Una cumbre inc¨®moda
Tal vez ning¨²n presidente de EE UU ha tenido el v¨ªnculo que Biden mantiene con Latinoam¨¦rica y, sin embargo, su gran reuni¨®n con los l¨ªderes de la regi¨®n sufre muchos contratiempos

La IX Cumbre de las Am¨¦ricas, que se celebrar¨¢ en Los ?ngeles la semana pr¨®xima, es para Joe Biden un encuentro inoportuno. Se parece a uno de esos compromisos que uno asume sin prestar demasiada atenci¨®n, pero que termina lamentando cuando llega la hora de cumplir con ellos. Biden est¨¢ obligado a recibir a un grupo de presidentes entre los cuales hay muy pocos con los que tenga afinidad. Si estos encuentros fueron concebidos para que, por ¨²nica vez en su mandato, los presidentes de Estados Unidos confraternicen con los dem¨¢s colegas del continente y, de ese modo, impriman un sello simb¨®lico a su pol¨ªtica hacia Am¨¦rica Latina, ese cometido presenta, esta vez, demasiados contratiempos.
Es una paradoja, porque la ocasi¨®n parec¨ªa dise?ada para Biden: por la Casa Blanca pasaron muy pocos mandatarios, si acaso pas¨® alguno, con m¨¢s v¨ªnculos que ¨¦l con la regi¨®n. Sin embargo, en estos d¨ªas ha debido negociar en varios frentes para que esta conferencia pueda convertirse en una buena noticia. Los presidentes de pa¨ªses muy relevantes en esta parte del mundo, como M¨¦xico, Brasil o la Argentina, tienen con Washington, por distintos motivos, relaciones enojosas. Los amigos presiden pa¨ªses de menor volumen: Uruguay, Chile, Costa Rica. Y en Colombia, el gran aliado en Sudam¨¦rica, el resultado no podr¨ªa ser m¨¢s lamentable para los dem¨®cratas. Para evitar que Gustavo Petro se imponga en la segunda vuelta, habr¨ªa que desear el triunfo de Rodolfo Hern¨¢ndez, al que caricaturizan como ¡°el Trump colombiano¡±.
Alg¨²n supersticioso con sentido del humor podr¨ªa pensar que este contrariado trance de Biden es otro rengl¨®n de la herencia envenenada de Donald Trump. Porque fue ¨¦l el ¡°culpable¡± de que esta Cumbre est¨¦ a cargo del Gobierno americano. Cuando se celebr¨® la anterior, en Lima, en abril de 2018, el veleidoso l¨ªder republicano avis¨®, a ¨²ltimo momento, que no ir¨ªa. Problemas de pereza para moverse de la casa. Culposos, los funcionarios del Departamento de Estado quisieron reparar ese desaire prometiendo que los Estados Unidos se encargar¨ªa de la pr¨®xima reuni¨®n. Trump no se reeligi¨®. Y Biden debe cumplir con su promesa.
La primera contrariedad lleg¨® desde M¨¦xico, que para la diplomacia de los Estados Unidos es el pa¨ªs m¨¢s relevante. Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador adelant¨® que no concurrir¨ªa a California. Podr¨ªa haber alegado que, como a Trump, no le gustan los viajes. Pero le falt¨® esa pizca de hipocres¨ªa. Explic¨® que su inasistencia se deber¨ªa a que Biden no invit¨® a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Desde Washington se ofrece una explicaci¨®n formal. Los que confeccionan la lista de participantes de estas asambleas son los anfitriones. Y el Gobierno de los Estados Unidos ajust¨® la selecci¨®n a lo que establece la Declaraci¨®n de Quebec, emitida en la III Cumbre de abril de 2001, en su quinto p¨¢rrafo: ¡°El mantenimiento y fortalecimiento del Estado de Derecho y el respeto estricto al sistema democr¨¢tico son, al mismo tiempo, un prop¨®sito y un compromiso compartido, as¨ª como una condici¨®n esencial de nuestra presencia en esta y en futuras Cumbres. En consecuencia, cualquier alteraci¨®n o ruptura inconstitucional del orden democr¨¢tico en un Estado del Hemisferio constituye un obst¨¢culo insuperable para la participaci¨®n del Gobierno de dicho Estado en el proceso de Cumbres de las Am¨¦ricas¡±. En Cuba, Nicaragua y Venezuela, para la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la regi¨®n, imperan dictaduras.
Debe reconocerse que esta vez Biden ha sido m¨¢s flexible. Cuando invit¨® a la Cumbre de la Democracia, que se celebr¨® en diciembre del a?o pasado, excluy¨® tambi¨¦n a Bolivia, Guatemala, Honduras y El Salvador. Las razones de este cambio de calificaci¨®n todav¨ªa no se han explicado.
