar a costa suya. Ll¨¢menlo transferencia de renta, ll¨¢menlo desigualdad, ll¨¢menlo contraste, ll¨¢menlo diferencia, ll¨¢menlo iniquidad social, perfidia, ll¨¢menlo como les venga en gana, lo cierto es que los encargados del reparto de la riqueza lo hacen mal, tal vez porque no sepan repartirla, tal vez porque est¨¦n a sueldo de quienes se vienen llevando la parte del le¨®n desde la refundaci¨®n ¨¦tica del capitalismo propugnada por Nicolas Sarkozy. De ah¨ª la abstenci¨®n, de ah¨ª el ascenso de la extrema derecha, de ah¨ª el desvanecimiento del partido socialista galo. No hay horizonte para el ciudadano medio. Peor a¨²n: el horizonte da m¨¢s miedo que la situaci¨®n actual desde la que se observa. En otras palabras: el futuro es muy oscuro trabajando en el carb¨®n, y en Francia la gente trabaja mayormente en el carb¨®n (nos referimos por ¡°carb¨®n¡± al paro, a la precariedad, a los bajos salarios, al comercio de esclavos alentado por el ultraliberalismo econ¨®mico).
No es muy distinto de lo que pasa en Espa?a. De ah¨ª que sorprendan tanto los an¨¢lisis con frecuencia impenetrables de los observadores pol¨ªticos. El problema de la explotaci¨®n legal no es otro que el de su legalidad. Pueden darle todas las vueltas intelectuales que quieran, pero mientras no se persiga la explotaci¨®n, los explotados crecer¨¢n y, con ellos, su desasosiego. Si en ese escenario, ya grave de por s¨ª, los precios crecen cuatro veces por encima de los salarios, la vivienda deviene art¨ªculo de lujo, los hijos en objeto de consumo de las clases adineradas, y las leyes en escudos para los especuladores de bienes de primera necesidad, el caos est¨¢ garantizado.