El arsenal de la democracia
Como Roosevelt en 1941 para vencer a Hitler, Biden ha lanzado un enorme paquete de ayudas a Ucrania para vencer a Putin
Si Rusia deja de combatir ya no hay guerra, pero si es Ucrania la que deja de combatir, no hay Ucrania. Esta es una frase que se est¨¢ escuchando con frecuencia estos d¨ªas, desde la tribuna de Naciones Unidas hasta la del Congreso de Diputados. Sintetiza el car¨¢cter de esta guerra, que es optativa para Rusia y de necesidad para Ucrania. Tambi¨¦n conduce a una conclusi¨®n: sin armas para defender...
Si Rusia deja de combatir ya no hay guerra, pero si es Ucrania la que deja de combatir, no hay Ucrania. Esta es una frase que se est¨¢ escuchando con frecuencia estos d¨ªas, desde la tribuna de Naciones Unidas hasta la del Congreso de Diputados. Sintetiza el car¨¢cter de esta guerra, que es optativa para Rusia y de necesidad para Ucrania. Tambi¨¦n conduce a una conclusi¨®n: sin armas para defenderse, por m¨¢s determinaci¨®n y disposici¨®n al sacrificio por parte de los ucranios, Ucrania dejar¨¢ de existir y Putin impondr¨¢ sus condiciones para la paz. Vistos los antecedentes, (Grosni, Aleppo, Bucha, Mariupol¡) ser¨¢ la paz de los cementerios.
Esta no es una guerra local, como algunos quisieran pintarla. No es tan solo Ucrania la que dejar¨¢ de existir si vence Vlad¨ªmir Putin. Los prop¨®sitos del Kremlin abarcan todo el antiguo espacio post sovi¨¦tico, la a?orada esfera de influencia obtenida por Stalin en Yalta en 1945 al terminar la Segunda Guerra Mundial. Y van m¨¢s all¨¢. Desconocemos del todo la duraci¨®n y la extensi¨®n de la guerra, pero no su trascendencia pol¨ªtica e hist¨®rica, a la altura de las dos guerras mundiales. De la batalla del Donb¨¢s depende la existencia de Ucrania, pero tambi¨¦n la unidad de Europa, el futuro de la OTAN y un orden internacional basado en la fuerza del derecho en vez del derecho de la fuerza.
En un planeta organizado por la ley del m¨¢s fuerte sobran las instituciones internacionales y las que m¨¢s, las del derecho y de la justicia que pueda condenar a los culpables de las atrocidades y matanzas de civiles. Desde Mosc¨² y desde Pek¨ªn, el ¨²nico obst¨¢culo serio para el nuevo orden de las autocracias soberanas y las democracias iliberales no es Estados Unidos, sino la Uni¨®n Europea, potencia normativa basada en el Estado de derecho y el multilateralismo. Putin y Xi Jinping lo tienen claro: Europa para ti y Asia para m¨ª. Y Estados Unidos que no moleste y se quede en casa, en su continente, ocup¨¢ndose de sus asuntos.
Putin crey¨® que Washington le dejaba la pista libre tras la precipitada retirada de Afganist¨¢n, pero la Casa Blanca, por tercera vez en la historia (1914, 1941 y ahora), ha aceptado el desaf¨ªo y superado sus reflejos aislacionistas. El Congreso acaba de aprobar un colosal paquete de ayuda a Ucrania, 33.000 millones de d¨®lares, inspirado en la Lend and Lease Act (Ley de pr¨¦stamo y arriendo), el programa de ayuda de Franklin D. Roosevelt a Winston Churchill para combatir al nazismo, cuando Hitler hab¨ªa ocupado ya el continente y se dispon¨ªa a invadir las islas brit¨¢nicas. Estados Unidos entr¨® en guerra m¨¢s tarde, tras el ataque japon¨¦s contra Pearl Harbour, pero aquel auxilio financiero fue decisivo para la derrota de Hitler e incluso configur¨® el futuro de Europa.
Fue entonces el arsenal de la democracia, expresi¨®n que tambi¨¦n vale ahora para designar a ayuda que necesita Ucrania y necesitamos todos nosotros para no ser derrotados.