La decisi¨®n de no incluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela, se inspira, en principio, en razones geopol¨ªticas. Estados Unidos est¨¢ involucrado en una la crisis internacional desatada por Putin como si participara en una guerra. Y los reg¨ªmenes que gobiernan esos pa¨ªses son aliados de Rusia. Cuando Putin invadi¨® Ucrania, sus tres presidentes le aplaudieron.
Existen tambi¨¦n motivaciones de pol¨ªtica dom¨¦stica. Biden est¨¢ en campa?a. Una foto con Miguel D¨ªaz-Canel, con Nicol¨¢s Maduro o con Daniel Ortega ser¨ªa utilizada por los candidatos republicanos contra los dem¨®cratas en estados como California, Texas y, sobre todo, Florida. El presidente ya recibe recriminaciones desde sus propias filas por relajar las sanciones contra Cuba rehabilitando el flujo de personas y remesas; tambi¨¦n se le reprocha haber establecido negociaciones con Maduro, que para los Estados Unidos no es el mandatario leg¨ªtimo de Venezuela, que derivaron en la reanudaci¨®n de los negocios de Chevron en ese pa¨ªs.
Aun en este marco conflictivo, los diplom¨¢ticos de Biden negociaron con La Habana la invitaci¨®n a la Cumbre de Los ?ngeles a cambio de alguna liberalizaci¨®n que la justificara. Hasta ahora no hubo resultados.
Biden envi¨® a Christopher Dodd, encargado de la supervisi¨®n pol¨ªtica de la reuni¨®n de la pr¨®xima semana, como emisario a M¨¦xico, Brasil, la Argentina y Chile. Dodd es un amigo del presidente de gran estatura como l¨ªder. Estuvo al frente del Partido Dem¨®crata. Ocup¨® un esca?o en el Senado por Connecticut a lo largo de tres d¨¦cadas. Antes fue representante por ese mismo distrito por seis a?os. La dimensi¨®n de esos antecedentes pone en evidencia la importancia de Biden le otorga a que la Cumbre no fracase.
L¨®pez Obrador no dio el brazo a torcer. Aunque sus funcionarios dejaron trascender que M¨¦xico tampoco participar¨¢ de la contra-cumbre que podr¨ªa convocar el argentino Alberto Fern¨¢ndez, que es el presidente pro t¨¦mpore de la CELAC. Desprovisto del apoyo de L¨®pez Obrador, Fern¨¢ndez ahora comenz¨® a relativizar su iniciativa. Ni siquiera est¨¢ claro si ¨¦l mismo viajar¨¢ a Los ?ngeles. Est¨¢ molesto por las exclusiones. Si lo hace, dir¨¢ que fue por pedido de L¨®pez Obrador. Y de Maduro, que desde La Habana le reclam¨® que se queje delante de Biden por c¨®mo confeccion¨® su lista de invitados.
Un ¨¦xito de Dodd en Brasilia fue conseguir que Jair Bolsonaro participe del encuentro de Los ?ngeles. Una victoria problem¨¢tica. Consigui¨® la adhesi¨®n de un presidente de ultraderecha que, en su momento, defendi¨® la tesis de Trump, seg¨²n la cual Biden lleg¨® a la Casa Blanca a trav¨¦s de un fraude electoral. Es decir: si fuera por Bolsonaro, Biden deber¨ªa autoexcluirse de su propia cumbre.
Pero esas denuncias han sido olvidadas. Lo que interesa hoy del exmilitar brasile?o no es que sea pro-Trump, sino que es anti-Putin. Desde sus arsenales se enviaron, a pedido de Alemania, 300.000 municiones para que los ucranianos puedan atacar a los rusos con blindados Gepard.
El brasile?o negoci¨® su presencia y consigui¨® una reuni¨®n a solas con Biden. Bolsonaro necesita esa foto. En una competencia en la que Lula da Silva le aventaja desde hace meses con 10 puntos en todas las encuestas, para ¨¦l es importante el reconocimiento de un presidente dem¨®crata. Ser¨¢ interesante observar como resuelven ambos la diferencia m¨¢s importante que les separa: su posici¨®n frente a temas ambientales.
El desaf¨ªo del cambio clim¨¢tico ser¨¢ una de las cuestiones que se tratar¨¢ en Los ?ngeles. Tambi¨¦n el uso de energ¨ªas alternativas. Adem¨¢s, desde Washington est¨¢n negociando acuerdos sobre migraciones, una cuesti¨®n principal de la campa?a electoral norteamericana, que agita la oposici¨®n republicana. Aqu¨ª se explica que hayan sido invitados a la mesa Hait¨ª, Honduras, El Salvador y Guatemala, los ignorados de la cumbre de diciembre.
La inc¨®gnita que todav¨ªa no se ha despejado: que nivel de agresividad tendr¨¢ el documento sobre democracia. Ese texto es el que marca la raya que impide entrar a las reuniones de Los ?ngeles, para lamento de L¨®pez Obrador y de Fern¨¢ndez, a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
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